
Siemens Gamesa calcula en unos 500 millones de euros hasta finales de 2022 el impacto de la reestructuración del negocio eólico terrestre, en la que avanza a gran velocidad para alcanzar el objetivo de crecer a un ritmo superior al del mercado en 2023: acaba de anunciar el despido de 130 personas en una fábrica de palas de aerogeneradores en Iowa (EEUU), una cuarta parte de la plantilla.
Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE) ha anunciado el despido de una cuarta parte de la plantilla de la fábrica de palas para aerogeneradores de Fort Madison, en el estado norteamericano de Iowa, integrada por 430 empleados. En 2012 ya acometió otra regulación de empleo que afectó a 407 empleados.
La situación de esta fábrica es similar a la navarra de Aoiz, cerrada este pasado agosto: produce equipos para modelos de aerogenerador que ya no demanda el mercado y se ha quedado anticuada. Otra cosa sucede en la fábrica de Ágreda, donde acaba de notificar la presentación de un Erte de seis meses para el 75% de su plantilla por motivos productivos, pero que tiene garantizada la continuidad.
A finales de agosto, el nuevo consejero delegado del fabricante hispano-germano, Andreas Nauen, anunció la aplicación de un nuevo plan, denominado Leap, para recuperar la senda de crecimiento, después de un ejercicio en el que acumula pérdidas de 805 millones, a falta del último trimestre del año. Gracias a Leap, perfilado por su predecesor, Marckus Tacke, SGRE quiere obtener un margen Ebit del 3% al 5%, frente al actual, del -2%.
Nauen también anunció que la parte mollar de la transformación es un importante ajuste en el negocio eólico terrestre -como adelantó elEconomista, ya notificado internamente en la plantilla hace meses-, con fuertes implicaciones en el mercado clave de India -afectará principalmente a los resultados de 2021-, pero también en el resto de las instalaciones del Grupo, como se está viendo en España y en EEUU.
Costes no incluidos en la expectativa de rentabilidad
Ahora bien, en las nuevas guías de rentabilidad aportadas al mercado no se incluyen los costes de esta reestructuración, ni de otros procesos en marcha, como la integración de los activos adquiridos a Senvion, que representan una cuantía muy inferior.
Estos costes, evaluados en "medio triple dígito de millones de euros" -es decir, unos 500 millones, como confirma la propia empresa- lastrarán las cuentas de la compañía hasta finales de 2022. Todavía en fase de evaluación, afectarán principalmente al flujo de caja, pero también a elementos no monetarios, como la pérdida de valor de activos.
Unas semanas después, el folleto de salida a Bolsa de Siemens Energy -en la que se integrará SGRE- también advierte del impacto de 500 millones de la reestructuración en el capítulo de riesgos para los interesados en la oferta pública; concretamente, apunta a proyectos de tecnologías de la información, a la citada integración de los activos de Senvion y a "los esfuerzos de cambio de rumbo en relación con el negocio en tierra", explicitando que el mayor impacto tendrá lugar al final del período, finales de 2022.