
Por fin la renta variable consiguió ayer una jornada de descanso en la que se impusieron las compras. Algo que ayudó enormemente a que el S&P 500 se alejase del soporte que encuentra en los 2.350 puntos (los mínimos que marcó en 2018) y de los que depende que el escenario actual no se vuelva más negro aún.
Por ello, será clave lo que ocurra en la jornada de hoy, ya que si este nivel cae "estaríamos ante un signo de enorme debilidad, que plantearía la posibilidad de que la tendencia bajista en la que nos encontramos se dirija a buscar la zona de los 2.000 enteros", indica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. Es decir, se abriría la puerta a una caída adicional del 15%.
El experto cree que los 2.350 puntos actuarán de freno temporal de las caídas facilitando un rebote, eso sí, vulnerable. Por ello, la recomendación es seguir aprovechando las alzas para ganar liquidez. De hecho, en Ecotrader ya se han vendido títulos como Carrefour, Dassault Systemes, Legrand, L'Oreal, BME, Red Eléctrica, Siemens Gamesa...
Si el S&P pierde los mínimos de 2018 se abre la puerta a una caída adicional del 15%
"Un próximo rebote lo veríamos como una oportunidad para vender con la intención de obtener una liquidez que será un tesoro si finalmente se asiste a una corrección mayor, que no nos sorprendería si atendemos a crisis históricas similares en el pasado. Entendemos que es difícil que el S&P 500 haga un suelo hasta sostenible hasta la zona de los 2.000 enteros. Si no hay rebote hasta que alcance dicha cota, mucho nos tememos que la tendencia bajista podría ser más potente y no encontraría suelo niveles de 1.700-1.800 puntos", arguye Cabrero.
Según los datos recopilados por LPL Research, de media desde la Segunda Guerra Mundial, el S&P 500 ha tardado 30 meses en recuperarse de un mercado bajista cuando se ha producido una contracción de la economía. Mientras, en caso de que no haya mediado una recesión, el tiempo de espera se reduce a algo menos de un año.
En marzo de 2019 la inversión de la curva estadounidense, esto es que la rentabilidad del bono a 1 año supere a la del 10 años (algunos expertos prefieren comparar el papel a 2 años) anticipaba una recesión. Y con esta ya serían ocho las ocasiones en que el pronóstico se cumple.
A este respecto, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han sacado su artillería con el objetivo de paliar los efectos económicos provocados por la pandemia. El último en mover ficha ha sido el organismo europeo, que ha anunciado la compra de activos por valor de 750.000 millones de euros. Con este movimiento supera incluso a la Fed en cuanto a compras de deuda se refiere. Eso sí, estas decisiones se han tomado con más retraso que al otro lado del Atlántico.