Tan sólo el 1,3% de los españoles trabaja ocasionalmente a distancia, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, otros países europeos como Bélgica y Países Bajos, lo han ido implantando de forma creciente en los últimos años y, aunque con notables diferencias entre países, la media europea se sitúa actualmente en un 8,4%.
Según indica Cornerstone, empresa de software basado en la nube para la gestión de capital humano, aunque España no esté a la vanguardia de esta nueva modalidad de trabajo, cada vez más empresas dan más facilidades para que sus empleados lo puedan llevar a cabo en determinadas ocasiones. Por ello, IDC y Cornerstone, han elaborado el estudio Impulsando la cultura de la innovación en la era de la transformación digital donde se identifican los beneficios del trabajo flexible tanto para la compañía como para los trabajadores.
Ventajas de esta práctica
Uno de los beneficios mas reconocidos por los empleados es la flexibilidad horaria, ya que permite mejorar la conciliación laboral y familiar. En cuanto a las empresas, el ahorro es un aspecto muy valorado y es que trabajar desde el hogar permite a la compañía reducir diariamente costes como la luz, la calefacción o la telefonía. Sin embargo, al trabajador también le permite ahorrar en transporte y sobre todo en tiempo.
Por otro lado, las personas que trabajan desde casa, -al ganar autonomía-, son mucho más productivas en sus horas de trabajo y logran abarcar más tareas en menos tiempo que un trabajador con un horario estipulado. Lo que conlleva, que sean más felices trabajando.
El estudio de la empresa de asesoramiento global, Wilis Towers Watson, presentado durante la jornada Últimas Tendencias en Beneficios Sociales puso de manifiesto que los empeados felices están un 36% más motivados y son un 31% más eficientes. Asimismo, concluye afirmando que los trabajadores valoran más su programa de salud y bienestar.
Ana Matarranz, directora de la compañía, insistió en la necesidad de las empresas de continuar haciendo esfuerzos por invertir en beneficios sociales para sus empleados y evitar percibirlos como un coste. Por otro lado, durante la jornada se trataron los principales retos a los que las compañías tienen que enfrentarse a la hora de ofrecer un plan de beneficios en los próximos tres años: el incremento de los costes de los beneficios, los insuficientes recursos financieros y el impacto de cambios legislativos.
Hay que poner al empleado en el centro y fijar como prioridades de nuestra estrategia la personalización y flexibilidad, de manera que el trabajador pueda elegir la opción que mejor le encaje. Y es que el bienestar global tiene que abarcar cuatro áreas básicas: el bienestar fisico, social, financiero y emocional.