
La Comisión Europea se ha negado a flexibilizar el reembolso de los billetes cancelados por el coronavirus por lo que, si los pasajeros no aceptan un bono, las aerolíneas tendrán que devolver el dinero en un máximo de siete días bajo amenaza de sanción.
La decisión de Bruselas pone contra las cuerdas al sector aéreo, ya que debe hacer frente al pago de unos 9.200 millones de euros por los vuelos suspendidos hasta mayo en un momento en el que no generan ingresos, se hunden en pérdidas, preparan unos 40.000 despidos y no tienen claro cuándo van a volar. Fuentes del sector explican a este diario que no se están vendiendo casi viajes para este verano y que la recuperación tardará hasta cinco años en llegar.
"Si se devuelve el dinero de todos los billetes, hasta la compañía más grande y sólida quebraría"
"Las aerolíneas están intentado sobrevivir a la crisis del coronavirus para seguir prestando servicio a los ciudadanos. Si se devuelve el dinero de todos los billetes, hasta la compañía más grande y sólida quebraría", explica Javier Gándara, presidente de ALA.
El reembolso de gran parte de los 9.200 millones de euros que IATA calcula que deben las aerolíneas en Europa va a suponer una sangría de liquidez para el sector, que se está endeudando y pidiendo rescates para tratar de sobrevivir a la pandemia y tener músculo para volver a volar. Y es que, pese a los planes de ajuste para reducir al mínimo los gastos, las compañías aéreas pierden millones de euros cada vez que sale el sol. Por ejemplo, Lufthansa se deja un millón de euros a la hora y ya ha alertado de que corre el riesgo de quedarse sin liquidez en semanas al tener que hacer frente al reembolso de los billetes. Por ello, ultima un rescate de 12.400 millones de los gobiernos de Alemania, Austria, Bélgica y Suiza.
Air France-KLM empezó el 15 de mayo a dar la opción de devolver el dinero de los billetes
Air France-KLM, que registra unos números rojos diarios de 25 millones, se limitó a dar cupones (vouchers) a todos los pasajeros que habían sufrido cancelaciones pero, desde la negativa de Bruselas a cambiar el reglamento 261/2004 y las amenazas de sanción, anunció que a partir del 15 de mayo iba a dar la opción de devolver el dinero.
Así, reconoce que adeuda 2.000 millones en billetes cancelados y pide paciencia. El grupo, que cerró el primer trimestre con pérdidas de 1.800 millones tras ver cómo sus ingresos caían en 922 millones por el parón de los últimos 15 días de marzo, va a recibir una inyección de 10.100 millones de Francia y Holanda.
Ryanair, que destina 60 millones de euros al mes en seguir abierto con casi toda su flota parada, está en el punto de mira de las asociaciones de usuarios y agencias de viaje por no devolver el dinero de los billetes y tratar de colocar los vouchers sin responder a las reclamaciones de reembolso.
El presidente de la low cost, Michael O'Leary, ha reconocido retrasos en los abonos. "En un mes normal tenemos 10.000 solicitudes, pero ahora tenemos diez millones, lo que significa que vamos a necesitar más tiempo. No obstante, si algún viajero quiere convertir ese reembolso en otro viaje, nos ayuda porque nos reduce la carga", asegura O'Leary, que ha anunciado 3.000 despidos y una bajada salarial del 20% hasta 2025.
Alguna aerolínea de IAG, que ha perdido 1.863 millones en el primer trimestre, ha sido señalada por evitar ejecutar los reembolsos en tiempo y forma. El holding prevé despedir a 12.000 trabajadores de British Airways y realizar "ajustes laborales" en el resto de las compañías.
Así, las aerolíneas tratan de ganar tiempo para preservar la caja hasta que se reactive el mercado y evitar quiebras. A nivel mundial la historia se repite, ya que las aerolíneas tienen que hacer frente al reembolso de 35.000 millones de dólares mientras piden rescates por falta de liquidez y anuncian miles de despidos, como es el caso de American Airlines o Qatar.
"Las aerolíneas se enfrentan a una crisis muy dura. No pueden reducir los costes lo suficientemente rápido y con los 35.000 millones de dólares adeudados a los viajeros por vuelos que no pueden operar, enfrentan problemas de liquidez y la necesitan para mantener el empleo y asegurarse de que podrán volver a volar", asegura Alexander Juniac, consejero delegado de IATA.
La advertencia de Garzón
A la decisión de la Comisión se suma en España la presión que ejerce el Ministerio de Consumo para agilizar el reembolso de los viajes cancelados desde el estado de alarma. Así, el ministro Alberto Garzón, que ha criticado duramente al turismo, ha anunciado la puesta en marcha de una plataforma extrajudicial para "allanar la tarea de reclamar el dinero a las aerolíneas" que, según señaló, "se van de rositas porque el consumidor desiste". Según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), a medidos de mayo había 700.000 reclamaciones de consumidores a los que no se les ha devuelto el dinero pendientes de resolver.
Y es que en España, donde se han cancelado 390.000 vuelos hasta mayo, las compañías tienen los servicios de atención al cliente saturados por la avalancha de reclamaciones y procuran primar el cambio de los billetes por un bono para volar en algún momento de los próximos doce meses y así evitar quebrar. En alguno casos, los correos de cancelación ni siquiera dan la opción de recuperar el importe abonado o no la reflejan claramente llamando a la opción "otras gestiones".
Consumo asegura así que ha detectado que muchas aerolíneas incumplen su obligación de devolver el dinero por lo que ha alertado de que activará la vía judicial si éstas no exponen con claridad la alternativa al bono. Así, recuerda que en el caso de que el pasajero haya aceptado el bono sin que la compañía le haya ofrecido de forma la opción del reembolso como alternativa, el consentimiento "se considerará viciado" y el consumidor mantendrá su derecho al reembolso.