
Los profesionales que han participado ven más visibilidad en el escenario actual que cuando empezaron las caídas en marzo, pero también alertan de un exceso de optimismo en el mercado.
Desde que se inició el desplome bursátil a finales de febrero, cuando el Viejo Continente se convirtió en el epicentro de la pandemia, los inversores han asistido a la destrucción total de un mercado que llevó a la bolsa europea hasta niveles que no visitaba desde la crisis de deuda de 2012, dejaba unas valoraciones distorsionadas y una lista de empresas convertidas en presa de una opa tras el castigo recibido en el parqué. En la corrección de marzo, la principal duda era que no se sabía dónde estaba el suelo y cundía el pesimismo de que las bolsas no se iban a recuperar con sencilla, mientras que en la caída que hemos visto esta semana por fin se han delimitado un techo y un suelo.
Todos estos movimientos han sido auditados por elEconomista desde que desató la crisis sanitaria y económica a través de varias encuestas, y ahora, con la mirada puesta en la segunda mitad de 2020 y con el índice de referencia europeo cediendo un 16% en el año, toca preguntarse qué esperar de este mercado el próximo trimestre.
¿V o L?
Aunque en el último mes la esperanza de encontrar una vacuna, la actuación de los bancos centrales y unos datos de empleo de mayo mejor de lo esperados en EEUU insuflaron optimismo a los índices, las malas previsiones económicas que se han conocido esta semana y el temor a una segunda oleada de la pandemia han alejado la posibilidad de que la recuperación tras la crisis sea rápida o en forma de V. Y ante este escenario tan incierto, el EuroStoxx ha cedido un 7% en la semana y se está moviendo entre la posibilidad de prolongar el rebote o a recaer hasta los mínimos de mayo, niveles a los que se encuentra a un 12,5%.
Que Europa sea capaz ponerse en positivo en el año entre los meses de julio y septiembre, para lo que debería avanzar casi un 19% desde niveles actuales, lo cree posible el 56% de los expertos que han participado en la encuesta realizada por elEconomista entre 18 firmas de análisis y gestoras de fondos, frente al 44% que considera más probable un regreso a los mínimos de mayo en este periodo. La divergencia que existe entre el mercado financiero y la economía real, donde la macro muestra signos de debilidad, se traslada también a los expertos.
Optimismo... pero con cautela
¿Qué razones esgrimen aquellos que confían en la capacidad de la bolsa europea para borrar las pérdidas anuales? Prácticamente con unanimidad los analistas aluden a la inyección de liquidez por parte de los bancos centrales y las medidas políticas en los procesos de desescalada para defender sus argumentos. Eso sí, supeditan la fortaleza del rebote a los resultados corporativos del tercer trimestre, que serán los que servirán para calibrar las consecuencias de la pandemia en las empresas y en la economía del impacto de los últimos meses y lo que se puede esperar en siguientes trimestres.
"Pensamos que tras las últimas subidas, la bolsa deberá realizar una corrección en el corto plazo, pero con vistas a un nuevo tramo alcista. Gracias a los estímulos monetarios, la más que esperada relajación en muertes y contagios durante los meses de calor y el repunte de ciertos datos macroeconómicos harán que a finales del tercer trimestre nos encontremos en niveles superiores a los actuales en Europa", defiende José Luis García, analista de Dif Broker.
También advierte de esta posibilidad Francisco Blasco, responsable de renta variable de Imantia Capital, quien señala que no será un movimiento lineal y constante, "previamente deberíamos ver ciertas correcciones de mercado que darán volatilidad al movimiento y, aunque volver a los mínimos de mayo es muy improbable, no descartaríamos completamente esa posibilidad".
Lardiés: "Las expectativas en estos momentos son muy altas y las posibilidad de avanzar sin contratiempos parece baja"
En opinión de Gonzalo Lardiés, gestor del Sigma IH Equity Europe y el SIGMA IH Equity Spain, de Andbank, el mercado, ayudado por las medidas de los bancos centrales con sus ingentes cantidades de liquidez, y con las noticias mas positivas desde el punto de vista sanitario, ha decidido mirar hacia adelante pensando que lo peor ha quedado atrás. "Las expectativas en estos momentos son muy altas y las posibilidad de avanzar sin contratiempos parece baja. Por lo tanto parece que el buen tono de mercado puede mantenerse, que el mercado pueda colocarse en positivo, pero la volatilidad puede volver a hacer acto de presencia durante el trimestre", razona Lardiés.
Para Xavier Brun, gestor de Trea European Equities, "la liquidez inyectada por bancos y estados ha de ir a algún sitio, y hasta ahora ha ido a activos financieros". Dentro de ellos, la renta fija apenas ofrece además rentabilidad y el contexto de bajos tipos de interés dificulta conseguirla a futuro mientras los bancos centrales mantengan el precio oficial del dinero próximo a los niveles actuales, por lo que su atractivo es inferior al que ofrece la renta variable y ello debería ser un catalizador para que el dinero fluyese hacia ella. "Por otro lado, la posible vuelta a cierta normalidad en la segunda mitad debería llevar a valoraciones pre-Covid", añade.
¿Una vuelta a niveles de mayo?
