
La industria financiera no quiere quedarse atrás en la revolución verde que ya ha comenzado. Bajo el peso de las evidencias del cambio climático y la nueva regulación europea para lograr una transición de la economía hacia parámetros más sostenibles, las entidades financieras, las compañías de seguros y las gestoras de activos quieren presentarse ante la opinión pública como agentes activos y no como meros espectadores.
No solo por una cuestión de estética, sino también de números. Según los datos presentados ayer por FinResp, el Centro español de Finanzas Responsables y Sostenibles, que agrupa a organismos como Inverco, Unespa, la CECA o la AEB, serán necesarios entre 5 y 7 billones de dólares anuales para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU, mientras que en la Unión Europea la inversión asciende hasta los 1,42 billones de euros al año para conseguir la descarbonización de la economía.
Cifras que no son nuevas pero que muestran un camino de oportunidades para el sector financiero, al tiempo que les sirve para renovar su imagen ante la opinión pública después de los años de crisis, teniendo en cuenta la nueva conciencia social al respecto. Esta mayor concienciación de los ahorradores y los inversores es cada vez es mayor, como demuestra la demanda de productos financieros como los bonos verdes, que ya representan un 4,5% del índice de emisiones corporativas, o los préstamos verdes, que en 2018 alcanzó la cifra récord de 3.371 millones de euros.
Conscientes del nuevo entorno, los integrantes de FinResp, que está agrupado en en la Red Internacional de Centros Financieros para la Sostenibilidad, pretenden llevar a cabo acciones de mayor concienciación entre sus asociados. En este sentido, Inverco anunció que van a publicar el porcentaje de las carteras de fondos de inversión y planes de pensiones que están relacionados con activos que cumplen con los requisitos ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo).
"Los planes de pensiones de empleo han sido pioneros en impulsar estas políticas y avanzar hacia una mayor sostenibilidad, sobre todo los del resto de Europa", apuntó Ángel Martínez-Aldama, presidente de la patronal de gestoras.
José María Roldán, presidente de la AEB y presidente de Finresp, abogó por realizar esta transformación "sin precipitaciones ni improvisaciones que puedan poner en peligro la estabilidad financiera", mediante "métricas bien establecidas y aceptadas por todos" que "doten de transparencia y credibilidad a la acción de empresas y gobiernos sin vulnerar las reglas de la competencia".