La amenaza de una recesión, la debilidad de la economía europea frente a la estadounidense, el impacto en la economía por la guerra y el aumento de los precios de la energía y las diferencias de política monetaria entre la Reserva Federal y el Banco Central Europeo no están dando tregua al euro.
El cruce de la divisa europea con la estadounidense vivió ayer una de las peores jornadas del año, con una caída que superaba el 10% a media sesión de bolsa americana.
Este último arreón ha llevado a la divisa europea hasta los 1,02 dólares, un nivel que no tocaba desde hace 2 décadas, en el año 2002. En concreto, durante la jornada del martes llegó a cotizar en los 1,024 dólares, y las pérdidas desde el primer día del ejercicio ya superan el 9,9%, el peor año para el cruce desde 2015.
Parece que todo se ha puesto en contra del euro. Alemania acaba de publicar su primer déficit comercial desde 1991, y el incremento de los costes de la energía sigue ahogando a la economía europea. Sin ser exportador neto, la debilidad de la divisa europea es un problema añadido para el crecimiento alemán, el motor europeo, en un momento, además, en el que el flujo de gas ruso se ha paralizado en el país. El rescate que Alemania estaría preparando para el gigante del gas Uniper es un reflejo de los problemas que enfrenta Europa.
"Una fuerte apuesta por el dólar ha hecho que el par de divisas haya caído dos décimas porcentuales en la mañana del martes frente al dólar. Las limitaciones ascendentes para el cruce aún persisten y en gran medida adoptan la forma de riesgo de estanflación", explican desde Monex Europe.
"Para la economía de la eurozona, una moneda más débil tiende a ser estimulante, especialmente para la balanza comercial de Alemania. Sin embargo, dada la actual crisis energética y la presión de la inflación interna sobre el consumidor dentro del bloque económico, una mayor depreciación del euro no hará sino lastrar aún más las condiciones de crecimiento y aumentar la presión sobre la inflación", explica Simon Harbey, director de análisis de mercado forex de la firma.
Otros analistas ya pronostican que el cruce va a seguir sufriendo presión bajista, hasta el punto de llevarlo a la paridad. "Según los pronósticos, si la crisis energética continúa en la Eurozona, el euro frente al dólar podría llegar a paridad o igualdad, en donde un euro costaría lo mismo que un dólar", explica Alexander Londoño, analista de mercados de ActivTrades. Eso sí, el consenso de mercado que recoge Bloomberg espera que el cruce termine el ejercicio en el entorno de los 1,07 dólares, descartando que el euro cotice en paridad con el dólar en el arranque de 2023.
El dólar no claudica
La caída del cruce no sólo se explica por la debilidad del euro. De hecho, es el dólar estadounidense y la fortaleza que está demostrando en las últimas semanas lo que parece estar pesando más al par, ya que se tratade una de las divisas que mejor se está comportando en 2022 frente a sus diferentes pares. De hecho, en 15 de sus 16 cruces con más negociación, el dólar se revaloriza, y hay monedas como el yen japonés, las coronas noruega y sueca, la libra esterlina, el dólar neozelandés y la corona danesa, que se deprecian más que el euro en el año frente al dólar, con caídas que alcanzan el 15,3% en el caso del yen, la que más está perdiendo en lo que va de año frente al billete verde. La única moneda de esta lista que consigue revalorizarse frente al dólar este año es el real brasileño, con un 3,3% desde el primer día del año.
El temor por la llegada de una recesión mundial está contribuyendo a las subidas del dólar, uno de los activos refugio que más utilizan los inversores cuando vienen curvas.
Política monetaria
El rumbo de las políticas monetarias, en Estados Unidos y Europa, apunta en la misma dirección, pero la velocidad de crucero no es la misma a ambos lados del Atlántico. Mientras el BCE se prepara para subir los tipos 25 puntos básicos en su reunión del 21 de julio, en Estados Unidos los tipos de interés ya se han subido 150 puntos básicos este año, y el mercado descuenta que, también en julio, la institución americana vuelva a subir tipos en 75 puntos básicos, mucho más rápido que el BCE.