Empresas y finanzas

Ryanair amenaza con despidos para vender más a bordo pese a los vetos

  • Presiona por carta a los TCP para que vendan alcohol o loterías a los pasajeros
  • El Gobierno obliga a limitar al máximo las interacciones comerciales
Aviones de Ryanair

Ryanair eleva la presión sobre sus trabajadores para que impulsen la venta a bordo de productos no esenciales (alcohol, rasca y gana, regalos), pese a las restricciones aprobadas por el Gobierno y la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para limitar el contacto entre los pasajeros y la tripulación durante el vuelo por el Covid-19.

La compañía de bajo coste lleva así semanas realizando llamadas y enviando cartas a los tripulantes de cabina (TCP) que no venden lo suficiente o que se limitan a los productos esenciales (comida y bebida) para recordarles que deben cumplir con el servicio completo y los objetivos si no quieren ser despedidos. Y es que la venta a bordo y los ancillaries son una parte muy importante de los ingresos de la compañía y sólo en los meses de verano cayeron un 58% (en 2019 fueron más del 30% de sus ingresos).

"La compañía ha iniciado una campaña de acoso con el único objetivo de aumentar las ventas de productos no esenciales pese a estar prohibido por las autoridades"

"La prestación del servicio a bordo es parte fundamental de su puesto como tripulante de cabina. Debe cumplir con todos los procedimientos e instrucciones, incluida la finalización del nuevo servicio a bordo reducido. Cualquier repetición de dicho incumplimiento de sus obligaciones contractuales puede ser una falta grave y podría poner en riesgo su empleo con Ryanair", señala la low cost en unas misivas enviadas a varios TCP en noviembre. En este punto, la aerolínea recuerda que no pueden elegir qué vender o no apelando a las recomendaciones de la EASA. Ryanair mantiene vigente el veto a los productos Duty Free y la prohibición de pagar en efectivo, pero está realizando campañas de incentivos para primar la venta de loterías (rasca y gana), cerveza, refrescos, perfumes o regalos.

"Las autoridades han prohibido la venta de productos no esenciales a bordo de las aeronaves para incrementar la seguridad ante el Covid-19. Sin embargo, la compañía ha iniciado una campaña de acoso con el único objetivo de aumentar las ventas. Los jefes se dedican a hacer llamadas de fuera de horario, enviar cartas amenazando con el despido, publicar en redes sociales internas objetivos mínimos de ventas y lista de ganadores de incentivos, así como personarse en los aviones para presionar aún más en relación a las ventas de productos no esenciales", denuncia el sindicato aéreo Sitcpla.

"Entendemos que la empresa debe adaptar los procedimientos a las recomendaciones de EASA, entre las que está no vender alcohol o productos de venta a bordo. Ryanair es la única compañía que, ajena al contexto de covid, sigue apretando a sus trabajadores para vender, incluidos productos como alcohol o no esenciales, lo que nos parece imprudente cuanto menos", señalan en este mismo sentido desde USO.

Trabajo ha sancionado a Ryanair por no tener la evaluación de riesgos adaptada al Covid

El sindicato también denuncia que la compañía "está haciendo llamadas telefónicas en los casos donde considera que no se vende lo suficiente" y recuerda que la Inspección de Trabajo ya ha sancionado a Ryanair por no tener la evaluación de riesgos adaptada al covid-19, "lo que es importante para valorar que servicios son necesarios pasar por la cabina". Los TCP llevan dispositivos electrónicos dónde se recoge qué y cuánto vende cada tripulante.

El Gobierno limita el servicio a bordo

Aunque la empresa que preside Michael O'Leary asegura que cumple con todas las recomendaciones de la EASA, lo cierto es que las directrices para volver a volar con seguridad piden limitar al máximo la venta a bordo. En esta línea, el Gobierno de España publicó en el BOE el pasado 11 de diciembre una actualización de las de las directrices operativas para la gestión de pasajeros aéreos y personal de aviación en la que obliga a las aerolíneas a "reducir el servicio a bordo, tanto como sea posible, en función de la duración del viaje con el objetivo de limitar la exposición a contacto de los pasajeros con la tripulación".

La disposición general incluye un anexo con material de orientación en el que explica que el "servicio a bordo reducido" se debe entender como "sin venta de productos libres de impuestos u otros productos no esenciales a bordo"; "servicio reducido de alimentos y bebidas"; "preferencia por alimentos y bebidas preenvasados y sellados" y "evitar los procedimientos de pago que impliquen contacto, como pagos en efectivo".

Las restricciones a este tipo de transacciones están lastrando los ingresos extra de las aerolíneas, que cada vez ajustan más los precios de los billetes para ganar pasajeros, y más en un momento en el que la demanda está en mínimos. En España, por ejemplo, las operaciones comerciales en noviembre han caído más de un 63% respecto al año pasado y son inferiores a las de octubre y el tráfico de pasajeros se ha hundido un 84%.

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