
Que 2022 está siendo un año muy complicado para la renta fija es un hecho. Las pérdidas que arrojan, por precio, los bonos son tan pronunciadas que igualan las de algunas de las principales bolsas. Sin ir más lejos, el índice de Bloomberg de deuda global (el Bloomberg Global Aggregate Index) se deja cerca de un 12% en lo que llevamos de ejercicio, y el Dow Jones, un 12,7%. Con este balance anual, el inversor conservador se plantea, cada vez más, si este activo ha dejado de ser adecuado para él. Consulte otros artículos en el portal especializado elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Si la deuda tradicional está sufriendo profundas caídas en sus precios, más todavía lo está haciendo la sostenible. El índice global de deuda verde, en dólares -el Bloomberg MSCI Global Green Bond Index- se hunde un 16% este año. El dato es llamativo porque ninguna de las principales categorías de deuda que recoge Bloomberg (que son 20) cae tanto: la más bajista es la deuda emergente en dólares, que pierde un 14,5%.
Bajo el paraguas de deuda sostenible se enmarcan los bonos verdes (que financian proyectos que favorecen el medio ambiente, ligados por ejemplo a renovables o a eficiencia energética); también los sociales (destinados a fines como combatir el desempleo o la exclusión) o los propiamente denominados sostenibles (que combinan características de los verdes y los sociales). Además, entrarían en este subgrupo los bonos ligados a la sostenibilidad, en los que las condiciones financieras se vinculan a que el emisor alcance o no unos objetivos ESG (ambientales, sociales o de gobernanza) concretos.
Bloomberg cuenta también con un índice que refleja la evolución de la deuda sostenible en su amplio espectro (es decir, no solo la verde, sino todas sus tipologías), el Bloomberg MSCI Global Aggregate Sustainability Index, que no lo hace mucho mejor: se deja un 12,3% en el año.
¿Por qué lo hace peor la deuda ESG, y especialmente la verde, que la tradicional en 2022? "No creo que los inversores estén vendiendo bonos verdes", reflexiona Stanislas de Baillencourt, gestor de Sycomore AM (grupo Generali). "Mi impresión personal es que los bonos verdes tienden a tener vencimientos más largos, porque son activos nuevos -se han emitido en los últimos dos o tres años- así que no hay bonos verdes antiguos que estén a pocos años de su vencimiento. Eso es lo que sospecho que sucede", añade. Precisamente en los últimos tiempos -para protegerse de la retirada de estímulos de los bancos centrales y de las alzas de tipos- los gestores han intentado reducir la duración de los vencimientos de sus carteras de bonos.
Pocos productos en positivo
Aún en medio de este complicado panorama, algunos productos de deuda sostenible logran mantenerse en positivo en el año, aunque sea por motivos distintos a su faceta ESG. Pero son pocos. Hay 939 fondos de renta fija disponibles para su venta en España, en euros, que Morningstar recoge como artículo 8 (es decir, sostenibles) o artículo 9 (de impacto) según el Reglamento europeo de Divulgación. Y de esos 939 productos, solo 21 (un 2,2%) se revalorizan -algunos muy poco- en 2022. De los pocos que suben, todos son artículo 8, ninguno artículo 9 (estos últimos son los más puros en ESG, según la clasificación de la Comisión Europea).
Solo el 2,2% de los fondos de deuda sostenible a la venta en España esquivan las pérdidas este año
Destaca por encima de todos el Bradesco Glbl Braz Fixed Income R EUR, que se dispara más que ninguno, un 18,2% en lo que llevamos de año. Invierte en deuda brasileña con una duración efectiva de 1,91 años. Por detrás de él, el UBAM Dynamic US Dollar Bond AC EUR logra revalorizarse un 6,7% invirtiendo en deuda corporativa estadounidense a corto plazo. También se posiciona en deuda de empresas a corto plazo el Amundi Funds - Pioneer US Short Term Bond C EUR (C), que sube un 6,5%.
Con alzas superiores al 5% encontramos todavía al HSBC GIF Global IG Sec Credit Bd XC, al Morgan Stanley Investment Funds - US Dollar Short Duration Bond Fund A y al AB Mortgage Income C2 USD.