
¿Cómo se puede frenar a Vladímir Putin? Esta es la gran pregunta que planeaba esta semana sobre las capitales europeas y también en Washington. Había acuerdo en la aplicación de sanciones de forma inmediata, pero ¿cómo ahogar la economía rusa para obligar a Putin a detener la guerra en Ucrania?
"Algo que debemos recordar es que Rusia, económicamente, es un país pequeño que depende en el 90% de exportaciones para ganar dinero, para financiar su presupuesto, incluido el presupuesto militar. Sois vosotros quienes pagáis los tanques: es Europa, los Estados Unidos, China quienes pagan por los tanques rusos, comprando el gas, el petróleo, los diamantes, el zinc, etcétera", manifestaba el jueves Sergueï Jirnov, exoficial de inteligencia soviético, en la radio pública francesa France Info.
"Hace falta declarar mañana que ningún producto ruso pueda ser adquirido en el mundo; y que ningún producto occidental pueda ser vendido a Rusia. En seis semanas, Rusia está muerta", aseguraba Jirnov, que añadió: "Hay que decirle a los Estados Unidos que las reservas financieras de Rusia están en euros y en dólares. La Reserva Federal puede declarar que mañana no se podrán pagar dólares por parte de Rusia o de cualquier socio extranjero que trabaje con Rusia".
No obstante, llevar todo esto a la práctica no es tan sencillo. En el mismo programa, Peer de Jong, del Institut Themiis, respondió que "la presión económica contra Rusia no funcionará", dado que "Rusia ya tiene acuerdos [comerciales] con China". En esta línea se expresaba también el politólogo Dominique Moïsi, fundador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI): "Hay [en Putin] una obsesión por el poder, por el retorno del imperio, y creo que no nos ha tomado en serio: cuanto más hablamos de sanciones económicas, más él se dice esta gente no va en serio".
El sector de la energía representa en torno a un 15% del PIB de Rusia, lo que supone más de un tercio del presupuesto ruso y más de la mitad de los ingresos que se obtienen de las exportaciones, según publicó el Atlantic Council a principios de febrero. Sin embargo, desde este think tank estadounidense consideraban que, dado el elevado precio del petróleo y los problemas de suministro de gas natural, las sanciones a la industria rusa de la energía parecían poco probables de entrada.
"El arma económica más impactante para disuadir a Putin es la amenaza de una escalada masiva de sanciones al sector financiero. De hecho, las sanciones bancarias cuidadosamente diseñadas para asestar un martillazo al sector financiero ruso serían una poderosa herramienta que perjudica a todos los sectores de la economía rusa, sin ni siquiera restringir la industria energética del país. El sector bancario ruso está muy concentrado; los cuatro mayores bancos estatales controlan alrededor del 55% de los activos de todo el sector", explicaban Brian O'Toole, Daniel Fried y Edward Fishman.
Se referían a Sberbank, VTB, Gazprombank y el Banco Agrícola de Rusia, así como el banco de desarrollo público VEB. Según estos autores, juntos, Sberbank y VTB poseen casi el 60% de los depósitos de los hogares, y más de la mitad de los salarios y las pensiones del país euroasiático se pagan por medio de Sberbank.
"Su huella se extiende por toda la economía rusa; dependen de los mercados financieros occidentales a los que existen pocas o ninguna alternativa (los bancos chinos no pueden compensar la diferencia); y tienen una estructura muy apalancada, lo que les hace vulnerables a los pánicos", sostenían estos tres expertos del Atlantic Council.
El Gobierno británico fue de los primeros en aplicar medidas contra el sector financiero. El diario ruso Novaya Gazeta llevó el jueves en su portada digital que el Reino Unido había impuesto sanciones de bloqueo contra VTB y la aerolínea Aeroflot. También se hacía eco de que Downing Street había decidido imponer "un límite a la cantidad de depósitos que los ciudadanos rusos pueden tener en sus cuentas en el Reino Unido" y la prohibición "de que las grandes empresas rusas obtengan financiación en el mercado británico". Rusia no podrá captar deuda soberana en Londres.
En la Unión Europea, "el bloque se abstuvo de tomar las medidas más duras solicitadas por Ucrania", según informó Reuters; pero las sanciones acordadas el jueves incluían congelar los activos rusos en la UE y detener el acceso de los bancos rusos a los mercados financieros europeos.
