Bolsa, mercados y cotizaciones

La discreta 'japonización' del Banco de Inglaterra: abre paso a un control "informal" de la curva de tipos

  • Su intervención en el mercado de bonos supone un cierto control de la curva
  • Los analistas no descartan que la medida no tenga un carácter tan temporal
  • Japón es célebre por comprar bonos para mantener a raya los rendimientos
De fondo, la fachada del Banco de Inglaterra. Imágenes: Dreamstime

Cuando la libra se desplomaba el lunes, algunas voces instaron al Banco de Inglaterra (BoE) a seguir los pasos del de Japón (BoJ) con su reciente intervención en el mercado de divisas por el descalabro sin paliativos del yen. La situación difiere en los dos países más allá de la caída de sus monedas y el organismo británico no tiene el mejor 'ancho de vía' para transitar por ese camino. Sin embargo, la comparativa con el banco central nipón ha vuelto a surgir tras el movimiento de emergencia del BoE esta semana, interviniendo en el mercado de bonos con el anuncio de más compras. Diversos analistas ven en este movimiento un 'discreto' control de la curva de tipos.

El miércoles, el BoE anunciaba que comprará al menos 65.000 millones de libras de deuda del Gobierno de Reino Unido con vencimientos a más de 20 años en los mercados secundarios como respuesta al incremento de los rendimientos que se ha registrado en los últimos días. La decisión suponía un giro de 180 grades en la estrategia del banco, que ya tenía planificadas ventas de bonos en el marco de su plan de ajuste cuantitativo (QT) para revertir los estímulos lanzados durante la pandemia.

Los sucesivos anuncios del gobierno de Liz Truss de que persistirá con las agresivas bajadas de impuestos sin un plan claro de financiación no solo estaban hundiendo la libra, sino que estaban elevando preocupante los rendimientos de los gilts (bonos soberanos) británicos. El del gilt a 30 años llegó a tocar el 5%, niveles de 2002, y eso empezó a ahogar a unos fondos de pensiones que en Reino Unido emplean estos activos como garantía. El BoE se vio obligado a actuar con urgencia para evitar un colapso que ponía en riesgo, según los cálculos de los expertos, entre 1,5 y 1,7 billones de libras.

"Esto ha sido esencialmente un ejercicio de control de la curva de rendimiento a corto plazo", valoraba Geoffrey Yu, analista de Bank of New York Mellon, nada más conocerse la decisión. "Si calman la volatilidad de la renta fija, también puede ayudar a calmar las divisas", añadió.

El BoE ha "conseguido desconectar el extremo largo del resto de la curva", señalaba Rohan Khanna, estratega de tipos de UBS ante la preocupación de que el caos en los gilts a largo plazo se extendiera a toda la curva. "En los últimos días, hemos asistido a una subida desordenada de los rendimientos de los gilts de largo plazo que podría haber impulsado una nueva subida incontrolada si no se controla", coincidía Daniela Russell, de HSBC Holdings.

Markus Allenspach (Julius Baer): "Podríamos ver una forma de control informal de la curva de tipos por parte de la autoridad monetaria del Reino Unido a corto plazo"

La decisión del BoE ha devuelto la calma al mercado de bonos y las notas a 30 años han llegado a bajar del 4%, el nivel que presentaban el pasado viernes antes de que el Ejecutivo lanzase el plan de recorte de impuestos más ambicioso desde los años 70. El fundamento teórico es que se han empezado a comprar bonos a largo plazo para tener a raya sus rendimientos, lo que de facto supone un cierto control de la curva de tipos, algo por lo que es célebre el BoJ.

"Una vez que los mercados de bonos internalizan el compromiso del banco central, el precio objetivo se convierte en el precio de mercado: ¿quién estaría dispuesto a vender el bono a un inversor privado por menos de lo que podría obtener vendiéndolo al banco central?", se preguntaban David Wessel y Sage Belz, miembros de Brookings Economics, en una nota publicada por el instituto hace un tiempo.

El matiz está en que el BoE ha prometido que será una medida de carácter temporal que no altera su hoja de ruta. ¿Bastará este 'control' de solo unas semanas? "De cara al futuro, suponemos que el BoE tendrá que tener en cuenta las implicaciones negativas del aumento de los rendimientos para el sector de los fondos de pensiones del Reino Unido y que tendrá que amortiguar las subidas de los rendimientos de la deuda pública. De hecho, podríamos ver una forma de control informal de la curva de tipos por parte de la autoridad monetaria del Reino Unido a corto plazo", apunta Markus Allenspach, Jefe de Investigación de Renta Fija en Julius Baer.

Desde Bank of America (BofA) consideran que el BoE ha intentado "proteger su credibilidad" al subrayar que su intervención será temporal. "La relajación de la política monetaria solo puede ser un parche para la revalorización del mercado impulsada por la credibilidad de la política fiscal, en nuestra opinión. Por lo tanto, es vital que la política del BoE siga siendo temporal y limitada en el tiempo. El banco podría verse presionado para continuar después del 14 de octubre. En nuestra opinión, esto pondría en peligro sus credenciales de lucha contra la inflación, a menos que este amento de compra de bonos venga acompañado de una fuerte subida de los tipos de interés al mismo tiempo", escribe en una nota el estratega Robert Wood.

El caso de Japón

Desde la gestora Amundi comentan que el control de la curva no es una política tan extraña ni desconocida, lo que pasa es que en EEUU no se ha usado desde hace décadas y en la eurozona no se podría aplicar por motivos técnicos (no hay un único bono soberano). "El control de la curva ya se implementó en EEUU en la Segunda Guerra Mundial (hasta 1947), más recientemente se ha aplicado en Australia y desde 2016 el BoJ ha apuntado directamente al rendimiento de los bonos a 10 años", explican.

El BoJ sigue destacando por su férreo control de la curva de tipos. Por ejemplo, uno de sus objetivos es mantener el rendimiento del bono a 10 años en el 0,25%, y para ello hace compras ilimitadas de los mismos. Este mismo viernes, ha comprado 550.000 millones de yenes de bonos a cinco y diez años, una cifra superior a los 500.000 millones de yenes previstos, y ha realizado una oferta diaria para adquirir una cantidad ilimitada de bonos a diez años al 0,25%. También ha anunciado un aumento de las compras de bonos con vencimiento de al menos cinco años para los próximos tres meses.

Al igual que algunos de sus homólogos en Asia, el BoJ está intensificando sus esfuerzos para contrarrestar la volatilidad del mercado, ya que el aumento de los tipos de interés alimenta el temor a una recesión mundial. En el caso de Japón, parte de la presión sobre los bonos se debe a las apuestas de que el banco central podría acabar abandonando su postura ultralaxa para reducir la diferencia de rendimiento con sus principales homólogos. La presión sobre el yen también está ahí.

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