
Siemens Gamesa ha notificado a los representantes de los trabajadores su intención de presentar un Erte de seis meses por motivos productivos en la fábrica de Ágreda (Soria), que afectará de 100 a 140 empleados de los 186 indefinidos de la factoría, así como a todos los temporales y subcontratados, unos 65. La planta tiene buenas expectativas y los sindicatos denuncian "abuso de derecho" al adoptar el ajuste laboral, y temen medidas adicionales.
El período de consultas del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) anunciado por Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE) se inicia el lunes que viene, según informó ayer oficialmente a los representantes de los trabajadores. De acuerdo con la normativa, hasta el 21 no estará disponible la memoria explicativa de la medida y el resto de la información del proceso.
No obstante, SGRE informó ayer a la plantilla de que el Erte afectará de 100 a 140 de los 186 trabajadores indefinidos de la factoría. El personal temporal y subcontratado -entre 50 y 70 personas- dejará de acudir a su puesto de trabajo a finales de este mes septiembre porque no se le renovará.
El Erte abarcará desde la segunda semana de octubre hasta finales de marzo -aunque aún podría modificarse y dulcificarse en el período de negociaciones- y responde a la necesidad de planificar la producción de la planta a la modificación del calendario de entregas que han solicitado varios clientes, según ha comentado la compañía, que no vincula este retraso con la pandemia.
Como ya informó elEconomista, SGRE descarta el cierre de la instalación y ha informado a los trabajadores del buen comportamiento de la factoría: en lo que va de año han salido de sus líneas de montaje unas 450 nacelles (la parte alta de los aerogeneradores, donde encajan las palas, que incluye la turbina) y para el próximo ejercicio la carga de trabajo debería crecer un 25%, si bien con importantes dientes de sierra, que justificarían el Erte.
A la vista de estas buenas expectativas, los representantes de los trabajadores consideran el Erte "un abuso de derecho más que una necesidad" y desconfían por la transformación de todo el negocio de aerogeneradores terrestres en el que está embarcada la empresa y por el precedente de la planta navarra de Aoiz, cerrada este mes de agosto.