Si hay algo que pusieron de manifiesto la semana pasada las principales bolsas de Europa fue su incapacidad para batir las resistencias a las que se enfrentan.
Los selectivos de renta variable en Europa quedaron por debajo de los niveles de referencia cuya superación es necesaria de cara a alejar los riesgos de ver descensos más profundos. Descensos que podrían hacer retroceder a los índices continentales a los mínimos que marcaron el pasado mes de junio, que se encuentran a un 8% de distancia de los niveles de cierre del viernes.
"Para que se aleje ese riesgo venimos señalando que al menos deberíamos ver el cierre de los huecos que los índices europeos generaron a la baja en la jornada del pasado 24 de julio, para lo cual el EuroStoxx 50 debería cerrar una sesión sobre los 3.371 puntos, que es donde la semana pasada frenó el rebote", explica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, quien señala que en el caso del Ibex 35 "hablamos de resistencias en los 7.385 puntos".
En este contexto, el escenario técnico que esbozaron las bolsas europeas el pasado viernes deja una ecuación rentabilidad/riesgo poco atractiva, con la amenaza de ver una vuelta a los mínimos de junio (8%de distancia de los niveles actuales) y con unas ganancias potenciales limitadas.
Y es que, "las caídas que vimos el viernes provocaron que se solaparan las dos últimas ondas de subida de ese rebote, lo que nos advierte de una falta de impulsividad muy evidente", advierte Cabrero en su comentario estratégico semanal.
"Cuando eso sucede es complicado que se puedan confiar en subidas sostenibles y refuerza nuestra idea de que en el mejor de los casos el Eurostoxx 50 podría encontrarse dentro de una cuña con ligera pendiente positiva, que suele ser un patrón de agotamiento alcista de orden mayor que invita a no fiarnos en demasía de próximas subidas, que podrían estar limitadas a la zona de los 3.500 puntos", que se encuentran a un 6% de distancia.
En este contexto, la dirección que tome Wall Street, a la postre uno de los grandes directores del mercado, será de vital importancia para las bolsas europeas. Si el S&P 500 consigue finalmente superar el techo del Covid-19 en la zona de los 3.400 puntos, sería algo positivo y podría dar lugar a avances adicionales del 5% en EEUU (es el margen de subidas que le resta al Dow Jones Industrial hasta resistencias análogas) que sustentaran un nuevo movimiento alcista en Europa.