
Terremoto en el sector español del azulejo, el mayor productor de Europa, y en el mayor de los certámenes de negocios que alberga Feria Valencia. Cevisama, la mayor cita del sector cerámico español, se celebrará el próximo año en septiembre junto a la otra gran feria del recinto ferial de la ciudad del Turia, Hábitat, que aglutina al mueble y textil hogar. Una decisión que ha sido criticada por la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, que culpa al Gobierno de Mazón de "perder Cevisama".
De esta forma Cevisama, que acumula 41 ediciones y es el certamen que más dinero genera para la empresa pública de la Generalitat que gestiona la feria valenciana, dejará de celebrarse en febrero como suele ser habitual, después de que en los últimos años haya mantenido una tendencia a la baja tanto en las empresas que acuden como expositores como en visitantes.
Además, la que es la segunda feria europea del sector, coincidirá en el mismo mes con la mayor cita de la industria cerámica del Viejo Continente, la italiana Cersaie en Bolonia. Todo un giro ante los síntomas de agotamiento de la muestra española, que ahora confía en lograr sinergias con el sector del hábitat. "Estos sectores comparten prescriptores y canales de distribución a través de los cuales llegan al público final·, señalan desde Feria Valencia y la Generalitat Valenciana para justificar esta decisión.
De hecho, entre 2014 y 2016 fue Hábitat la que se celebró en las mismas fechas en febrero que Cevisama, en ese momento por las dificultades que atravesaba ese sector que habían desplomado la presencia en su certamen.
Lo cierto es que el modelo de negocio ferial de Valencia, basado en las grandes muestras comerciales de sectores industriales, lleva años sufriendo los cambios en los canales comerciales y la irrupción tecnológica. Frente a la desaparición o absorción de certámenes históricos como el del Juguete durante la gran crisis de la burbuja inmobiliaria, Cevisama había resistido gracias al fuerte peso de la industria cerámica de Castellón hasta la llegada de la pandemia.
Sin embargo, el Covid primero y la guerra de Ucrania y sus efectos en los costes del gas llevaron a suspender sus ediciones de 2021 y 2022, algo de lo que no se ha recuperado. La pandemia y los sobrecostes trajeron cambios en la estrategia de muchas compañías castellonenses que han generado tensiones entre la propia organización de la feria y la patronal Ascer, que forma parte del comité organizador.
De hecho, esas diferencias ya eran conocidas desde hace tiempo con la gran marca internacional del made in Spain, Porcelanosa, que hace décadas que no expone en Cevisama. En su lugar celebra una muestra en sus propias instalaciones, que este año alcanzó la edición número 30.
Una iniciativa que fue imitada tras la pandemia en 2024 por el grupo Pamesa, el mayor productor por volumen, que además suma bajo su paraguas varias de las marcas que mantenían los mayores expositores en la feria, como TAU o Navarti además de la propia Pamesa que acudía con reclamos como Agatha Ruiz de la Prada o los jugadores del Villarreal a la feria. Con su propio crecimiento, el grupo creó showrooms para cada marca en sus sedes en torno a Vila-real y en ellas celebra también su propio certamen. Una iniciativa que ha seguido Argenta, en la que Fernando Roig posee el 50%.
También muchas de las grandes esmalteras se sumaron a esa estrategia y en los últimos años el goteo de expositores ha sido continuo, algo que ha tenido consecuencias también en la caída de visitantes, cifrada en un 10% en la edición de febrero de este año.
La tensión estos años entre la muestra y las empresas castellonenses ha ido in crescendo, con la Generalitat, dueño de la instalación, en medio. Desde el certamen se llegó a calificar de parasitaria la estrategia de las grandes firmas del sector por celebrar sus muestran en los mismos días y poner autobuses para transportar visitantes desde el recinto de Valencia a sus sedes en Castellón.
Desde las empresas los costes por el espacio de un stand y los servicios que conllevan han sido motivo de críticas desde hace años y se convirtió en un factor determinante, especialmente con la llegada de las nuevas tecnologías y los nuevos canales de ventas. Desde la industria se argumenta que las ferias por sus elevados gastos ya no son rentables comercialmente, pero a la vez casi todos siguen acudiendo a Cersaie o Coverings en Estados Unidos.
Una de las grandes cuestiones ahora es saber si esas marcas mantendrán sus muestras en febrero u optarán por septiembre como la rebautizada como Cevisama Contract.
La visión de Ascer y críticas de Cámara Castellón
Desde la patronal Ascer se insiste en que esta es "una solución temporal para una parte de los expositores". sigue considerando importante contar con una "gran cita" de referencia en España, que aglutine en un mismo lugar y en un periodo corto de tiempo la mejor oferta sectorial para atraer la mayor afluencia de profesionales.
Según la asociación, se ha puesto "a disposición de Feria Valencia para colaborar activamente en la definición de nuevas propuestas alineadas con las tendencias actuales y para adaptar la feria Cevisama a las nuevas realidades del mercado y a las expectativas de los visitantes profesionales y las empresas expositoras".
Quien no ha dudado en mostrar su rechazo y su crítica ha sido la Cámara de Castellón: "La decisión de fusionar Cevisama con Hábitat es un duro golpe para Castellón", señala en un comunicado recogido por los medios de La Plana. "No solo perdemos visibilidad para el sector cerámico, sino también oportunidades para nuestras pymes, para nuestros hoteles, restaurantes, comercios y servicios de transporte. Cevisama no es solo una feria: es motor económico y símbolo de nuestra identidad industrial", asegura.
Impacto económico
Paradójicamente Cevisama ha sido uno de los grandes eventos internacionales que durante años ha atraído y generado más dinero en Valencia capital, aunque probablemente haya sido muy poco valorado frente a los grandes eventos deportivos y congresos mundiales con padrinos políticos.
Antes del boom turístico de la ciudad, los hoteles colgaban los carteles de completos y los taxis hacían su agosto en febrero. En los últimos años había reunido a cerca de 100.000 visitantes profesionales, con la incidencia que supone para sectores como el hotelero y la hostelería en Valencia. Su impacto se estima en 50.000 pernoctaciones y 40.000 carreras de taxi durante esa semana.
Además la feria internacional era uno de los emblemas de Valencia como Capital Mundial del Diseño 2022 y se quería aprovechar como escenario de varios actos debido a su fuerte peso en sectores como la arquitectura, la decoración y el interiorismo vinculados a esta actividad.
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