Empresas y finanzas

El beneficio de la banca española crecerá por detrás del de la europea

  • Las entidades nacionales ralentizan su recuperación de cara al próximo año
  • Crecerán un 28%, frente al 38% que lo harán las del continente
Varias sucursales en una calle.

La recuperación de la banca española será más lenta que la de la europea. Tras un 2020 marcado por la pandemia, en el que las principales entidades del país cerraron con unas pérdidas globales de más de 5.700 millones de euros, después de destinar casi 12.000 millones en provisiones para protegerse de la pandemia, el sector volverá a ganancias en los próximos años, pero con un crecimiento menor que sus comparativos europeos, acompañando las previsiones macroeconómicas para nuestro país.

Según los datos del consenso del mercado de Factset, la gran banca española saldrá de pérdidas este 2021 con un beneficio de 10.259 millones, lo que implica que ganará casi tres veces más que el año previo al aminorar la base de dotaciones. Sin embargo, de cara a 2022, año para el que se espera una mayor normalidad, el crecimiento de las entidades nacionales será del 28%, con un beneficio de en torno a los 13.200 millones de euros. En comparación con la media de los principales bancos que operan en Europa, esta recuperación se queda 10 puntos por debajo, según los analistas, que prevén que los grandes bancos del continente mejoren sus resultados para dicho ejercicio por encima del 38%.

La dependencia de España con el turismo, tal y como señalan los supervisores europeos, pasará factura a la recuperación de la economía del país y, por ende, a las entidades. El Banco de España, ante la mayor incertidumbre vivida en el primer trimestre por la tercera ola de contagios, rebajó el pasado marzo las previsiones de crecimiento de este año para nuestro país pasando del 6,8% anterior, al 6%. Además, situó la caída del PIB entre enero y marzo en el 0,4%. Estas estimaciones se asemejan con las que pronostica el Fondo Monetario Internacional (FMI) para España, que da un crecimiento de la economía del 6,37% para este ejercicio, casi un punto por debajo de lo que atisbaba en octubre.

Sin embargo, el Gobierno hace oídos sordos a estas previsiones y mantiene el crecimiento de la economía para este año casi en el 10%, confiando en una recuperación mayor de cara al segundo trimestre, a medida que se acelere la vacunación y empiecen a llegar los fondos europeos. Sin embargo, la cifra de paro juega un papel importante en la recuperación, y también en la de la banca, y el FMI no prevé que nuestro país alcance un nivel pre-Covid hasta 2026.

El Banco de España pide al Gobierno que no retire los estímulos y que potencie las ayudas directas

Desde el sector financiero, ya no solo por parte de los supervisores, la visión se ha tornado más negativa en las últimas semanas y el Banco Santander es buen ejemplo de ello. La presidenta del grupo, Ana Botín, pronosticó el pasado otoño que la economía vería una rápida recuperación a partir de esta primavera, sin embargo, el consejero delegado del grupo, José Antonio Álvarez, echó marcha atrás el mes pasado a estas proyecciones, al asegurar la recuperación se retrasará entre uno y dos trimestres y con esta, lo hará el crecimiento de la actividad, que se trasladará de 2021 a 2022.

Las estimaciones del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España sitúan la recuperación a niveles prepandemia para finales de 2022 y en 2023.

Desde el Banco de España aún no han eliminado el riesgo de que la crisis económica se transforme en una crisis financiera, llevando a la restricción del crédito, y como la pescadilla que se muerde la cola, con esto, a una recesión más profunda y duradera en el tiempo. Todo dependerá, según ha alertado el gobernador Pablo Hernández de Cos en sus distintas intervenciones, de la capacidad de recuperación de familias y empresas. Por ello, de un lado pide al Gobierno que no retire los estímulos (como Ertes o créditos ICO), pero que, además, para evitar el mayor endeudamiento de las compañías, potencie las ayudas directas. De la salud del sector empresarial va a depender la de la banca, en función de la capacidad que tengan para afrontar sus deudas y no acaben transformándose en morosidad en los balances de las entidades.

Piden prudencia al sector

Ante esta aún incertidumbre de la economía, los supervisores (el último mensaje llegó hace unas semanas por parte de la presidenta del BCE, Christine Lagarde) insisten al sector en que deben continuar haciendo provisiones -lo que mermará su generación de beneficios-, restrinjan los dividendos -postura a la que el sector se opone- y sean prudentes con los bonus a los directivos.

Sin embargo, en el caso de la banca española las dotaciones cada vez son menores. Según los últimos datos del Banco de España, las entidades solo provisionaron 250 millones en enero, frente a los 2.300 millones de diciembre o los casi 700 de noviembre.

De momento, los resultados más inmediatos, los de este primer trimestre del año que las entidades presentarán entre la semana que viene e inicios de mayo, dan a la banca española una recuperación frente al ejercicio pasado. Los principales grupos del país volverán a beneficios, frente a las pérdidas conjuntas que arrojaron en el primer trimestre de 2020 con la eclosión de la crisis sanitaria, aunque se quedarán en torno a un 30% por debajo de las ganancias que obtuvieron en los tres primeros meses de 2019, año sin pandemia.

Las entidades están haciendo los deberes para contrarrestar los efectos del Covid en sus balances, que ha tumbado su rentabilidad, con unos fuertes planes de ajustes para ganar eficiencia.

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