Andrea Orcel ha terminado por demandar a Banco Santander. A principios de mayo el banquero italiano ya advirtió que iba a iniciar una batalla legal por su disconformidad y "decepción" con el fichaje fallido como consejero delegado de la entidad financiera. La demanda ya es una realidad: Orcel pide el cumplimiento del contrato o una compensación de hasta 100 millones de euros por daños y prejuicios.
Según adelanta este martes El Confidencial, el banquero, exresponsable de banca de inversión de UBS, contrató el pasado mes de marzo los servicios del despacho de abogados español De Carlos Remón, que está especializado en Derecho Mercantil, Fiscal y Público.
El caso del fichaje fallido se remonta al pasado mes de noviembre, cuando el Santander anunció que Orcel se incorporaría como su 'número dos' en marzo de este año, pero en enero el consejo de administración del banco decidió no seguir adelante con su fichaje al considerar "inasumible" tener que hacer frente en su totalidad al bonus diferido que se había comprometido a abonarle UBS -de donde procedía el banquero-, estimado en unos 55 millones de euros.
Aunque la intención del Santander era contar con el banquero de confianza de la familia Botín como consejero delegado, el banco no estaba dispuesto a pagar los más de 50 millones que, según cálculos del sector, costaría asumir el salario diferido de siete años.
La entidad cántabra reconoció que, tras mantener conversaciones relativas a los términos de la salida de Orcel de UBS, le quedó claro que el coste de compensarle por su retribución diferida a lo largo de siete años y otros beneficios que le correspondían por su puesto anterior sería una suma "significativamente mayor" que la prevista inicialmente en el momento de la comunicación de su nombramiento. "Era inaceptable hacer frente al coste", llegó a declarar la presidenta de Santander, Ana Botín.
Fuentes del Banco Santander han declinado hacer comentarios al respecto.
