La fusión de CaixaBank con Bankia afectará a los clientes de otras entidades. Este es uno de los efectos que conllevará la operación que se está negociando en estos momentos para la creación de un campeón nacional. Previsiblemente, el nuevo grupo pondrá fin a las alianzas de Bankia con otras entidades para que los clientes de éstas puedan sacar dinero de manera gratuita o a menor coste en sus cajeros automáticos, que son principalmente el Sabadell, Unicaja, Ibercaja, Liberbank, Abanca, Kutxabank e ING. Bankia cuenta con casi 5.360 aparatos por toda la geografía nacional.
Estas entidades tuvieron que llevar a cabo estos acuerdos tras el movimiento que hizo CaixaBank en 2015 de cobrar una comisión de dos euros por las retiradas de dinero en sus máquinas a usuarios de la competencia con el fin de maximizar sus inversiones y defender su posición de liderazgo en este servicio, una medida que desencadenó un cambio de la legislación y un a modificación radical en el modelo hasta entonces conocido.
Ahora, estos acuerdos como los restantes que tiene Bankia en otros segmentos, están puestos en revisión en el marco de las conversaciones que mantiene con CaixaBank para su integración, entre otros el de Mapfre en seguros y el de crédito al consumo con el francés Credit Agricole.
Las antiguas cajas de ahorros de mediano tamaño perderán casi un tercio de los cajeros automáticos que tienen disponibles sus clientes para no trasladar todo o parte del coste que suponen estas operaciones para las entidades, ya que éstas sí se pagan entre ellas la comisión, lo que supone una merma de ingresos. Estas entidades suman unos 16.500 máquinas, incluyendo las poco más de 400 de Bankinter y los de Bankia, que les permiten ofrecer a sus usuarios extracciones a precios más ventajosas, que suelen ser hasta 0,65 euros a partir de un número determinado de transacciones y un importe prefijado.
El Sabadell también se verá afectado, con la misma magnitud, debido a que su alianzas en esta materia se circunscriben al pacto sellado con Bankia y la red Euro600 de las extintas cajas de ahorros.
De mayor intensidad será el golpe para ING, que reforzó sus lazos con Bankia el año pasado tras quedarse sin los aparatos del Popular tras la absorción de definitiva de ésta por parte del Santander. Para los tenedores de tarjetas del banco naranja es esencial contar con la red de Bankia, ya que ING apenas cuentas con este tipo de máquinas al operar sólo con una veintena de oficinas. De hecho, los cajeros del grupo nacionalizado suponen la práctica totalidad con la que cuentan para sacar dinero con precios preferentes: a partir de 50 euros de forma gratuita.
Estrategia del banco naranja
ING, que ha ido ampliando el número de cajeros propios hasta los 274 y ofreciendo la posibilidad de obtener efectivo en los supermercados Día, gasolineras y estancos, tendrá ahora que buscar nuevos socios en esta materia para ofrecer mantener los mismos niveles de servicio.
Eso sí, en los últimos meses el pago en metálico ha descendido sustancialmente y la compra a través de los móviles en los comercios se ha disparado como consecuencia de la pandemia. El sector, en su conjunto, elevó durante el confinamiento el límite a partir del cual se podían abonar las compras hasta los 50 euros sin necesidad de teclear el PIN, algo que reduce los contagios del Covid-19.
Se espera que la perdida de cajeros se vaya produciendo de manera paulatina y progresiva, como sucedió con ING y Santander. Además hay que tener en cuenta el ajuste de oficinas de la operación también implicará una menor disposición de estas máquinas según se vayan realizando las clausuras.
Bankia también se ve afectada
Para los clientes de Bankia la operación también afectará de algún modo su operativa con estos aparatos, pero manera más residual. Los usuarios, una vez culmine la integración, podrán contar con los cajeros de CaixaBank, que asciende a 9.100 en todo el territorio nacional en estos momentos, por tanto, los usuarios de tarjetas del banco nacionalizado perderán menos de 2.000 expendedores de dinero.
El nuevo grupo resultante de la fusión dificultará, por tanto, una de las actividades más básicas y diarias, la retirada de metálico por parte de los ciudadanos. Desde hace tiempo, estas operaciones se hacen sobre todo en los cajeros, y los bancos vienen cobrando en ventanilla.