
Según se acerca la paridad del euro contra el dólar, por creciente amenaza de la recesión y un corte total de suministro de gas en Europa; los fondos bajistas están empezando a salivar. Los primeros objetivos de algunos hedge funds sitúan al euro sobre los 0,9 dólares. La mala noticia es que la presión bajista de posiciones cortas, ni siquiera ha comenzado. La clave la tendrán Rusia y el BCE.
La paridad entre el euro y el dólar es una de las grandes fronteras de los mercados financieros. Traspasarla supone entrar en un territorio peligroso por todas las implicaciones que tiene. Malos augurios para la zona euro, un serio problema para el BCE, más inflación; solo por citar algunos. Es una barrera psicológica difícil de romper, pero cada vez tiene más inversores dispuestos a saltarla.
El fondo bajista BlueBay, conocido por su apuesta bajista contra el Banco de Japón, lleva operando en corto contra la divisa comunitaria en el último mes y ve en los próximos meses al euro en 90 centavos. "Puede ser un invierno muy largo para el euro", señala Kaspar Hense director de la firma. Para el experto, la clave está en si Rusia mantiene o corta el suministro este invierno para los países europeos. Alemania, Francia, Austria y toda la UE se está preparando para lo peor, con planes de emergencia, que incluye racionamiento de energía.
No es el único que ve al euro por debajo de la paridad. Nomura apunta que en agosto la divisa europea ya tocará los 0,98 dólares e ING contempla un escenario de 0,95 dólares. "Los temores de recesión están comenzando a afectar de manera más amplia a las monedas procíclicas, como el euro y como la Fed no muestra signos, hasta el momento, de alejarse del endurecimiento anticipado, el dólar ha llegado a máximos de veinte años", explican desde la entidad holandesa.
"Puede ser un largo invierno para el euro"
Y añaden que "los niveles psicológicos juegan un papel importante en los mercados de divisas y en el de opciones y futuros, donde las barreras o los factores desencadenantes pueden anular o dar vida a las estructuras bajistas o alcistas una vez que se alcanza un nivel en particular". Actualmente, el consenso del mercado de Bloomberg sitúa al euro en 1,04 dólares. La semana pasada estaba rozando los 1,06 dólares. La probabilidad de que el próximo mes pueda perder el dólar crece al 72,4%.
Desde el punto de vista fundamental, hay dos fuerzas para el euro. La crisis energética y los movimientos de Rusia serán determinantes para que Europa entre o esquive la recesión. "La dependencia energética de Europa de Rusia está cayendo, pero no lo suficientemente rápido como para evitar la recesión si se cierra el oleoducto. Si eso sucede, el euro probablemente perderá otro 10% más o menos", dicen desde Societe Generale.
La otra clave será el BCE. La devaluación del euro de más de un 10% en el año golpea con fuerza las puertas de la sede del organismo en Frankfurt. El cambio con un euro débil supone más presiones inflacionarias para la zona euro, en el peor momento. De momento, la escala prevista por Lagarde sobre los tipos de interés apenas ha detenido la caída del euro. "Ante el riesgo inminente de recesión, y el euro como moneda procíclica, las manos del BCE pueden estar atadas en su capacidad para amenazar con subidas de tipos más agresivas en defensa del euro", comentan desde ING.
Los problemas para el euro se pueden agravar si entran a jugar los grandes bajistas. Actualmente, las posiciones bajistas contra la divisa comunitaria está en niveles muy bajos y se está produciendo una gran descorrelación. Los datos que proporciona la CFTC de Chicago muestran que los grandes hedge funds y traders de materias primas que utilizan las divisas como cobertura se han mantenido al margen de la reciente caída. El volumen de posiciones cortas están muy lejos de los niveles de 2019, cuando Trump desató la guerra comercial, o 2015 cuando la zona euro parecía que nunca iba a salir de la crisis de deuda. "Los especuladores tienen espacio para agregar a las posiciones cortas", advierten desde ING.