Las tripulantes de cabina (azafatas) más veteranas de Iberia todavía recuerdan cuando se podía subir al avión con un bote de champú de más de 100 mililitros en el equipaje de mano, no había que quitarse los zapatos en los aeropuertos y Miami era la puerta de entrada a Centroamérica. Unas costumbres truncadas por los atentados de las Torres Gemelas. Así, de la misma forma que el 11-S obligó a extremar las medidas de seguridad en los aeropuertos, el coronavirus va a cambiar radicalmente la forma de viajar. Al menos hasta que se encuentre una vacuna.
La guía elaborada por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades para volar de nuevo establece los pasos que se deben dar para mitigar los riesgos de contagio desde antes de salir de casa y hasta llegar al destino, así como las medidas que deben implementar las compañías aéreas y los aeropuertos para garantizar la seguridad sanitaria.
"Este es el comienzo, más que el final, de un proceso para hacer que los viajes aéreos sean lo más seguros posible"
Unas medidas que ALA ha aplaudido y pedido al Ejecutivo que adopte en nuestro país ya que, entre otras cosas, no obligan a dejar asientos vacíos en los aviones si se cumplen en todo momento "las demás medidas preventivas", como son el uso de mascarilla quirúrgica, lavarse las manos y la activación de los filtros HEPA, que limpian el aire de virus y bacterias."Este es el comienzo, más que el final, de un proceso para hacer que los viajes aéreos sean lo más seguros posible desde la perspectiva de la salud", asegura el director general de la EASA Patrick Ky. Aerolíneas como Iberia, Ryanair o Air France ya las están poniendo en marcha.
Antes de salir de casa
La agencia de seguridad hace especial hincapié en que las personas que tienen síntomas o han estado cerca de un enfermo por coronavirus no deben viajar. Así, las aerolíneas y los operadores aeroportuarios (Aena en el caso de España) deberán enviar mensajes a los pasajeros para recordar que no se viaje con síntomas y un documento electrónico que se tendrá que firmar 24 horas antes del vuelo y que recoge los síntomas del coronavirus y los riesgos de viajar junto a alguien que esté enfermo. En este punto, la EASA recomienda a las compañías que cambien los billetes de forma gratuita a los pasajeros que, hasta seis horas antes del despegue, tengan sospechas fundadas y contrastadas médicamente de estar contagiados.
La agencia recuerda que los controles de temperatura "tienen efectos limitados"
Al llegar al aeropuerto
Una vez el pasajero ha decidido ir al aeropuerto debe entrar sólo y con la mascarilla quirúrgica o FPP2 puesta. No se permite ir con acompañantes que no vayan a viajar por lo que las despedidas se trasladan al parking, la boca del metro o la puerta de la terminal. Se harán excepciones con personas con movilidad reducida.
La guía de la EASA señala que si las autoridades nacionales aprueban los controles de temperatura en los aeropuertos estos se deberán poner en la puerta. Es decir, será el primer filtro que el pasajero tenga que pasar antes de facturar y entregar la maleta. Los controles no deberán ser invasivos y se repetirán en caso de obtener un positivo. Si se registra más de 38 grados de temperatura corporal no se deberá volar. En este punto, la agencia recuerda que los controles de temperatura "tienen efectos limitados" ya que la fiebre se puede bajar con paracetamol y muchos contagiados no tienen síntomas.
No se permite ir con acompañantes que no vayan a viajar. Las despedidas se trasladan al parking
En este punto del viaje la agencia insta a las empresas a favorecer los procesos automáticos de facturación y a limitar al máximo el número de maletas en cabina para agilizar los embarques y evitar contactos. De cara a pasar el control de seguridad, el aeropuerto debe asegurar que se respeta una distancia física de 1,5 metros entre los pasajeros (Aena tendrá que pintar rayas en el suelo para marcar la separación) y que el personal del filtro lleva mascarilla, guantes desechables, pantallas protectoras y batas si el uniforme no se cambia a diario. El pasajero solo debe quitarse la mascarilla para pasar las fronteras y los controles de seguridad si se lo piden.
El reto de embarcar
El momento de embarcar es uno de los más críticos del viaje ya que es muy difícil mantener la distancia social. La EASA recomienda que se respete el distanciamiento físico siempre que sea posible por lo que a la hora de subir al avión pide que se escalone el embarque en función del asiento a ocupar, que los pasajeros respeten las distancias en las colas y que se reparta gel hidroalcohólico en la puerta del avión. Si la compañía opta por llevar a los viajeros hasta la aeronave en autobús (jardinera) deberá fletar muchos más para evitar aglomeraciones. Estas medidas obligarán a las aerolíneas a hacer escalas más largas.
Asimismo, los pasajeros deberán optar por llevar la tarjeta de embarque en el móvil para evitar el contacto con el personal de tierra y asegurarse de que llevan suficientes mascarillas quirúrgicas para todo el vuelo. Y es que la EASA señala que hay que cambiarlas cada cuatro horas, si el fabricante no especifica lo contrario, y prohíbe el uso de mascarillas caseras o de tela al no estar homologadas. La aerolínea deberá tener también por si acaso.
Dentro del avión
Aunque el uso de mascarilla es muy importante, el organismo señala que es una medida complementaria por lo que, además, se deben respetar otras pautas como extremar la higiene (lavarse las manos), utilizar pañuelos desechables al estornudar o hacerlo en el codo, evitar tocarse la cara y las superficies y respetar la distancia social siempre que sea posible. Unas normas que hay que seguir dentro del avión, donde el contacto con la tripulación y los movimientos estarán limitados. Asimismo, la guía insta a restringir la venta a bordo, evitar el efectivo y servir comida preenvasada. Si algún pasajero no quiere cumplir la normas deberá ser expulsado tanto del avión como del aeropuerto.
Si algún pasajero no quiere cumplir las normas deberá ser expulsado del avión
Por parte de las aerolíneas, la agencia recuerda que deben tener siempre conectados y en perfecto estado los filtros HEPA, que han demostrado ser eficaces para eliminar virus similares al coronavirus. En este punto, no podrán tener a los pasajeros dentro del avión más de 30 minutos sin los filtros o la ventilación activada y se debe limitar el uso de las boquillas de aire acondicionado personales.
Cuando se llega al destino
Cuando el avión aterrice los pasajeros deben tener calma y evitar ponerse en pié antes de que se abran las puertas. Hay que evitar aglomeraciones. También tendrán que facilitar datos de contacto para ser localizados en caso de que se detecte algún caso a bordo o un brote en el país de destino u origen.
Extremar la limpieza y avisos
La concienciación y la información está en la base de las directrices promulgadas por la agencia europea para promover vuelos. Así, los operadores aeroportuarios deberán publicar información sobre las pautas de higiene y de distancia personal en las pantallas y puertas de embarque. Las aerolíneas por su parte tendrán que poner vídeos antes de despegar para recordar las directrices así como proteger a sus tripulaciones con EPIS de cuerpo entero. Extremar la higiene doblando la limpieza en aviones, aeropuertos y las mamparas instaladas en los mostradores es otra medida para evitar que los virus permanezcan vivos mucho tiempo en las superficies. En una primera fase no se podrán las tiendas y restaurantes de las terminales que no permitan mantener la distancia social.
