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Bonos verdes: el necesario equilibrio entre transparencia y regulación

Imagen: iStock.

A medida que la transformación de la economía mundial se acelera, los expertos reconocen cada vez más que el objetivo de crecimiento sostenible es inalcanzable a menos que se produzca una colaboración público-privada en financiar la transición hacia la sostenibilidad en los diferentes ámbitos. Y en esta labor, todos los agentes económicos y en particular, los que somos inversores profesionales, desempeñamos un papel fundamental en nuestro día a día con la toma de decisiones de inversión. Visite el portal especializado elEconomista ESG.

Para ello, es necesario, además de compromiso y voluntad, una regulación clara y homogénea, que, como inversores, nos ofrezca la seguridad jurídica y la transparencia de que aquéllos activos en los que estamos invirtiendo tengan efectivamente los objetivos y fines de sostenibilidad que dicen tener.

Debido a ello, recibo de buen agrado el reciente acuerdo provisional al que han llegado el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, sobre la creación de un Estándar Europeo de Bonos Verdes.  

"Lo bueno del Estándar europeo de bonos verdes es que aporta claridad y transparencia"

Como sabemos, estos bonos son un tipo de deuda emitida por instituciones públicas o privadas para financiarse y, a diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un proyecto medioambiental o relacionado con el cambio climático. 

Este acuerdo provisional, pendiente aún de ratificación definitiva, se enmarca en el Plan Europeo de Acción sobre la Financiación del Crecimiento Sostenible. Y el principal objetivo de la creación de un Estándar Europeo de Bonos Verdes, es alinear las definiciones de la Unión Europea de inversiones verdes, en particular la taxonomía de la UE, con las actuales prácticas de mercado existentes en torno a estas emisiones, como los Principios de Bonos Verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA). Le puede interesar: Hay una oportunidad en los bonos verdes. 

Lo bueno de esta norma europea es que aporta claridad y transparencia adicionales al mercado. Esto es muy alentador ya que los inversores buscamos información más coherente relacionada con la sostenibilidad sobre los emisores de bonos verdes, así como sobre el "verde" de las inversiones y los proyectos financiados por dichos bonos. Como tal, vemos positiva la intención detrás del Estándar Europeo de Bonos Verdes, de crear una etiqueta que brinde más comodidad a los inversores y que sirva de protección para evitar el denominado greenwashing (lavado verde), que induce a creer que algo es sostenible, cuando en realidad no es tal o no del modo en que se espera.

Esta norma tiene su trascendencia, ya que según datos de la Climate Bonds Initiative (CBI), los bonos verdes son la categoría líder de deuda sostenible, suponiendo casi el 60% de toda la deuda sostenible emitida.  

Merece la pena destacar, a tenor de la información proporcionada por la CBI, que en 2022 España se situó como el séptimo emisor mundial de este tipo de deuda, con 16.000 millones de dólares, por delante de Italia, Japón o Canadá. Siendo China el líder global, con 85.000 millones de dólares emitidos, seguido de Estados Unidos y Alemania. 

En el plano privado, Iberdrola fue en 2022 el tercer emisor corporativo mundial, por volumen (3.100 millones de dólares), de bonos verdes. Y en lo que llevamos de 2023, Telefónica e Iberdrola, se sitúan también entre los mayores emisores de bonos verdes.

Todos estos datos, nos dan medida del creciente desarrollo que está tomando este tipo de activo y de la importancia de tener unos estándares homogéneos de regulación y transparencia.

Parece que con ese acuerdo provisional, se avanza en la dirección correcta, si bien todavía quedan algunas cuestiones pendientes, que deberán responderse para comprender plenamente si la etiqueta será atractiva para los emisores o no. Como la norma depende de la aplicación de la taxonomía de la UE, la utilidad y el alcance de la propia taxonomía serán cruciales para el atractivo final de dicha norma. Confiemos en ir dando los pasos adecuados y alcanzar ese, a veces, difícil equilibrio entre transparencia y regulación.

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