Según un estudio de Bank of America realizado a finales del pasado año, en la próxima década en torno a 20 billones de dólares –más o menos la capitalización del S&P 500– de activos bajo gestión podrían ir dirigidos a productos ESG (que cumplen criterios ambientales, social es y de gobernanza) un auténtico terremoto en una industria que actualmente tiene 800.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
Así, aunque en los últimos años el ESG ha tenido un fuerte impulso, los ponentes de la IX edición del Foro empresas que crean valor al accionista, creen que todavía queda mucho camino por recorrer. En el encuentro, patrocinado por Ferrovial e Ibercaja y que virtualmente se celebró en la Bolsa de Madrid, han señalado que la tendencia será que cada vez este tema adquiera mayor importancia. "En un mundo perfecto, si tenemos éxito, este foro no se celebraría en unos años, porque todo el mundo lo habrá interiorizado y se hablará de otra temática", indica Steven Fernández, director global de Mercados de Capitales de Naturgy. José Ángel Barriga, responsable de Calidad y Proyectos de Ibercaja Pensión, cree que es "un proceso que se ha incrementado en los últimos años" y que "el plan de acción europea revolucionará la industria" y va a "convertir lo que eran buenas prácticas en algo obligatorio".
Para Fernández se tienen que dar unos cambios que vendrán por dos lados. Por uno, cree que a medida que la gente se de cuenta de que los fondos que invierten en firmas ESG tienen un mejor comportamiento que el mercado "cada vez veremos entrar más dinero en los mismos". Por otro, estos mismos fondos exigirán más a los analistas. "El sell side [analistas de brókers] se va a tener que ir ajustando, porque serán los propios fondos los que lo exijan. A día de hoy hay muy pocas casas que le dediquen espacio o con analistas especializados. Es una tendencia que va a crecer en los próximos años y esa divergencia se tendrá que cerrar", concluye.
Según una encuesta reciente de Morgan Stanley, un 80% de los inversores institucionales integró en 2019 como estrategia en sus carteras factores ESG, 10 puntos porcentuales más que hace dos años.
Según una encuesta reciente de Morgan Stanley, un 80% de los inversores institucionales integró en 2019 como estrategia en sus carteras factores ESG, 10 puntos porcentuales más que hace dos años. Por su parte, otro estudio de Bank of America señala que el 87% de los Millennials cree que los factores ESG es importante en su proceso de inversión y que el éxito de su negocio debería ser medido en términos más allá de su comportamiento financiero.
"A modo de anécdota, en nuestro road show del bono verde en 2019 me resultó muy curioso que, cuando nos sentábamos en la mesa con los gestores, la persona dedicada al ESG era, en general, un millenial que venía con vaqueros y zapatillas, y eso demuestra un cambio. Cada vez todos estos millenials que tienen una mentalidad distinta a la nuestra, que buscan valores distintos en las compañías son los que, quizás ahora no, pero dentro de unos años, tomarán las decisiones de inversión; eso no debemos olvidarlo", indica Gema Esteban, directora de Inversiones ESG and Reporting de Telefónica.
Camino hacia la estandarización
Los ponentes estuvieron de acuerdo en la importancia de que la Unión Europea, dentro de su Plan de Finanzas Sostenibles, esté estableciendo estándares que arrojen luz sobre lo que es verde y lo que no.
Una de las principales patas de ese plan es el estándar de bono verde, "que ofrece al inversor garantías de que lo que está comprando realmente es verde", lo que impulsará este vehículo de financiación, según destacó José Ángel Barriga, de Ibercaja Pensión, que le auguró "un crecimiento futuro espectacular". Roberto Fernández Albendea, director de Responsabilidad Social Corporativa y Reputación de Iberdrola -que es líder mundial en emisión de estos bonos-, destacó que, precisamente, la eléctrica forma parte del grupo de trabajo de la Comisión que desarrolla el estándar de bono verde, al que considera "un pilar de transparencia y metodológico" que apoyará enormemente el desarrollo de estos activos de renta fija. Tienen a su favor un comportamiento, en precio, menos volátil que otros tipos de bonos, y al emisor le permite financiarse a costes más atractivos. Por su parte, Begoña Morenes, directora de relaciones de Inversores de Ferrovial, hizo hincapié en el abrumador ritmo de crecimiento de la inversión socialmente responsable, así como en la importancia de transmitir el compromiso de una compañía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas más allá de las fronteras de la empresa.