Por su parte, el Tesoro de EEUU comunicó el miércoles que prohibía la participación en el mercado secundario de bonos emitidos después del 1 de marzo, con el objetivo de limitar la emisión de deuda rusa en los mercados internacionales. Los inversores estadounidenses ya tenían prohibido comprar nueva deuda rusa denominada en dólares desde 2014, cuando Putin se anexionó Crimea. Además, los bancos estadounidenses también tenían vedado participar en el mercado primario de bonos soberanos no denominados en rublos desde 2019.
"Rusia se beneficia de unos ingresos superiores a los previstos, lo que se debe en parte a los altos precios de la energía", apunta Anna Zadornova, de UBS
Tal y como apuntaba Reuters esta semana, "las últimas medidas sobre la deuda en rublos -conocida por su abreviatura rusa, OFZ- podrían tensionar aún más los bonos. Los rendimientos del bono de referencia a 10 años superaron la semana pasada la barrera del 10% y se sitúan actualmente en casi el 11%, un máximo de seis años".
Sin embargo, hay quien cree que las sanciones sobre la deuda soberana rusa no surtirán el efecto deseado. Elina Ribakova, economista jefa adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales (asociación con sede en Washington), contó a Reuters que "la posición fiscal de Rusia es excedentaria y las autoridades rusas están sobrefinanciando".
En este sentido, Ribakova sostenía que "la propiedad extranjera total de la deuda rusa era de unos 64.000 millones de dólares, y que las reservas de Rusia superan los 630.000 millones de dólares, mientras que los bancos rusos tienen un excedente de liquidez de unos 11.000 millones de dólares que podrían utilizar para comprar OFZ a medida que los inversores extranjeros se retiren".
"Las transferencias financieras entre bancos y empresas rusas podrían hacerse ahora a través de un sistema de mensajería local", señalaba David Teurtrie en 'Le Monde Diplomatique'
Según datos de Bloomberg, las reservas rusas de divisa extranjera ascendían a 455.965 millones de dólares en septiembre de 2021, excluyendo las reservas de oro; y la deuda pública total de Rusia es de 249. 880 millones de dólares. Entre los mayores inversores institucionales están Allianz, BlackRock, Capital Group y Vanguard Group. La deuda externa del país, según la estimación del Banco de Rusia a 31 de diciembre de 2021, era de 478.200 millones de dólares.
Volviendo a las sanciones americanas, para la economista de UBS Anna Zadornova "las implicaciones fiscales de las restricciones a la nueva emisión de deuda soberana están limitadas por el bajo nivel de deuda pública" que tiene Rusia, publicó la agencia AFP. Con un 16% de su PIB, la deuda pública rusa se considera baja. Zadornova señaló que Rusia "se beneficia de unos ingresos superiores a los previstos, lo que se debe en parte a los altos precios de la energía" y "tiene la capacidad de obtener deuda denominada en rublos en el mercado nacional".
Las medidas anunciadas por Biden esta semana también comprenden cortar la conexión con el sistema financiero estadounidense de Sberbank, lo que restringirá su acceso a las transacciones realizadas en dólares, comunicó la Casa Blanca. Además, congelarán todos los activos de los bancos VTB, Otkritie, Sovcombank OJSC y Novikombank que estén en contacto con el sistema financiero de EEUU e impondrán nuevas restricciones a la deuda y al capital de trece de las principales empresas y entidades rusas más críticas; entre ellas, Gazprom y RusHydro.
Sin embargo, EEUU y la UE aún no quieren desconectar a Rusia del sistema global de pagos interbancarios (SWIFT). "Sería el castigo más severo, pero podría tener consecuencias indeseadas, incluso comprometiendo las exportaciones de energía a Europa", escríbía Alan Rappeport en The New York Times.
En cambio, David Teurtrie, investigador francés y coordinador de la Universidad Franco-Georgiana, contaba a comienzos de febrero en Le Monde Diplomatique que "desde 2014, las autoridades rusas han aumentado significativamente la capacidad de su economía para resistir un choque severo" y "las transferencias financieras entre bancos y empresas rusas podrían hacerse ahora a través de un sistema de mensajería local", en caso de que se corte su acceso a SWIFT.
Un 'colchón' financiero de oro y divisas
La Federación Rusa posee la cuarta mayor reserva de oro y divisa extranjera del mundo, lo que proporciona al país un foso de seguridad ante crisis como la actual. En concreto, las reservas totales internacionales de Rusia ascienden a 630.636 millones de dólares, según datos actualizados del FMI.
Por delante, tiene a China (3,4 billones), Japón (1,38 billones) y Suiza (1,10 billones). Pero el colchón ruso no se queda ahí, pues también cuenta con un fondo soberano, el National Wealth Fund, con activos valorados en 182.590 millones de dólares, según SWFI.