La Reserva Federal de EEUU abonó en 2018 unos 36.000 millones de dólares entre todos los bancos que guardan sus reservas en la institución. Por el contrario, en la Eurozona los bancos europeos tuvieron que pagar alrededor de 7.500 millones de euros (8.400 millones de dólares) al Banco Central Europeo por el mismo concepto. En EEUU habrá sectores que acusen a la Fed de regalar dinero a los ricos banqueros, mientras que en Europa la banca clama por el fin de esta 'tasa' que pagan las instituciones por aparcar el dinero en el BCE. Lo cierto es que el tipo de interés sobre las reservas se ha convertido en una de las herramientas más importantes de los bancos centrales desde la Gran Recesión y sin estas decisiones sería casi imposible controlar el precio del dinero.
Antes de la crisis que sacudió al mundo entero en 2008, la Reserva Federal (y otros bancos centrales) establecía los tipos de interés o fondos federales creando un canal de tipos con un suelo y un techo. Por ejemplo, en 2007 la Fed tenía establecido el objetivo de los tipos (fondos federales) en el 5,25%. Para lograr este nivel el suelo se establecía con el precio que se pagaba por las reservas (hasta entonces siempre en el 0%) y el techo con el tipo de descuento (reservas que piden prestadas los bancos a la Fed por una noche) que en 2007 estaba en el 6,25%.
Para que el precio del dinero estuviese en el 5,25% la Fed aumentaba o reducía el nivel de liquidez (reservas) con operaciones de mercado abierto (compra y venta de bonos). Si los tipos se desviaban por encima del objetivo la Fed compraba bonos y aumentaba el nivel de liquidez. Ante el mayor nivel de reservas (aumenta la oferta) los bancos se prestaban estas reservas a un menor precio llevando de nuevo el tipo de interés federal al objetivo de la Fed. Si el desvió era a la baja, la Fed vendía bonos para drenar liquidez del mercado.
Todo cambió tras la crisis
Tras la crisis, los bancos centrales pusieron en marcha compras masivas de activos y macro-inyecciones de liquidez que inundaron el sistema de reservas bancarias. Con esta decisión que fue fundamental para mantener vivo el mercado interbancario y evitar una crisis de liquidez de muchas entidades, la Fed perdió el control de los tipos a través de la operaciones de mercado abierto, dado el amplio nivel de reservas y liquidez que impedía mover los tipos con eficacia a través de la oferta de reservas.
Raphael Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, explica que desde ese momento la política monetaria se comenzó a transmitir a través de un 'sistema de suelo', bajo el cual el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) controla los tipos administrando el precio de las reservas en lugar de manipulando la cantidad de estas. "De una forma directa y clara, el FOM no volverá a operar bajo el marco visto antes de la crisis", sentencia Bostic. No obstante, para que la Fed pueda pagar a los bancos por las reservas se tuvo que modificar la Ley de la Reserva Federal, que antes impedía que se remunerase a los bancos por mantener su exceso de liquidez en el las arcas de la Fed.
Remunera a los bancos con un 2,35%
Ahora, el tipo al que se remuneran las reservas suele moverse en concordancia con los fondos federales (conocidos vulgarmente como tipos de interés). Tras un ajuste de cinco puntos básicos en abril de este año, la Fed remunera a los bancos con un 2,35% por mantener su exceso de liquidez en la Fed, mientras que el rango de los fondos federales está entre el 2,25 y el 2,5%. Este rango es al que la Fed pretende que los bancos se presten dinero unos a otros normalmente por un día.
Los bancos estadounidenses acumulan alrededor de 1,6 billones de dólares en reservas que están remuneradas. Unos 200.000 millones son reservas obligatorios para cumplir con los ratios del regulador y los otros 1,4 billones son el conocido 'exceso de reservas', que los bancos mantienen de forma voluntaria para operar con comodidad en sus respectivos negocios. Toda esta cantidad de dinero (supera el tamaño del PIB de Espña) recibe una remuneración del 2,35%, lo que reporta al sector más de 30.000 millones de dólares al año. Ahora, este tipo sobre las reservas es el nuevo 'suelo'.
Con el tipo sobre las reservas, la Fed casi garantiza que el precio del dinero se mantendrá por encima (del suelo) de ese nivel, porque no tendría demasiado sentido que un banco prestara el dinero a un tipo inferior al 2,35% que garantiza la Fed dejando la liquidez aparcada y sin riesgo.
En una situación un tanto diferente se encuentra la banca de la Eurozona, donde el BCE tiene el tipo de interés sobre el exceso de reservas en el -0,4% en un intento por estimular el crédito. Los bancos de la zona euro no tienen que pagar nada por las reservas obligatorias (que aumentan a medida que crece el crédito que concede la entidad), pero sí la tasa negativa por el exceso de liquidez que busca estimular a los bancos a conceder crédito a un precio bajo (tipos de interés), lo que les permitiría reducir su nivel de liquidez y el peso de la tasa que pagan por los 1,9 billones de euros que tienen aparcado en el BCE.
Desde el estallido de la crisis a esta parte, la política monetaria ha cambiado radicalmente. Más allá de las herramientas no convencionales que se han puesto en marcha, el tipo principal de refinanciación ha ido perdiendo importancia en favor del tipo de la facilidad de depósito que es el equivalente al tipo que el BCE o la Fed remuneran o penalizan las reservas de los bancos.