
Elite busca reeditar la guerra del taxi contra las VTC para frenar la vuelta de Uber a Barcelona con vehículos del propio gremio. La tecnológica de EEUU asegura que ya cuenta con 350 taxis suscritos a su plataforma.
La asociación, que consiguió movilizar al gremio y presionar a las autoridades catalanas para obstaculizar el negocio de las plataformas, convoca de nuevo movilizaciones y amenaza con boicotear la celebración del Mobile World Congress, previsto para el próximo 28 de junio. La feria fue cancelada en 2020 por la pandemia del coronavirus y su a reapertura está teniendo problemas por la reticencia de algunas empresas a participar (Ericsson ya ha anunciado que no asistirá).
Uber asegura que volverá a operar en la Ciudad Condal con 350 taxis suscritos a la plataforma
"Si Uber abre la aplicación en Barcelona vamos a tener un Mobile World Congress muy entretenido porque aquí nos vamos a defender igual que lo llevamos haciendo siete años. Nada ha cambiado y nada cambia. Estamos muy atentos a los movimientos de Uber, los reguladores y las fuerzas del orden, aunque ya anunciamos que vamos a solicitar permisos para movilizar al taxi del AMB", asegura Elite Taxi en un comunicado.
La asociación gremial asegura que tiene una reunión con la AMB (Autoridad Metropolitana de Barcelona) en la que informará de las movilizaciones y los planes para el MWC si no toman cartas en el asunto y evitan que Uber active la aplicación en la Ciudad Condal.
"Uber todavía no cumple los requisitos técnicos de la tarifa 3 para ofrecer servicios a precio cerrado", dice la AMB
En este punto, Elite asegura que sería ilegal que operaran en Barcelona porque no cumplen una serie de requisitos para ofrecer la tarifa 3 (la cerrada). Extremo que confirma la propia AMB a este diario: "Uber todavía no cumple los requisitos técnicos de la tarifa 3 para ofrecer servicios a precio cerrado". En este punto, fuentes cercanas a Uber reconocen que no cumplen con la tarifa 3 pero que no es obligatoria para entrar a operar por lo que lanzarán el servicio con el taxímetro. Y es que, en Barcelona los usuarios que piden un vehículo a través de las aplicaciones pueden viajar con un precio establecido de forma previa o pagar lo que fije el taxímetro. Free Now estuvo un año para conseguir la autorización para la operar con la tarifa 3 (la cerrada) en Barcelona y hasta entonces lo hizo con taxímetro,
La asociación representada por Alberto (Tito) Álvarez ha puesto el grito en el cielo por la incursión de Uber en el colectivo del taxi, donde busca ofrecerse como una plataforma más de intermediación para la contratación debido a la dificultad para operar con las VTC, que tienen que esperar 15 minutos entre servicio y servicio para poder operar. La aprobación de este decreto ley hizo que salieran de Barcelona Uber y Cabify aunque la segunda, que también busca hacerse un hueco en el taxi, regresó en seguida con menos VTC.
Así, Álvarez no ha dudado en llamar "traidores" a todo taxista que piense en trabajar con Uber, aunque ha asegurado que no puede confirmar que ya haya 350 suscritos, como ha anunciado Uber, a la que acusa de "engañar" sistemáticamente.
"En el momento que Uber decidiera utilizar taxis de verdad, el conflicto estaría servido en la calle entre los propios taxistas"
"En el momento que Uber decidiera utilizar taxis de verdad, el conflicto estaría servido en la calle entre los propios taxistas, puesto que es una aplastante mayoría la que rechaza la entrada de un operador enemigo histórico como Uber y que lo seguirá siendo para siempre. La historia de Uber en Barcelona será un calvario y nunca un paseo militar y eso el tiempo lo va a demostrar", señala Tito Álvarez.
En este punto, cabe recordar que la situación del taxi es muy complicada debido a la pandemia del coronavirus y que muchos están cerca de la quiebra por la falta de ayudas directas ante el desplome de la demanda de más de un 60%. Hay que tener en cuenta que Barcelona era un gran foco de turismo (tanto de ocio como de negocios) que prácticamente ha desaparecido por las restricciones a viajar. Así, el poder de convocatoria y de presión se puede ver mediatizado por la pandemia.