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El juguete roto de los especuladores: GameStop no saldrá de pérdidas hasta 2022 y aún cotiza un 60% más cara que el sector

  • Ganará 90 millones el próximo año, apenas una cuarta parte de su beneficio histórico
Tienda de GameStop, en EEUU.
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Convertida en juguete de los especuladores, después de llegar a subir cerca de un 900% en bolsa desde el 22 de enero, GameStop ha sufrido ya dos correcciones agudas, una de algo más del 70% el 28 de enero, desde el techo de los 470 dólares por acción -25.000 millones de capitalización total-, y otra de casi un 80% desde el día siguiente.

La cadena de tiendas de videojuegos, en pérdidas desde 2018, en las que seguirá hundida al menos hasta 2022, según las estimaciones del consenso de analistas que reúne FactSet, vale ya menos de 10.000 millones, lo máximo que llegó a capitalizar a finales de 2007, antes de la Gran Crisis Financiera y de conseguir su beneficio histórico de 408 millones de dólares en 2010.

Su negocio no está muerto, aunque lo amenazaran los buitres (hedge funds o fondos de cobertura) contra los que surgió la acción colectiva en la plataforma Reddit. Pero para 2022, los expertos que siguen su cotización prevén que ganará apenas una cuarta parte de esa cifra máxima en su historia.

Tras la vorágine de especulación desatada por los foreros sobre GameStop, hay pocos argumentos a los que agarrarse desde el punto de vista del negocio de la cadena de tiendas de videojuegos.

Tomando como referencia el beneficio esperado para 2022, las acciones de la compañía cotizan tras la fuerte corrección de este martes a un PER (veces que las ganancias están recogidas en el precio de los títulos) de 65 veces. Este multiplicador de beneficios supera aún en un 60% la media del resto del sector consumo en Wall Street, 40 veces, con Walt Mart, como una de las principales referencias de las retailers de Estados Unidos, en un PER de 24 veces.

Las ventas de GameStop se mantendrán estancadas entre los 5.500 y 5.800 millones de dólares en los dos próximos años, según las mismas expectativas, muy lejos de los 8.300 millones de dólares de 2018, cuando entró en pérdidas.

Con la actividad especulativa sobre sus acciones retrocediendo, al haberse cobrado las primeras víctimas y haber incentivado la participación de manos fuertes en el aquelarre bursátil -con polémica legal y regulatoria incluida- un 50% de los analistas que siguen su cotización recomienda venderlas y el resto mantenerlas. Nadie comprar, al menos entre los analistas reunidos por FactSet.

"Un final inevitable"

"Llegó un final inevitable", advierte Mark Taylor, broker de Mirabaud Securities, en declaraciones recogidas por Bloomberg, desde donde indican que el volumen de negociación del lunes se redujo alrededor de un tercio frente al promedio de las últimas cinco sesiones. "Cualquiera puede adivinar que esto marca un punto de inflexión", continúa el experto.

Si llegó el final o no está por ver, pero quizá sea el principio de una reflexión sobre la especulación en la bolsa, que evite revuelos como el de Tubacex en España.

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