Naturgy: "Queda mucho por hacer, el ESG debe ser global"
Una de las empresas del Ibex 35 que está dando un giro empresarial más claro es Naturgy, redoblando su apuesta por las energías renovables y hacia ser una compañía más eléctrica. "Nosotros estamos en un proceso de transformación que tiene el ESG en el ADN. Por el lado de la E, aspiramos a ser más eléctricos y apostamos claramente por las inversiones en renovables. En la G, hemos reducido el tamaño del Consejo, hemos fomentado la igualdad a nivel del mismo, tenemos una comisión de sostenibilidad y hemos creado un plan innovador de remuneración al equipo directivo. Por la S, no sólo está el trabajo de la fundación, también todo lo que se ha hecho en esta crisis. Se han tomado por convencimiento decisiones que tendrán un peso negativo en la cuenta de resultados, pero que eran las correctas", destaca Steven Fernández, director general de Mercado de Capitales de Naturgy.
Según explicó la compañía a inicios de este mes, su objetivo de cara a 2022 es que el 34% de la capacidad de generación sea de origen renovable, frente al 27% actual, unos números que también están ligados al cierre de sus plantes de carbón, que sigue pendiente del visto bueno definitivo del Ministerio de Transición Ecológica. Más allá de esto, la empresa se ha marcado como objetivos disminuir un 20% el consumo de agua en 2022, un 70% la producción de residuos, duplicar el porcentaje de residuos reciclados y valorizados y realizar al menos 300 iniciativas de biodiversidad al año.
Para Steven Fernández es clave que los inversores entiendan que el ESG puede acabar marcando la supervivencia de las propias empresas y que las decisiones deben tomarse pensando en el largo plazo. "Creo que esta es una temática a largo plazo y lo que vemos es que el mercado está tomando posiciones más a corto y esto explica en parte por qué los fondos ESG no acaban de explotar", indica Fernández. Así, considera que hay que lograr hacer entender a la gente, tanto internamente como externamente, que "es un tema de sostenibilidad de una empresa a largo plazo. Lo que te va a permitir cobrar el fondo de pensiones o seguir recibiendo el dividendo que paga una empresa que ha invertido en actividades que son sostenibles a largo. Si estás invertido en un sector que no tiene futuro y no cambias no vas a tener esa empresa en el futuro".
"En un mundo perfecto, si tenemos éxito este foro no existiría dentro de unos años, ya que todo el mundo lo habrá interiorizado y se hablará de otras temáticas", indica Fernández
Europa está al frente de este proceso y para Steven Fernández es necesario que el resto de regiones se sumen para que este impacto "pueda ser global", ya que "queda mucho por hacer". "En un mundo perfecto, si tenemos éxito este foro no existiría dentro de unos años, ya que todo el mundo lo habrá interiorizado y se hablará de otras temáticas", indica. Aunque el interés de los inversores sobre los temas ESG ha crecido durante los últimos años, todavía queda mucho trabajo por delante. Los fondos con criterios ESG tienen 800.000 millones bajo gestión, una cifra todavía pequeña frente a los activos globales y en la gestión pasiva esta cifra es de solo 26.000 millones, frente a los 4 billones que hay bajo esta modalidad.
Entre los sectores en los que los inversores vuelcan su atención sobre las políticas ESG, probablemente las telecomunicaciones no están en un lugar destacado de la clasificación. Sin embargo, Telefónica ha sido una firma pionera en este sentido, siendo la primera de la industria en colocar un bono verde -ya tiene dos emitidos- y entre sus inversores este tema tiene un gran interés. Gema Esteban, directora de Inversiones ESG and Reporting de Telefónica, explica que el 98% de los institucionales accionistas de la compañía utilizan criterios ESG a la hora de tomar decisiones en sus carteras.
Telefónica: "Este año el interés es el social en vez del verde"
Durante el pasado ejercicio la compañía hizo varios road show específicos sobre el tema ESG y Esteban indica que han abierto "un diálogo continuo con inversores institucionales e internacionales en este sentido" y recuerda que "cada vez hay equipos más grandes" enfocados en esta temática. Eso sí, el Covid-19 también ha cambiado cómo enfocan las preguntas: "Este año hay mucho interés dirigido en torno al impacto social, mientras que el año pasado era más medioambiental. Nosotros en concreto tenemos muchas cuestiones sobre privacidad y seguridad", indica.
