
La industria eólica anda revolucionada en España, y con distinto signo: mientras que el mayor fabricante, Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE) ha anunciado el cierre de tres fábricas desde el verano pasado y el despido de unos 500 trabajadores, sus rivales aumentan la actividad fabril: Acciona-Nordex ha ampliado sus instalaciones en Lumbier (Navarra), contratando a más de 450 personas, y LM Wind Power (GE) y Vestas operan las suyas a pleno rendimiento, tras haberlas potenciado. SGRE, no obstante, ha creado empleo en el país desde que viera la luz en el año 2017.
La historia de los cierres de SGRE en España, tras la fusión de la antigua Gamesa con la rama eólica de Siemens, en 2017, comenzó al año siguiente, en Miranda de Ebro (Burgos). Afectaba a 133 trabajadores, pero finalmente Alibérico adquirió las instalaciones, reconvirtiéndolas para fabricar paneles de aluminio.
La siguiente fábrica en caer fue la de Aoiz (Navarra), el pasado mes de agosto, donde trabajaban 240 personas. Gracias al Gobierno foral, las instalaciones podrían tener una segunda vida, reciclando palas; si el proyecto se materializa, SGRE colaborará con MTorres, Sodena y Cener, pero tendría menos empleo.
Curiosamente, muchos de los extrabajadores de Aoiz se han incorporado a la planta de Acciona-Nordex en Lumbier (Navarra): la compañía ha contratado a 461 personas para producir palas de 72,5 metros de longitud; ya tiene allí casi 750 empleados.
Y ahora les ha tocado el turno a las fábricas de As Somozas (A Coruña) y Cuenca, con 215 y 51 empleados respectivamente. Los sindicatos han cargado contra ambos cierres, acusando a la empresa de "falta de escrúpulos", de "injustificable" y de "nula visión" por parte de los gestores.
El Gobierno central y los de Galicia y Castilla-La Mancha también se han pronunciado en contra de los cierres, añadiendo que han trabajado en los últimos meses para buscar soluciones viables para las dos plantas, "que la multinacional ha rechazado", según reza una inusual nota de prensa conjunta de las tres administraciones.
Turbinas más grandes
La clausura de la planta gallega se veía venir desde hace meses. Al igual que las fábricas de Miranda y Aoiz, producía palas para un modelo de aerogenerador que se ha quedado anticuado en una industria que produce turbinas cada vez más grandes y potentes, y no se podía ampliarla para los nuevos y gigantescos modelos, o no resultaba rentable, según SGRE.
La planta de Cuenca, por su parte, dividía la actividad entre la reparación de palas y el suministro de componentes a la planta de Aoiz. Suspendida esta segunda, no podía seguir con la primera, porque el mercado reclama sustituir palas en lugar de repararlas y también tiene problemas de espacio para palas grandes.
La obsolescencia de las fábricas por la evolución de la tecnológica no afecta sólo a España: SGRE perdió 918 millones de euros en 2020, básicamente por el negocio eólico terrestre y se ha embarcado en su reestructuración: en agosto despidió a 130 empleados de otra factoría de palas en EEUU; en Dinamarca, en enero y en octubre, cerró otras dos fábricas, de palas y nacelles, con 600 trabajadores; y en India está en plena reestructuración.
En el caso de España, no obstante, influye sobremanera la adquisición en abril de 2020 de la fábrica de palas de Senvion en Vagos (Portugal), con modernas instalaciones y sin problema logístico alguno. Esta planta y la de Tánger (Marruecos) suministrarán a todo el mercado eólico terrestre de la región.
La empresa hispano-germana, no obstante, ya ha anunciado que fabricará en España varios componentes de su nuevo molino para el mercado eólico terrestre: un coloso cuyo rotor alcanza los 175 metros de longitud. Eso sí, no sus álabes, la pieza con menos valor añadido, porque ya ha cerrado todas las fábricas en el país.
Los rivales amplían su capacidad
En todo caso, la situación en España de la firma dirigida por Andreas Nauen contrasta con la de sus rivales. Acciona-Nordex, además de la ampliación en Lumber ya comentada, está creciendo en sus otras dos plantas de Castellón (alcanzará los 230 trabajadores) y Barasoain (160 trabajadores), y tendrá todas las instalaciones a máxima capacidad durante este 2021. Espera seguir creciendo, alrededor de su nueva plataforma Delta 4.000.
Vestas, por su parte, contrató gente hasta que en marzo estalló la pandemia y desde entonces la ha mantenido: cuenta con 1.300 empleados en la fábrica de palas de Daimiel (Ciudad Real) y otros 100 en la de generadores de Viveiro (Lugo). En total tiene 2.200 empleados en el país, incluyendo el personal de oficinas y de operación y mantenimiento.
Y GE, por medio de su filial LM, ha aumentado la capacidad de la fábrica de palas de Ponferrada (León) con 300 empleados más, hasta rondar el millar, y en la de Castellón está a pleno rendimiento, con más de 600, según los sindicatos. La compañía señala que tiene más de 1.500 profesionales.
A ello hay que añadir, tras la adquisición de Alstom, el centro de Ingeniería en Barcelona (400 empleados), un reciente Centro de Operaciones Remotas en Toledo y pronto inaugurará otro en Zaragoza.
Más de 4.400 empleos en España
En todo caso, considerando los últimos ajustes, SGRE cuenta con 4.447 empleados en España, de los que 1.167 están en fábricas, 2.679 están en oficinas -360 en I+D- y 601 en servicios de mantenimiento de parques. Se trata de una cantidad superior a los 4.261 empleos que tenía cuando nació hace cuatro años.
Precisamente por su potencia en el país, no son pocos los que no acaban de entender porqué ha rechazado las ofertas que las tres administraciones le han presentado, en un momento en que el país será uno de los que más crezca en eólica de la UE de los próximos años para cumplir los planes del Gobierno.