
La escalada que está protagonizando el S&P 500, que ya gana casi un 5% en el año y se acerca a máximos históricos seis meses después, al tiempo que las bolsas europeas se recuperan de las fuertes caídas sufridas desde marzo y recortan sus pérdidas, ha empujado a los inversores a salir de los refugios que habían encontrado en el oro y algunos activos de renta fija, con la deuda pública norteamericana entre los más importantes.
La menor percepción de riesgo también se está notando en la deuda considerada menos segura. Los bonos con calificación de high yield o alta rentabilidad están recuperándose lentamente de las caídas de precio –que hacen repuntar las rentabilidades– que sufrieron tras el Covidcrash. Y, por tanto, las rentabilidades que exigen los inversores en el mercado secundario se están relajando.
Según los índices de Bloomberg y Barclays, la deuda high yield europea es la única que permanece en rojo, con una caída total en el año del 3,32%, aunque en estos primeros días de agosto ya ha recuperado un 0,87% por precio. En cambio, con la renta fija global se pierde un 0,44% en el mes mientras las ganancias anuales aún ascienden al 5,8%. Con la deuda pública americana se llega a ganar incluso más de un 9% todavía a pesar de las ventas vistas durante las últimas jornadas.
No obstante, los inversores que han confiado en este tipo de bonos europeos, que ofrecen más interés por el riesgo, también asumen que pierden menos dinero que con la bolsa del Viejo Continente, ya que, por ejemplo, el EuroStoxx 50 está dejándose un 10% en el año.
La rentabilidad actual de la deuda high yield se mueve en el entorno del 4,36%, tras llegar a subir por encima del 9% en los peores momentos de esta crisis, si bien no se ha reducido hasta los niveles con los que arrancó el año. Todo en un contexto en que el programa de compras de activos de deuda por parte del BCE se limita a los bonos con grado de inversión, por lo que esto perjudica a la rentabilidad de los bonos con peor calificación crediticia.
Regreso de la confianza
Este regreso de los inversores a la renta fija de alta calidad crediticia se ha producido en un contexto en el que la confianza ha vuelto a aparecer, pero Markus Allenspach, responsable de Análisis de Renta Fija de Julius Baer, recuerda que la probabilidad de que se produzcan impagos también ha crecido, hasta el 12% según las estimaciones de Moody's para los próximos seis meses. Razón por la que recomienda centrarse en los emisores más rentables de este segmento de renta fija y en títulos de corta duración.
"La política de la Fed es muy favorable para los segmentos más arriesgados y existe una amplia búsqueda de liquidez para obtener rendimiento. Pero la economía de EEUU sigue operando por debajo de su velocidad de crucero y el riesgo de sorpresas negativas es importante. El panorama macroeconómico sigue siendo un desafío y los inversores deben ceñirse a emisores rentables, evitando el creciente número de empresas zombis", señala.