Empresas y finanzas

La restricciones al reparto a casa se extienden y amenazan nuevos cierres en la hostelería

  • Cataluña, Navarra y Andalucía han establecido ya límites horarios al 'delivery'
  • Castilla y León pide al Gobierno ayudas para la hostelería: "No puede eludir su responsabilidad"
Madrid/ Valladolidicon-related

"Si se impide el reparto a casa, la restauración quiebra". Es la advertencia que lanza un directivo del sector ante las limitaciones que están poniendo distintas comunidades autónomas a los horarios del reparto a domicilio. En Cataluña hasta ahora no se podía hacer más allá de las diez de la noche, aunque se ha ampliado a las once; en Andalucía el tope se ha establecido en las diez y media y en Navarra en las nueve. Pero el temor es que esa tendencia se extienda, ya que son varios los gobiernos regionales que entienden que si se cierran los bares no se puede permitir que siga funcionando el delivery, argumentando que beneficiaría solo a las grandes marcas. El problema de fondo, según advierten desde el sector, es que se trata de la única vía de supervivencia no solo de las grandes cadenas, sino también de muchos establecimientos que han visto en el reparto a casa un balón de oxígeno ante la falta de ingresos.

Por otro lado, el sector hostelero, a través de la plataforma Juntos con la Hostelería (integrada por Fiab, Hostelería de España y Aecoc), ha solicitado a las comunidades autónomas y a la ministra Reyes Maroto que aprueben con urgencia el Plan de Apoyo a la Hostelería anunciado por la ministra la semana pasada. El sector reclama, en concreto, ayudas directas por valor de 8.500 millones de euros, con el objetivo, según la patronal, de poder salvar un millón de empleos y evitar el cierre de un total de 100.000 establecimientos.

El sector hostelero en nuestro país representa el 6,2% del PIB, da trabajo a 1,7 millones de personas y aporta cerca de 17.500 millones de euros a las arcas públicas del Estado, según los datos del año 2019.

A causa de la crisis, se enfrenta a una caída sin precedentes desde hace meses. A día de hoy, ya han cerrado más de 65.000 negocios hosteleros, han desaparecido más de 350.000 empleos y ha descendido la facturación más del 50% respecto al año anterior. Y a todo ello hay que sumar las consecuencias en las más de 30.000 empresas asociadas a la hostelería, cuya facturación conjunta supone cerca del 20% del PIB nacional.

La patronal asegura que "con el plan de ayudas se podría prevenir un impacto muy considerable en las arcas públicas en términos de reducción de recaudación de IVA, IRPF, Impuestos Especiales, Impuesto de Sociedades y cotizaciones a la Seguridad Social". El sector denuncia, además, que las restricciones se producen a pesar de que solo el 3,5% de los contagios se da en la hostelería, según Sanidad.

El sector ya ha empezado a mostrar en la calle su indignación con los cierres. El jueves, unos 800 hosteleros se manifestaron en Valladolid para advertir que están en juego más de 150.000 empleos. Mientras, la Junta emplazó al Gobierno a establecer un plan de choque. "No puede ser que eluda su responsabilidad", dijo su vicepresidente.

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