
"Era inaceptable hacer frente al coste de contratar a (Andrea) Orcel". Así se ha pronunciado la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, en la junta de accionistas, para explicar el fichaje fallido del directivo italiano hace unos meses. El que fue responsable de inversión de UBS reclama al Santander más de 50 millones de euros, dinero que habría perdido Orcel por la retribución variable que se quedaría sin percibir a su salida del banco de inversión de origen suizo.
El Santander negoció de manera inicial el fichaje de Orcel con UBS, por lo que el banco cántabro se comprometió a pagar una parte de la compensación por la cantidad que perdía el banquero; UBS, pagaría otra parte y, a su par, el italiano renunciaba a cobrar un parte de la cuantía total que debía percibir.
No obstante, finalmente, el banco de origen suizo cambió las tornas del juego a mitad de la partida y decidió no asumir ningún coste por la salida de Orcel, al considerar que se estaba marchando a una empresa competidora y no a un cliente. El Santander, entonces, tras verse en la posición de tener que asumir la compensación completa del banquero sin aún conocer cómo sería su gestión dentro del grupo, dio marcha atrás a la contratación.
La presidenta Ana Botín señaló que José Antonio Álvarez seguirá desempeñando la función de consejero delegado, además de vicepresidente del consejo. "Seguiremos trabajando todos juntos y con resultados tan positivos como los que hemos tenido durante los últimos años", sentenció al respecto.
El banco ha reforzado la comisión de nombramientos, integrando dentro de la misma el consejo coordinador, encabezado por el vicepresidente no ejecutivo del grupo Bruce Carnegie-Brown (deberá ser ratificado hoy por los accionistas de la entidad) para evitar casos como el fallido fichaje. La operación busca aportar mayor control y filtración de las nuevas contrataciones en el banco.
Amenaza con los tribunales
El banquero Andrea Orcel contrató el mes pasado al despacho de abogados español De Carlos Remón para que le asesore sobre una posible demanda contra Santander. De momento, las acciones legales aún no se han materializado, y el movimiento del italiano se vio en el sector como una tentativa para apretar en la negociación por su indemnización.
Orcel abandonó su cargo en UBS en septiembre del año pasado, apenas días después de que se anunciara su fichaje. Sin embargo, tan sólo tres meses después se dio marcha atrás a su contratación y, a la par, el banco suizo aseguró que la vuelta del italiano no era una opción realista.