Sin embargo, la rapidez con la que se ha recuperado el mercado también genera dudas entre los analistas y gestores. El 44,4% de los que han participado en esta encuesta dan más probabilidad a que la bolsa europea regrese a niveles de mayo el próximo trimestre. Aunque con las caídas del jueves las pérdidas anuales de la bolsa europea crecieron, después de que la Reserva Federal mostrase un día antes cierta cautela respecto a las consecuencias de la pandemia a medio plazo, días atrás las pérdidas llegaron a minimizarse hasta el 10%, cuando el escenario que hay detrás es "una caída de beneficios, en general, superior al 25% para 2020 y una caída de ingresos cercana al 9%", indica Ignacio Cantos, director de inversiones de atl Capital, por lo que "estaría descontando una recuperación clara de la economía europea en el segundo semestre del año".
Sin embargo nada garantiza que vaya a ser así, sobre todo porque la amenaza de que se produzca un repunte del número de contagiados por Covid-19 a medida que se reabren las economías es real, algo que la propia Fed dejó caer en su última reunión. El Banco Central Europeo (BCE) admitió, por su parte, que "lo que sucederá después [del Gran Confinamiento] está sujeto a una incertidumbre sin precedentes". Lo hizo el día que dio a conocer la actualización de su cuadro de proyecciones macroeconómicas para la eurozona, en la que apuntó a una caída del PIB real del 8,7% este ejercicio. "Nosotros consideramos que la economía ha quedado muy deteriorada, y que necesitará más tiempo del pronosticado para recuperar los niveles previos a la crisis", opina Joaquín Robles, analista de XTB. "A nivel global se enfrenta a la mayor contracción desde la segunda guerra mundial, por lo que los precios de muchas compañías podrían no estar reflejando sus verdaderos fundamentales", añade.
Expertos como Víctor Peiró, director de análisis de GVC Gaesco Valores, se manifiestan en la misma línea: "aún no se han visto las consecuencias del cierre de las economías y aunque algunas empresas recuperarán su actividad en V, muchas otras no lo harán a pesar de las supuestas ayudas, que van más enfocadas a paliar los efectos de la crisis que a generar nuevos negocios y actividad para crear empleo".
"Las valoraciones actuales son elevadas", estima Rui da Mota
A principios de semana, el Banco Mundial auguró la mayor caída de la economía global este año desde la II Guerra Mundial, del 5,2%. Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fue más allá y anticipó un hundimiento del producto interior bruto (PIB) global de entre el 6% y el 7,6%. Pero el golpe definitivo lo asestó el miércoles la Reserva Federal (Fed), cuyas esperadas previsiones macro apuntaron a una contracción de la economía norteamericana del 6,5% este año, mientras que para 2021 anticipó una recuperación del 5%, unos datos que han contribuido a rebajar en las últimas tres sesiones la complacencia que reinaba en las bolsas desde que la semana anterior se conocieran los datos de empleo de EEUU.
En Norbolsa no encuentran, además, "catalizadores adicionales a los que ya están descontado los precios actuales de la bolsa europea [como puede ser el apoyo de los bancos centrales y la mejora generalizada de la evolución de la pandemia] como para ver una subida adicional". A ello se une que "las valoraciones actuales son elevadas", estima Rui da Mota, consultor en el área de análisis económico y de mercados de Afi.
Otros asuntos pendientes
Además de la amenaza que representa el Covid-19 para el mercado, en Santalucía AM inciden en que no es la única a la que se enfrenta en los próximos meses. En la lista de temas pendientes aún figura el Brexit, donde "parece poco probable un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Reino Unido antes de final de año", o "la posibilidad de que se tense la relación entre China y Estados Unidos por la falta de cumplimiento de los acuerdos comerciales pactados a finales de año".
Debe tenerse en cuenta, además, que es año electoral en la primera economía del mundo y que estarán aderezadas con las tensiones internas que afronta el país. "De aquí a noviembre, anticipamos cada vez más ruido y volatilidad en el mercado a medida que se calienta la campaña electoral de Estados Unidos" , señala Fabrice Jacob, CEO de JK Capital Management, del grupo La Française.
IG: "La vuelta a los mínimos de marzo es una situación ahora mucho más complicada que se dé, a no ser que tengamos un segundo brote del virus"
"A corto plazo tendremos muy probablemente correcciones por sobrecompra", exponen en IG. Algo que también suscriben en Tressis, donde piensan que es necesario un tiempo de consolidación tras las últimas subidas. "Esta corrección sí puede llevar a los índices a acercase a los niveles de mayo, desde los cuales, en caso de llegar, creo que volveríamos a ver un nuevo rebote. La vuelta a los mínimos de marzo es una situación ahora mucho más complicada que se dé, a no ser que tengamos un segundo brote del virus que se vuelva a descontrolar y eso conlleve a un nuevo cierre de las economías", concluyen.
Pero hay más indicadores que inclinan la balanza del lado de la corrección. "Respecto al sentimiento, no podemos hablar de euforia. El ratio alcistas/bajistas de la encuesta AAII, por ejemplo, muestra pesimismo y las posiciones cortas especulativas en futuros del S&P 500, están en máximos de 5 años", describía recientemente Morabanc. "Es lógico: hay muchas razones para la cautela. La probabilidad de que un evento inicie nuevas caídas es elevada", añadían.
También por análisis técnico una vuelta a los mínimos es la opción más plausible después de que el EuroStoxx 50 cediera esta semana el soporte que presentaba en los 3.200 puntos y cuya pérdida definitiva dará paso a caídas adicionales en el corto plazo de hasta el 15%. "Sugiere que los máximos vistos esta semana en la zona de los 3.400 puntos pueden acabar siendo el techo del rebote que nació en los mínimos de mayo en los 2.710 puntos", apunta Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.