
Con una nueva administración en EEUU queriendo gastar mucho para estimular la economía y con la Reserva Federal firme en su objetivo a aplazar 'sine die' una subida de los tipos de interés, los mercados financieros predicen que la inflación en el país se elevará por encima del 2%, un repunte que también puede verse en otras economías avanzadas. Esta expectativa de alta inflación preocupa a numerosos inversores que ven con temor cómo la subida de los precios pueden limar sus rendimientos. La inflación reduce el valor real de los ahorros y las inversiones, lo que significa que necesita una mayor rentabilidad de su dinero para mantener el mismo poder adquisitivo. ¿Son infundados estos miedos?
Lo cierto es que, aunque algunas previsiones apuntan a que la inflación no se disparará tan desaforadamente, a numerosos analistas les preocupa la combinación de un gran aumento de la oferta monetaria, la determinación de los bancos centrales de no ahogar la recuperación y un posible auge del gasto del consumidor después de la pandemia.
Además, puntualizan, se están desvaneciendo factores como la globalización y la mano de obra barata en China que han mantenido bajo el crecimiento de los precios durante décadas. "Es un cóctel que fácilmente podría generar un brote de inflación", asevera Stephen Miller, asesor de GSFM y un veterano con más de 30 años en el negocio de los bonos que, no obstante, se declara "algo nervioso" por la situación".
La opinión del experto de Bloomberg en inversiones John Authers tampoco ayuda a calmar los ánimos: "Las cifras macroeconómicas recientes sugieren que las presiones inflacionarias son preocupantemente altas, incluso si aún no han estallado. Los precios que pagan los fabricantes, medidos por los PMI, muestran la mayor presión en casi una década. Mientras tanto, los costes laborales unitarios, medidos trimestralmente, también sugieren que la mano de obra se está volviendo más cara, de una manera que no se había visto en décadas".
Aunque en un mundo inundado de deuda, algo de inflación ayudaría a aliviar la carga real, para los inversores, especialmente aquellos que aún recuerdan el corrosivo impacto de una alta inflación en la década de los 80, el mero hecho de escuchar que hay un debate económico sobre la subida de los previos ya es suficiente para que cundan los nervios.
¿Cómo pueden estos inversores proteger sus carteras ante lo que parece avecinarse? Varios analistas consultados por Bloomberg tantean el terreno.
Cuidado con el oro
Como mandan los clásicos cánones económicos, la primera cobertura por excelencia contra la inflación sería el oro. Sin embargo, si bien el metal precioso tiene un historial de mantener su valor a muy largo plazo, a corto plazo fluctúa como cualquier activo negociado y, por el momento, ha bajado un 10% desde su máximo histórico del año pasado.
Los asesores consultados admiten que el oro puede suponer una parte sensible de una cartera equilibrada en pequeñas proporciones, advierten que no se debe sobreponderar. A diferencia de las acciones, el oro no proporciona dividendos por mantenerlo y, si se compra el metal físico, se deben considerar los costes de mantenimiento.
"Históricamente, incluso, el oro y la inflación no han estado correlacionados durante períodos muy largos, por ejemplo de 1983 a 1990", complementa Guy LeBas, jefe de estrategia en renta fija del administrador de patrimonios Janney Montgomery Scott. "A largo plazo, es probable que exista algún aspecto de cobertura contra inflación en el oro, pero existen mejores coberturas de inflación en otras partes del sistema financiero". Como ejemplos cita los metales industriales, las materias primas energéticas y las acciones de crecimiento con dividendos.
El dinero tiene que rendir
La regla general estándar de las finanzas personales es tener de tres a seis meses de gastos a mano en efectivo como un fondo de emergencia. Una vez descontada esa parte, que puede ser más alta si se tiene una posición más vulnerable, los expertos aconsejan buscar alternativas en un entorno con los tipos de interés en mínimos históricos, habiéndose situado en algunos casos ya por debajo del 0%.
