
Aunque el perfil de los ahorradores en planes de pensiones ha ido cambiando en la última década, todavía cuatro de cada diez productos del sistema individual pertenecen a las categorías más conservadoras (planes de renta fija a corto y largo plazo y mixtos de deuda), en los que invierten un poco más del 60% del total de partícipes de los planes individuales y acaparando 40.000 millones de euros de los 72.335 millones de volumen patrimonial que acumulan, según los últimos datos de Inverco. Es decir, que los ahorradores en planes de pensiones mantienen una buena parte de su dinero en productos que dependen del rendimiento de la renta fija. Y esta rentabilidad ha ido menguando en los últimos años debido a un entorno de tipos bajo mínimos que impide a los activos de deuda ofrecer una remuneración mayor. Según datos de Morningstar, el conjunto de planes de pensiones españoles de renta fija pierden en el año una media del 2,67%, mientras que a 10 años solo ofrecen un 1,06%.
En este contexto, asumir que la inversión en un plan de deuda ya no es sinónimo de mayor seguridad y buscar productos que apliquen una gestión activa de las carteras se han convertido en elementos indispensables a la hora de seleccionar bien los productos, sobre todo ahora que la pandemia del coronavirus dejará secuelas en la economía. Cristina Gavín, responsable de renta fija de Ibercaja Gestión, subraya que "todo inversor conservador debe ser consciente de que invertir en renta fija no significa que no vaya a perder nunca", como se ha comprobado con las caídas del mes de marzo. "Pero los planes de pensiones son inversiones con un horizonte de largo plazo, y estas pérdidas suelen ser puntuales, cuando se producen 'shocks' inesperados de mercado como el que estamos viendo en la actualidad", remarca.
Y precisamente en este entorno de volatilidad es cuando la gestión activa de la renta fija puede dar sus frutos. La venta indiscriminada de bonos, sin diferenciar por la calidad o la calificación crediticia de las compañías, y la inyección masiva de liquidez por parte de los bancos centrales ha dejado oportunidades que los responsables de este tipo de planes están aprovechando al máximo. La deuda soberana de países periféricos como España e Italia, a pesar de sus malas perspectivas macro, han vuelto a ganar peso en las carteras, precisamente por el soporte del BCE. "Es muy importante para la deuda pública de estos países tal y como se ha visto en las últimas semanas. Nuestra apuesta es que ese apoyo va a continuar y eso hace que hayamos visto el suelo en la rentabilidad de la deuda de esos países, y puede ser interesante aprovechar los episodios de volatilidad que, sin lugar, a duda veremos en momentos puntuales, para tomar posiciones y aprovechar el movimiento en rango que veremos en los próximos meses", subraya Gavín.
Por las mismas razones de soporte, el crédito ha vuelto a ganar atractivo. "Con los actuales programas de política monetaria presentados por los bancos centrales, los activos de renta fija corporativa de elevada calidad crediticia presentan una oportunidad significativa de obtener retornos positivos asumiendo cierta volatilidad en el corto plazo, pero elevando la rentabilidad esperada a medio plazo", apuntan en VidaCaixa.
Luis Merino, responsable de renta fija de Santalucía AM, señala que "a nivel sectorial, mantenemos la sobreponderación en financieros frente a no financieros, especialmente periféricos. Hemos incluido titulizaciones de elevada calidad, que se han comportado de manera muy estable durante esta crisis, reduciendo la volatilidad de las carteras. Seguimos fuera de los sectores más vulnerables en esta crisis: aerolíneas, hoteles, consumo cíclico, industriales, viajes y materias primas. La exposición a petroleras es muy reducida. Y en 'high yield' estamos infraponderados, con una selección de emisores muy selectiva. Mantenemos la beta de la cartera de crédito con subordinados e híbridos".
La subordinada es también uno de los activos en los que Dunas Capital Asset Management encuentra valor. "Hemos tomado posiciones en compañías del sector energético, manufacturero o de las telecomunicaciones. También en bancos europeos, norteamericanos y británicos de primera calidad crediticia que cuentan con la liquidez casi ilimitada de sus respectivos bancos centrales. Encontramos también valor en deuda subordinada LT2 de ciertos bancos y compañías aseguradoras, que están sometidas a un control regulatorio muy estricto, que las ha llevado a ser cada vez más solventes", apunta Alberto Díez, gestor senior de renta fija de la firma, para quien la capacidad de repago de la deuda subordinada justifica la inversión de una parte de la cartera en este tipo de activos, que ofrecen rentabilidades a vencimiento de entre un 4% y un 6% anual adicional sobre la deuda senior.
Silvia San Bruno, especialista de producto de BBVA Asset Management apunta otros segmentos con potencial de apreciación en el espacio de la renta fija, como "los bonos ligados a la inflación, atractivos tras el desplome de las expectativas de precios, la deuda emergente donde, además, es posible acotar mucho los riesgos por dos vías: la selectividad y la elección de emisiones en moneda fuerte", explica.