
El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, tiene una clara visión acerca de lo que necesitan las empresas para superar la crisis vírica. Con nitidez y pragmatismo, explica a elEconomista las claves de las últimas medidas del Gobierno.
¿Cómo valora el reciente acuerdo del Gobierno y los agentes sociales sobre los Ertes?
Lo más importante que se ha conseguido es que los Ertes no pueden finalizar con el estado de alarma. Es un primer paso, pero no es suficiente. Hay que concentrarse en lo real, en lo esencial y aparcar la cuestión ideológica. O el Gobierno redobla esfuerzos para regular esta situación o el tejido empresarial no se va a mantener y, por tanto, no se va a mantener el empleo.
¿Habría que haber tomado medidas complementarias a la extensión de los Ertes?
La decisión sobre los Ertes, que hemos aplaudido no es una panacea. Cada día que pasa es un siglo para las empresas. Todavía hay cosas que mejorar en la canalización de los avales. Hay que reactivar la demanda, el consumo, y dotar un fondo de ayuda directa para los sectores que van peor. Es el mensaje del Gobierno: no dejar a nadie atrás.
Hay sectores como hostelería y turismo que ven insuficiente el 30 de junio y quieren que se amplíe a diciembre. ¿Cree que va a haber más prórrogas?
Estoy convencido. Buscamos certidumbre de cara al 30 de junio, análisis por sectores y territorios. O bajamos a los sectores o nos quedamos en el idealismo y no en la realidad económica. Si el 30 junio todavía está restringida la movilidad, los ingresos han podido caer un 60%, y eso es una causa de fuerza mayor. Hay que prorrogar los Ertes más allá del 30 de junio para sectores que lo necesiten, por supuesto. Hay que llegar a finales de junio con certidumbre y con los deberes hechos.
¿La limitación de los despidos puede acabar siendo contraproducente y provocar más que los que quiso evitar?
No puede haber una condición de salvaguarda del empleo que conduzca a la empresa a una liquidación. Si queremos salvar el empleo tenemos que salvar a las empresas.
¿Qué piensa de las manifestaciones de la ministra Yolanda Díaz aludiendo a mala fe en los empresarios con los despidos?
Un empresario es tan trabajador como un empleado. No se puede hacer una dicotomía entre trabajador y empresario. La empresa no es un ente abstracto, son trabajadores, personas.
"Si tienes que prescindir de cinco trabajadores para salvar a otros cinco, no es plato de gusto"
¿Cómo ve la flexibilización sobre la incorporación de temporales?
Es esencial. Sobre todo en determinados sectores y regiones geográficas. La obligación de reemplazar a un trabajador que se ha ido de la empresa por su propia voluntad como se quería no es una salvaguarda del empleo.
¿Teme que las empresas acaben recurriendo al preconcurso en el marco del pacto?
El preconcurso no es solo para el empresario que lo presenta, atañe a tus acreedores. La realidad es que si tienes que prescindir de cinco trabajadores para salvar a otros cinco, no es plato de gusto. El empresario no les quiere despedir, pero es que si no pierden el trabajo diez, si la empresa acaba en liquidación. Prescindir de parte de la plantilla es un trauma pero las empresas tienen que sobrevivir.
Pero los preconcursos no pueden quedar al arbitrio único del Ministerio de Trabajo, ¿no?
Si una empresa ve que sus obligaciones de pago rebasan sus ingresos debe hacer ajustes, entre ellos de plantilla, o cerrará la persiana.
"Hay que reactivar la demanda y el consumo y dar ayudas directas a los que peor van"
¿Hubo cambios de última hora en el acuerdo sobre los Ertes?
Hubo ajustes de redacción. En estos casos, se cuida cada palabra. Pero se mantuvo la esencia del documento.
¿Y qué pasa si el Gobierno llega al 30 de junio sin los deberes hechos?
Hay que empezar a trabajar sector por sector, territorio por territorio. Hay que poner las reglas claras cuanto antes. Hay que crear certidumbre para generar confianza, aparcar los idealismos y tomar las decisiones teniendo en cuenta el entorno y la realidad económica.
¿Cree que se puede suplir el estado de alarma con otras leyes?
Quien dirige esta situación es Sanidad. Es la que manda a los empresarios, y loas empresas son muy responsables con la ley y acatamos lo que dice Sanidad. Pero hace falta dar certidumbres también con los tests, con los EPIs, porque estamos metidos en el corazón del problema.