Si se tiene dinero en efectivo porque se planea realizar una gran compra en los próximos años y se necesitan certezas, los asesores recomiendan buscar formas de hacer que ese dinero rinda. Por ejemplo, bancos de Reino Unido y Australia ofrecen cuentas de compensación de hipotecas, donde el saldo de una cuenta vinculada a la hipoteca se deduce del total del préstamo, lo que le ahorra intereses. Por otro lado, las cuentas de depósito a plazos, que requieren no retirar el dinero durante un período determinado, también ofrecen tipos ligeramente más altos que las que le brindan un acceso inmediato.
Exposición al crecimiento
Normalmente, la teoría económica sostiene que la inflación ocurre cuando el crecimiento está aumentando y considera excepcional situaciones como la estanflación de los años 70. Por lo tanto, tendría sentido aumentar la exposición a inversiones que se beneficiarían durante un período de expansión económica. Las empresas que pueden ganar más dinero en épocas de crecimiento o que tienen la capacidad de aumentar sus precios antes de los aumentos de costes se consideran buenas coberturas contra la inflación.
"Hay un viento de cola para los activos expuestos a la actividad económica", mantiene Leon Goldfeld, administrador de cartera de JPMorgan Asset Management. "Quieres tener exposición al crecimiento. Quieres tener la diversificación como una forma de gestionar el riesgo ".
A su vez, Thomas Poullaouec, gestor de activos para Asia y el Pacífico de T. Rowe Price, añade que los sectores que producen bienes incluidos en las cestas de inflación de precios al consumo son particularmente útiles. "Por ejemplo, existencias de recursos naturales y de materiales deberían ser beneficiarios de precios más altos en las materias primas", explica.
Bonos ligados a la inflación
Otra alternativa conocida para quienes buscan protección contra el aumento de los precios son los bonos ligados a la inflación. Estos son emitidos principalmente por los gobiernos en un esfuerzo por mantener bajos los costes de los préstamos soberanos. Su principal y sus tipos de interés se ajustan en función de la inflación.
Esto significa que ganan valor cuando la inflación aumenta. Pero si la inflación se mantiene baja, pueden perder terreno si se mantienen en cartera y aumentan los rendimientos de los bonos nominales. Es verdad que estos bonos vinculados a la inflación se han vuelto más caros a medida que han aumentado las expectativas de subida de los precios.
Kellie Wood, administradora de fondos de renta fija de Schroders en Sydney dice que ha estado aumentando la exposición de su cartera a los bonos vinculados a la inflación al tiempo que reduce las tenencias de bonos nominales porque cree que los bancos centrales estarán dispuestos a tolerar mucha más inflación de la que han aceptado históricamente.
Bienes inmobiliarios
Los inversores que buscan una cobertura contra la inflación a través de activos físicos, un amortiguador tradicional contra el aumento de precios, podrían seguir el ejemplo de la capa superior de la sociedad. "Los aristócratas en Europa saben desde hace mucho tiempo que uno compra terrenos y ve cómo aumenta su riqueza", asegura el especialista en bienes inmobiliarios Chris Bedingfield, gerente de cartera de Quay Global Investors.
Bedingfield no es uno de los que predicen el inminente retorno de la inflación. Pero para aquellos que quieran hacerse con propiedades sugiere enfocarse en ubicaciones, ya sean residenciales o comerciales, cerca de nodos urbanos o suburbios populares.
¿Y las criptomonedas?
Los defensores del bitcoin promocionan su potencial como cobertura de la inflación debido a su inherente escasez: tiene un límite de 21 millones. Sin embargo, los escépticos argumentan que algo también necesita valor y atractivo incorporados, no solo una oferta limitada, para ser una verdadera cobertura contra inflación.
El de las criptomonedas es un debate que continuará, pero el consejo de los profesionales financieros es claro: proceder con extrema precaución. El organismo de control financiero del Reino Unido ya advirtió a estos inversores de que deben de estar preparados para perder todo su dinero.
Al final, parece que el consejo más clásico de todos es el que sigue siendo válido. "Construir una cartera diversificada es la clave", resume Alex Shields, asesor de la firma de planificación financiera independiente con sede en Londres The Private Office. "Ciertamente no invertiría en un solo ámbito solo para obtener protección contra la inflación. "