
Las acciones de la fintech Wirecard, cotizadas en el Dax 30 (el principal índice de la bolsa alemana), viven una auténtica montaña rusa desde hace dos semanas, cuando salió a la luz el enorme fraude contable de la compañía. Esta anunció la semana pasada que ha comenzado los trámites para declararse insolvente, lo que provocó un auténtico desplome de sus títulos. Sin embargo, estos se disparan hoy hasta un 208% (al cierre un 161%) después de conocerse que la empresa continuará con sus actividades comerciales.
"Las actividades comerciales de Wirecard continuarán", trasladó la fintech en un comunicado publicado en la tarde del sábado. "El consejo de administración opina que a los acreedores les interesa mucho que continuemos", argumentó en la misma nota, en la que recuerda que los procesos para su insolvencia "aún se está revisando".
Además, según informa el periódico germano Frankfurter Allgemeine Zeitung, otras empresas del sector de pagos (entre ellas, la gigante francesa de servicios de pago Worldline) y fondos de inversión de capital riesgo están estudiando comprar parte de los activos de la firma alemana.
Reacción en bolsa
Estas informaciones hacen que las acciones de Wirecard hayan subido la friolera de un 162% en la bolsa de Frankfurt hoy. Han tocado un precio máximo intradía en los 3,95 euros, para cerrar en los 3,34 euros frente a los 1,281 euros en los que acabaron la semana pasada.
Aún así, el hundimiento bursátil de la conocida hasta hace poco como la 'Paypal alemana' es más que considerable. Antes de que saliera a la luz su fraude milmillonario, la compañía cotizaba por encima de 104 euros por acción. Por tanto, en los niveles actuales (teniendo en cuenta el marcado repunte de este lunes), las pérdidas superan el 96%.
Escándalo contable
El pasado jueves 18 de junio se conoció un enorme 'agujero' en las cuentas de Wirecard. La fintech debía publicar ese día sus cuentas definitivas de 2019, pero no lo hizo porque su auditora, Ernst & Young (EY), se negó a firmarlas ante las dudas sobre la existencia de haberes bancarios en cuentas fiduciarias en Asia por valor de 1.900 millones de euros, sobre los que no había comprobaciones suficientes.
Días después, la compañía alemana admitió que existe "una probabilidad predominante" de que los mencionados 1.900 millones realmente "no existan".
El viernes EY acusó a Wirecard de llevar a cabo "un fraude elaborado y sofisticado", basado en "confirmaciones y declaraciones falsas con respecto a las cuentas de depósito en garantía".
"Incluso los procedimientos de auditoría más sólidos y amplios pueden no descubrir una conspiración de fraude", se defendió la auditora, una de las cuatro consultoras (big four) más grandes del mundo.
En paralelo, la Comisión Europea pidió a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), el supervisor bursátil de la Unión Europea (UE), que iniciara una investigación preliminar sobre la quiebra de la firma germana.
Lo anunció a través de Twitter Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, en con un mensaje con el que señaló indirectamente a posibles fallos de supervisión por parte del regulador alemán, BaFin.
La semana pasada el ex consejero delegado de la compañía (dimitió el día 19), Markus Braun, fue detenido por la Fiscalía de Munich y, posteriormente, puesto en libertad tras pagar una fianza de cinco millones de euros.
La justicia bávara acusa al directivo de haber inflado el volumen de negocios de Wirecard, simulando ingresos de la entidad y manipular así el mercado, con una información financiera más atractiva para inversores y clientes.