
Los reguladores han instado a la banca y a las compañías de medios de pago que eleven el límite establecido en las tarjetas sin contacto para mitigar los contagios del coronavirus. La Autoridad Europea Bancaria (EBA, por sus siglas en inglés) ha reclamado que se incremente hasta los 50 euros la posibilidad de que los usuarios abonen sus compras en los supermercados o farmacias sin tener que teclear el PIN de la 'visa'. En España, está topado en 20 euros.
La EBA señala que esta medida es de "vital importancia" para minimizar los riesgos del COVID-19. Hay que tener en cuenta que desde el sector como desde las autoridades se está reclamando a los ciudadanos que reduzcan al máximo posible los pagos en efectivo y que utilicen la tarjeta para pagar sus compras de primera necesidad, ya que el virus se puede transmitir a través de los billetes y las monedas.
El regulador financiero europeo, además, hace un llamamiento tanto a los comerciantes como a los consumidores para que, no solo adopten las medidas sanitarias necesarias, sino para que consideren fórmulas u opciones de pago en sus tiendas distintas a las habituales.
Los bancos, en los últimos días, han venido poniendo en marcha distintas iniciativas para contener la pandemia. Por un lado, han recortado el número de sucursales abiertas, y han adelantado el ingreso de las pensiones a los jubilados, además de haber recomendado a estos a que no acudan a las oficinas a sacar el dinero.
Tratamiento de los impagos
La EBA, en una circular, apoya las medidas adoptadas por los gobiernos para hacer frente a las repercusiones económicas en forma de moratorias en los créditos y la flexibilización del tratamiento por parte de la banca de los préstamos que queden impago por parte del BCE. Pero, insta al sector financiero a que el deterioro de estos activos se refleje "de manera precisa y oportuna" en sus balances.
El regulador comunitario aclara que las demoras en los pagos de los prestatarios "no conducen a ninguna clasificación automática en insolvencia" y que las entidades tendrán que dar prioridad a las evaluaciones individuales de cada cliente por su probabilidad de pago futuro.