
La morosidad es uno de los grandes problemas a los que se va a enfrentar la banca en los próximos años como consecuencia de los efectos del coronavirus. En marzo, primer mes de la pandemia, el sector financiero español rompió la racha de reducción de impagos y sufrió el primer susto. Éste fue limitado, de 300 millones, pero según los expertos y las propias entidades, lo significativo está por llegar, cuando los hogares y las empresas se vean asfixiadas.
Según los datos del Banco de España, los préstamos de dudoso cobro escalaron en 57.340 millones de euros, lo que supone una tasa del 4,8%. Los bancos, para hacer frente al aluvión de insolvencias, ya han comenzado a realizar provisiones extraordinarias, que están drenando su cuenta de resultados. Las cifras del organismo supervisor reflejan un aumento de las dotaciones de las entidades por su negocio en España de unos 3.100 millones, de los cuales 1.000 millones están asignadas para deterioros de los préstamos concedidos.
Este aumento de las provisiones, unido a la menor actividad y los tipos negativos, ha llevado al sector en nuestro país a declarar pérdidas en marzo, de 254 millones de euros. Hay que tener en cuenta que uno de los grandes grupos, BBVA, publicó números rojos históricos, aunque estuvieron vinculados más a su actividad en Estados Unidos.
Un estudio de la firma de consultoría estratégica Bain & Company sobre el impacto del coronavirus en el crédito del sistema bancario europeo, indica que existe el riesgo de que la crisis sanitaria provocada por la pandemia pueda derivar en una crisis de solvencia financiera más rápidamente que en recesiones anteriores.
Una de sus principales conclusiones indica que la recesión económica que vendrá con el COVID-19 podría tener un efecto "severo en los niveles de morosidad". En España, debido a la caída esperada del PIB (de entre un 9,5% y 12,4% según las últimas estimaciones del Banco de España), en 2020 tendremos entre 2 y 3 veces más volumen de nuevo crédito impagado del que tuvimos en 2009, lo que implicará tasas de entre el 5% y el 7%, y podría alcanzar un 10% en el caso de crédito a empresas hacia final de año. En su escenario central, calcula financiación insolvente de entre 50.000 y 60.000 millones, una cantidad que alcanzaría los 90.000 millones en el caso más extremo.
Los analistas de Barclays también estimaron una subida de un 67% de la morosidad en el sector español como consecuencia de la caída de la economía por la pandemia en los próximos ejercicios, lo que supone incrementos de impagos de unos 50.000 millones.
Según un informe de Crédito y Caución e Iberinform, dos de cada tres empresas tienen ya contabilizados en sus cuentas de resultados morosidad por la falta de pago de sus clientes y el 10% afirma que corre el riesgo de sufrir por dicho impacto.