Durante los últimos años, el gran apoyo del mercado -fundamentalmente en Estados Unidos- ha sido la recompra de acciones. Tras la rebaja fiscal de Donald Trump, estas se dispararon hasta niveles nunca conocidos anteriormente, pero la crisis del Covid-19 ha cambiado radicalmente el panorama, haciendo que las compañías al otro lado del Atlántico, excluyendo la tecnología, estén emitiendo tantas acciones como las que recompran y que en Europa suceda lo mismo hasta incluyendo esta industria.
Según los datos de Bernstein, las firmas de Estados Unidos han comprado 30.000 millones de dólares en acciones propias al mes entre febrero y mayo y excluyendo la tecnología esta cifra cae hasta los 8.000 millones de dólares. Mientras, la emisión de acciones se disparó hasta los 48.000 millones de dólares en mayo. En el caso del Viejo Continente, los buyback hicieron máximos en 33.000 millones al mes entre mayo y julio de 2018 y entre febrero y mayo se redujo a un ritmo mensual de 12.500 millones. Mientras, las emisiones de títulos han crecido hasta los 12.000 millones al mes, prácticamente en línea con las recompras.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias de este cambio de tendencia para los inversores? "Por sí solo no creemos que esto mueva tácticamente el mercado, que claramente está cambiando según el flujo de noticias diarias. Pero cuando se le añade a esto el hecho de que el mercado ya está en múltiplos muy estrechos, creemos que esto podría hacer a los inversores pararse a pensar. Y podemos añadir esto a los motivos que nos hace esperar un periodo de baja volatilidad y un retroceso en los mercados", indican en Bersntein.
Los cálculos de Goldman
Desde Goldman Sachs estiman que la demanda de acciones por parte de las compañías estadounidenses caerá aproximadamente un 80% este año hasta los 100.000 millones de dólares. Esta demanda cuenta con dos componentes principales, las recompras de títulos propios y la emisión de acciones. El banco estima que la recompra bruta de acciones dentro del S&P 500 caerá en un 50%, quedando así en los 370.000 millones de dólares, sobre todo ante el traspiés del 33% que veremos en los beneficios.
En lo que llevamos de año, al menos 100 componentes de este indicador, que representaron casi la mitad de la compra de títulos propios registrada el año pasado, han suspendido este tipo de ingeniería financiera. "Las disminuciones sustanciales en las recompras suelen dar como resultado una mayor volatilidad en el mercado", reconoce David Kostin, estratega de Goldman Sachs en un informe distribuido entre sus clientes.
Por su parte, la emisión anual de acciones a este lado del Atlántico totalizará los 300.000 millones de dólares en 2020, la más alta en al menos 20 años. Esto se produce en un momento en que las empresas se han apresurado a recaudar efectivo y conseguir financiación en medio de la crisis económica derivada de la pandemia. En lo que llevamos de año, estas operaciones ascienden ya hasta los 170.000 millones de dólares, niveles muy por encima de la media, que continuarán con esta tendencia, aunque de forma algo más moderada, en la segunda mitad del año.
En estas circunstancias, ¿quiénes se postulan como los principales interesados en estos valores? Según los datos más recientes de la Reserva Federal, los inversores extranjeros, que suponen el 16% del mercado de acciones estadounidense, fueron los mayores compradores de acciones estadounidenses durante el reciente mercado bajista al hacerse con 187.000 millones de dólares en renta variable americana el primer trimestre del año.

De hecho, los inversores extranjeros, al contrario que los fondos mutuos y de pensiones, que venderán un total aproximado de 330.000 millones de dólares en acciones estadounidenses este año, reemplazarán al corporate estadounidense como la mayor fuente de demanda de valores de bolsa americana, con una total de 300.000 millones de dólares, según Goldman.
Al mismo tiempo, los inversores retail patrios también supondrán un pilar importante en estos menesteres dado que comprarán acciones por valor de más de 280.000 millones de dólares, especialmente ante el incremento de la actividad en plataformas online libres de comisiones. Aun así, Kostin advierte de que el ritmo de propagación del virus y el camino que tome la normalización económica serán determinantes clave para determinar el flujo y demanda de acciones de los inversores de a pie en EEUU.
Tampoco hay que pasar por alto la incertidumbre política, especialmente con las elecciones presidenciales de noviembre en mente. Una victoria demócrata en la Casa Blanca y ambas Cámaras del Capitolio puede implicar cambios en el código tributario, lo que a su vez representa un riesgo.
Las recompras en EEUU, en nivel de 2003
Con el estallido de la crisis económica, las recompras de acciones se han puesto inmediatamente en el punto de mira, lo que ha provocado que los buyback en EEUU hayan caído, según datos de UBS, a niveles de 2003. Según cálculos de Goldman, las recompras netas de acciones acabarán el año en 100.000 millones de dólares, frente al ritmo de 130.000 millones del primer trimestre.