Empresas y finanzas

¿Cómo evitar que las ventajas del teletrabajo se conviertan en riesgos para la productividad?

  • Las tres claves: autonomía, conciliación y buenas relaciones en el trabajo
Autor: Dreamstime.

Teletrabajar o no, he ahí la cuestión. Los problemas de conciliación de la vida profesional y personal que sufren los trabajadores en España cada vez son más evidentes. Consecuencia de ello es que la opción de no tener que ir al trabajo, es decir, el trabajo a distancia o teletrabajo, está cada vez más al alza. ¿Pero cómo evitar que sus ventajas acaben afectando a la productividad? ¿Cuáles son las principales claves?

Según datos recabados por Eurofound (Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo), de los que se hace eco la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), una de cada catorce personas teletrabaja en España. Una cifra que, aunque cerca, está todavía por debajo de la media europea

El dato podría incrementarse en el corto plazo después de que el pasado 8 de marzo entrara en vigor el real decreto-ley 6/2019, que permite que cualquier persona pueda solicitar la adaptación de su jornada laboral a la empresa en la que trabaja. Y entre las posibles opciones está el teletrabajo.

Además, muchos expertos consideran que es una opción que las empresas deben tener en cuenta para facilitar la conciliación. Así lo considera Mar Sabadell-Bosch, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

En cambio, Arancha de las Heras, en declaraciones el pasado abril a elEconomista.es, apuntaba a que el teletrabajo "no es válido en todos los puestos". Es decir, tal y como subraya la presidenta de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y vocal de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid (ASEME), solo se puede aplicar prácticamente en aquellos empleos que "se realizan a través de nuevas tecnologías".

Las tres claves: autonomía, conciliación y buenas relaciones en el trabajo

Asimismo, Sabadell-Bosch y Eva Rimbau, profesora de sus mismos estudios en la UOC, apuntan a que existe el riesgo de que teletrabajar se puede volver en contra de la productividad si no se hace de 'forma correcta'.

Para evitarlo, es básico que el empleado que teletrabaje se sienta satisfecho. Y para ellos es necesario que experimente tres sentimientos clave al mismo tiempo, según Sabadell-Bosch. Tres emociones que, asegura, son incluso más importantes que el salario.

En primer lugar, la percepción de autonomía. Es decir, que el trabajador sienta que tiene margen para organizarse, tomar decisiones y sentirse útil, tal y como explica esta profesora universitaria.

Al mismo tiempo, el empleado debe percibir que logra conciliar sus vidas profesional y familiar gracias al teletrabajo. En otras palabras: que el trabajo no es un obstáculo para 'vivir'.

Y en tercer lugar, las personas deben sentir que, pese a no acudir físicamente al trabajo, las relaciones con sus compañeros y jefes son buenas.

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