
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) se enfrentan hoy a su decisión más difícil y seguramente no libre de oposición en el seno del órgano encargado de dictar la política monetaria de EEUU. La expectativa, más que digerida por el mercado, de que el banco central rebajará los tipos en al menos 25 puntos básicos genera sentimientos encontrados.
Veteranos y ex militantes de la Fed, como Janet Yellen, apoyan poner fin, al menos momentáneamente, al ciclo de normalización que ella misma lideró desde diciembre de 2015 dado que las decisiones monetarias de EEUU suelen tener repercusiones en el sistema mundial. Tampoco podemos pasar por alto el atosigamiento del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, quien, no contento con la perspectiva de un recorte de tipos de un cuarto de punto, exige a Powell rebajas más agresivas. Durante la jornada del martes, coincidiendo con el inicio de la reunión del FOMC, el mandatario se proclamó "muy decepcionado" con el banco central de su país y aseguró que el Dow estaría 10.000 puntos más alto si no fuera por la gestión de la Fed.
"El FOMC recortará tipos en 50 puntos básicos hasta un rango del 1,75 y el 2% manteniendo una guía neutral y asegurando que actuará como sea apropiado para sostener la expansión", recalca Ellen Zentner, economista de Morgan Stanley, quien considera que si la Fed opta solo por una rebaja de 25 puntos el lenguaje del comunicado abrirá la puerta a una rebaja adicional el próximo 18 de septiembre.
Una opinión que no comparten completamente desde Citi, donde Andrew Hollenhorst considera que un recorte de tal calibre "no es probable" dados los últimos datos tanto de crecimiento como de los precios. Eso sí, Hollenhorst espera un recorte de 25 puntos básicos este miércoles y también otro más en septiembre.
Sin embargo, el premio Nobel Robert Shiller indicaba en la CNBC que, dada la coyuntura económica estadounidense -con un crecimiento del 2,1% en el segundo trimestre, el consumo avanzando un 4,3% y el desempleo en casi mínimos de medio siglo-, una subida y no una bajada de tipos estaría más que justificada. "Si bien la inflación está por debajo del objetivo, no está muy por debajo. El objetivo es del 2% y la tasa de inflación es del 1,5", dijo Shiller. "Acabamos de ver un nuevo récord bursátil con el S&P sobrepasando 3.000 puntos. Nos encontramos con un mercado realmente alto", señaló para avalar la necesidad de enfriar un poco las condiciones.
El dilema de la Fed
Mientras una subida de tipos queda más que descartada ahora, es cierto que muchos hablan del dilema que enfrenta la Fed. El consejo editorial del Wall Street Journal estimó que el banco central no debería haber subido tipos en diciembre, cuando el contexto era mucho más turbio. "La subida de tasas del FOMC a finales de 2018 demostró ser demasiado restrictiva", considera Jen Licis, analista de Wells Fargo Securities, hablando de lo que muchos consideran como un error.
No obstante, los economistas de este banco estiman que una rebaja no proporcionará un impulso financiero a los estadounidenses. Recalcan que el reciente avance del consumo "no justifica la necesidad de una política más acomodaticia" e inciden que la deuda estudiantil y los préstamos automovilísticos, las categorías que han elevado la deuda de las familias en este ciclo, suelen contar con tipos de interés fijo, por lo que una rebaja de tipos tendría un efecto muy limitado.
Pero, ¿la bajada de tipos echará más leña a los máximos de Wall Street? Los estrategas de Goldman Sachs han elevado la meta para el S&P 500 hasta los 3.100 puntos este año y esperan que el indicador logre los 3.400 puntos en 2020. "Una Fed moderadamente más acomodaticia ha impulsado la recuperación del mercado de valores en 2019, y esperamos que unas tasas más bajas continúen respaldando un aumento de las valoraciones superiores a la media en el futuro", señaló el informe publicado el martes por David Kostin, estratega jefe para EEUU del banco.