En todo caso, lo que parece evidente es que el acercamiento de muchos inversores a las compañías ha cambiado y que unos buenos resultados financieros pueden ser condición necesaria pero no suficiente para convencerles para invertir. "Hay una demanda brutal que sentimos desde el mundo inversor. Hay un requerimiento que las compañías tienen que demostrar, no solo cómo ganan dinero y generan rentabilidad, también otros parámetros como los medioambientales, sociales o de gobernanza", indica Gema Esteban. Así, cree que es clave "cómo integrar [el ESG] en tu equity story, cómo le cuentas a un inversor cómo lo integras en la parte fundamental de tu negocio y cuáles son los aspectos materiales que son de verdad importantes y ese es el punto en el que estamos ahora".
La compañía tiene dos colocaciones verdes. Una realizada en enero de 2019 por 1.000 millones de euros destinada al despliegue de fibra con vencimiento en febrero de 2024. La demanda para esta operación alcanzó los 5.000 millones de euros y su cupón quedó fijado en el 1,06%. Desde su colocación el bono ha generado ganancias del 3% por precio y su rendimiento es del 0,3%. La segunda colocación es un bono perpetuo emitido en enero de este año y su primera call en 2027. El cupón de este bono es del 2,5% y la demanda superó en más de 4 veces a la oferta, lo que da una idea del apetito que generan estas operaciones. "Nosotros este tema lo empezamos a explorar desde el punto de vista estratégico. Nos encontramos una demanda brutal y una acogida buenísima desde el punto de vista inversor. El principal driver es que los costes fueran menores", indica Esteban. Así, abre la puerta a que se pueda mirar al mercado de bonos sociales: "Hemos visto que la tendencia ha cambiado, este año el 53% de emisiones ESG son sociales y el 47% verdes, cuando el año pasado el 18% era social y el 82% verde".
Iberdrola: "La taxonomía se reflejará en el coste del capital"
Iberdrola es líder mundial en la emisión de bonos verdes, un activo con un especial atractivo en un año de gran volatilidad en el mercado (ya que, generalmente, este tipo de bonos sufren menos vaivenes en su precio). La eléctrica ha emitido más de 10.000 millones en bonos verdes, a los que se suma otros 20.000 millones en líneas de crédito y préstamos bancarios de esta naturaleza.
"La aspiración de todo emisor de un instrumento de renta fija verde es que el coste de capital sea mejor, y eso estamos empezando a verlo", explicó Roberto Fernández Albendea, director de Responsabilidad Social Corporativa y Reputación de Iberdrola; el inversor "ya discrimina y valora" ese factor de menor riesgo.
Más allá de la taxonomía verde (que es un listado de actividades que la Comisión Europea ha identificado que contribuyen a mitigar el cambio climático), Albendea señaló que ese organismo comunitario ya trabaja en el desarrollo de lo que se denominan taxonomías marrones, que señalen con claridad a quienes estén frenando la sostenibilidad. En su opinión, "esto hará posible que esos millenials con interés en este tipo de activos tengan más clara la diferencia entre invertir en un tipo de actividad o en otra", lo que a su vez debería marcar la diferencia en el coste del capital de las emisiones verdes.
La taxonomía europea solo toca, por el momento, la E del acrónimo ESG, es decir, solo establece estándares en los aspectos ambientales, algo que el director de RSC de Iberdrola quiso poner de relieve. Por su parte, la S y la G (lo relativo a los aspectos sociales y de buen gobierno) aún están a la espera de que se elabore para ellas una regulación a nivel comunitario.
"El Covid-19, sin duda, reforzará la importancia de los aspectos sociales", explicó Fernández Albendea, que destacó que esa ausencia de una taxonomía hará más difícil invertir específicamente en ellos: "Existe un problema técnico para que el mercado genere instrumentos financieros que tengan aspectos sociales como subyacente", apuntó; lo verde "tiene una elegibilidad relativamente sencilla, pero con la taxonomía es clara, objetiva y universal; a partir de ahora, en Europa, todo el mundo sabrá qué es un activo y una actividad verde, con lo cual es relativamente fácil componer instrumentos financieros".
Fernández Albendea: "Invertir en activos con un subyacente social todavía es difícil"
Sin embargo, con lo social esto es mucho más difícil, ya que no existe la definición de un activo social elegible para una financiación; falta taxonomía". Pese a todo, este experto sí considera que la pandemia acelerará este proceso, aunque quizá refuerce más el concepto genérico de ESG, no un aspecto en particular dentro de ella.
