El reciente nombramiento de Andrea Orcel como consejero delegado de UniCredit enrarece y deja casi reducido al absurdo el juicio que mantiene contra el Banco Santander por su fichaje frustrado como primer ejecutivo, y que dará comienzo el próximo 19 de mayo.
Fuentes conocedoras del caso ya tachan el proceso de "confuso" ante los últimos pasos laborales del banquero italiano. Cabe destacar que a pesar de que Orcel reclama al banco cántabro una indemnización de hasta 112 millones de euros por su no fichaje, eso solo es una condición en el caso de que no se cumpla su primera pretensión: su readmisión como consejero delegado en el Banco Santander.
Sin embargo, esta premisa queda ya en un sinsentido desde el momento que asumió ese mismo cargo, pero en la mayor entidad de Italia, UniCredit, donde fue ratificado el pasado 15 de abril por la junta de accionistas. Por cierto, una junta que aprobó a regañadientes su salario de 7,5 millones de euros, convirtiéndolo en el banquero mejor pagado de Europa. Solo el 54% de los socios del grupo apoyó su sueldo, mientras que el 99% votó a favor de su nombramiento.
La millonaria indemnización económica que reclama el banquero también flojea con su nuevo puesto de trabajo. En el desglose de estos 112 millones de euros, una parte los pide para compensar el sueldo que hubiera cobrado en el Santander en los próximos años; otra por el salario diferido que perdió al marcharse de su antigua entidad, UBS; una tercera parte por lucro cesante y otra, por los daños reputacionales.
Estos daños ahora se ven minimizados con su vuelta al sector financiero. Según las fuentes consultadas, en la actualidad, el proceso judicial se presenta "débil" para Orcel puesto que al ser consejero delegado de UniCredit se le quita toda la razón, ya que pide daños reputacionales y morales porque el fichaje frustrado había supuesto el fin de su carrera. Algo que no ha pasado.
Además, mientras el banquero reclama al grupo cántabro el pago por el salario diferido que dejó de cobrar al salir de UBS, no lo ha hecho en UniCredit. Según los documentos que la entidad italiana llevó a junta de accionistas para aprobar el sueldo de Orcel, el banco establece que su paquete de remuneración no incluye ninguna retribución destinada a compensarle por cualquier reducción de la retribución derivada de empleos anteriores.
Y es más, según las mismas fuentes, el italiano finalmente y al no culminarse la contratación con el Santander, siguió cobrando esa parte de sueldo diferido que le debía el banco suizo (que se elevaba a más de 17 millones de euros) al no haberse ido a ningún sitio en el que realizara una labor que supusiera una competencia directa.
Negociación inicial
La cuestión va a estar en dirimir si el grupo financiero español presentó un contrato oferta al italiano, como defiende el propio Orcel, o se trató de una carta oferta que estaba sujeta a resolver determinados aspectos a la retribución del banquero, como defiende el Santander.
Entre estos flecos a solucionar estaría el ya polémico salario diferido que le correspondía de UBS. La división inicial se propuso de tal modo que UBS le pagaría una parte y el Santander asumiría otra proporción, pero Orcel también tendría que hacer esfuerzos para reducir al máximo la cifra que tendría que abonar la entidad española. Lejos de eso, al final terminó reclamando más dinero al banco, lo que dio al traste con su fichaje. El banco anunció en septiembre de 2018 la contratación de Orcel como consejero delegado y, cuatro meses después, en enero de 2019, dio marcha atrás a la decisión alegando que los costes para compensar a éste por sus remuneraciones pasadas excedían los tenidos en cuenta al acordar el nombramiento.
Tras conocerse su entrada en UniCredit, la agencia Reuters publicó que Orcel estaría dispuesto a rebajar a la mitad la indemnización que le exige al Santander. Desde el banco, preguntados al respecto en las últimas ocasiones, prefieren guardar silencio bajo el argumento de que el proceso continuará su vía en los tribunales.
Declaración de Botín
La presidenta del Santander, Ana Botín, declarará en el proceso este miércoles. Los abogados de Orcel, representado por el despacho De Carlos Remón, solicitaron como prueba la declaración de la presidenta del grupo, además del secretario del consejo de administración del banco, Jaime Pérez Renovales, y del entonces jefe de Recursos Humanos (RRHH), Roberto di Bernardini, ambos con un papel relevante en las negociaciones. Además, también pidieron la declaración del presidente de UBS, Axel Weber, y el responsable de RRHH, Mark Shelton, que solicitaron hacerlo a distancia, algo que denegó el juez. Santander no pidió la declaración de Orcel.