Respecto a la tercera pata de la sostenibilidad, la gobernanza, señaló que "llegó, muy potente, en el entorno de 2008-2012" y que en España "estamos, en este aspecto, a un nivel tan bueno como el resto del Viejo Continente y de Estados Unidos". El nivel de escrutinio, agregó, "es tremendo", lo cual es "muy positivo,porque focaliza la responsabilidad donde realmente está, en el consejo de administración".
Ferrovial: "Los 'millenials' llevan dentro la sostenibilidad"
La sostenibilidad cada vez pesa más en la toma de decisiones de los inversores, y así lo denotan los datos de flujos hacia los fondos ESG tanto a nivel global como en España: estos productos han registrado entradas de dinero este año, frente a las salidas sufridas en el resto de productos. Pero, dentro del universo de los inversores, son los más jóvenes los que más interiorizado tienen el mensaje de la responsabilidad, destacó Begoña Morenes, directora de relaciones con inversores de Ferrovial: "Los millenials van a llevar dentro estas cuestiones no solo en sus decisiones de inversión sino también en las de consumo, en sus relaciones personales, en sus decisiones políticas... Es algo que no se puede ignorar, ya que toda la sociedad está yendo en esa dirección, y es ante los millenials ante quienes, dentro de unos años, tendremos que responder como clientes y como inversores", señaló.
La financiación sostenible crece a gran velocidad. En 2019, lo hizo un 60%, y en los últimos cinco años este mercado se ha multiplicado por diez. Se trata de un mundo todavía en desarrollo, en el que además no todos los aspectos son fáciles de medir (la S, lo social, entraña una especial dificultad, tal y como se puso de relieve a lo largo del Foro) y, en este sentido, Morenes destacó la importancia del trabajo que desarrollan los proveedores globales de rating ESG. Estos grupos (Sustainalytics o RobecoSAM, entre otros), que recaban y analizan la información en aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, arrojan luz en un universo tan amplio como éste, y son de especial ayuda dado que "no todo el mundo cuenta con una casa de análisis lo suficientemente fuerte como poder analizar el nivel de sostenibilidad de las compañías", apuntó la directora de relaciones con inversores de Ferrovial.
Desde 2014, Ferrovial incluye tanto información financiera como no financiera en su informe anual integrado.
La multinacional del sector de las infraestructuras forma parte del MSCI Dow Jones Sustainability Index desde hace 18 años y del Ftse 4Good hace dieciséis. Esos dos grandes grupos, junto a los citados o al Carbon Disclosure Project (CDP), entre otros, ofrecen índices y ratings que ayudan al inversor a entender hasta qué punto las compañías son sostenibles, señaló Morenés.
No es suficiente con ser sostenible; también hay que saber comunicarlo. Desde 2014, Ferrovial incluye tanto información financiera como no financiera en su informe anual integrado.
En cualquier caso, "los inversores, en general, quieren obtener un rendimiento económico excelente, y eso no te lo va a dar solamente el ser bueno en ESG o no, lo importante es la calidad de la compañía". Cuestión aparte es el papel que decide desempeñar el inversor, y si quiere ser activista, es decir, si desea contribuir, a través del engagement, a que las empresas en las que invierte lo hagan mejor, dentro de sus sectores, en términos de ESG; o si decide invertir exclusivamente en compañías que tienen un sesgo ESG.
"Lo que requieren los mercados y los grupos de interés es una respuesta a sus preocupaciones sobre los riesgos en sostenibilidad, pero sobre todo que ésta esté integrada en la estrategia y en el modelo de negocio de las compañías", apuntó Morenes.
BME: Las próximas, presenciales
El coronavirus ha obligado a celebrar esta novena edición del Foro de Empresas que Crean Valor para el Accionista de forma digital, pese a que hasta ahora la Bolsa de Madrid había acogido este evento. En la clausura del evento, Jorge Yzaguirre, director de Mercados de BME, que afirmó estar "seguro de que la décima edición se celebrará de nuevo en la Bolsa de Madrid". Yzaguirre aludió al gran cambio que se ha producido en la inversión sostenible, antes menos seguida por el conjunto del mercado, pero que ya ha demostrado "comportarse mejor", tanto en renta variable como en renta fija.