
La banca acelera sus planes de desescalada, sobre todo en la red de oficinas, debido al incremento de la actividad como consecuencia del inicio del fin de las restricciones. Casi todas las entidades ya han comunicados su hoja de ruta a los empleados, que poco a poco irán recuperando la normalidad y volverán de manera progresiva a trabajar presencialmente. Algunas han proyectado un regreso más rápido y otras más pausado, en función de los acontecimientos, pero todas fijan como criterio primordial la seguridad de la plantilla.
Así, en este escenario, Cajamar pretende que el 80% del personal de la red comercial trabaje físicamente el próximo 11 de mayo, día en que el Gobierno permitirá a diferentes provincias pasar a la Fase 1 de la deshibernación de la economía. El grupo cooperativo, como el resto del sector, implantó medidas contra el coronavirus, como que la mitad de su plantilla de sucursales operara desde casa durante el confinamiento al igual que el 85% del personal de servicios centrales. Estos últimos, de manera gradual, se irán reincorporando en la medida de lo posible. Cajamar confía en que la normalidad presencial vuelva en esta área en junio en un 80%.
Hay que tener en cuenta que el planteamiento de Cajamar obedece en parte a que los territorios donde concentra el mayor número de agencias comerciales se sitúan en las zonas menos afectadas por la pandemia, como son Almería, Murcia, Palencia y Zamora, entre otras.
La idea de CaixaBank también es ir aumentando la presencia de trabajadores en sus oficinas de manera paulatina. De hecho, su objetivo es que a finales de mayo dos tercios de los mismos hayan retornado a la nueva normalidad con el objetivo de que se pueda atender de una manera más rápida y eficiente a los clientes. Ha sido la entidad que más sucursales ha mantenido abiertas, en torno a un 90%, en las que ha aplicado turnos con la que la mitad de la plantilla teletrabajando. Eso sí en su caso, la operativa desde casa seguirá siendo esencial para los servicios centrales de la entidad hasta después del verano. En los próximos meses el 80% de sus empleados realizará sus labores desde casa.
Otras entidades han puesto ya en marcha el piloto automático de la desescalada con la reapertura de oficinas de manera progresiva. Son los casos de BBVA, que está levantando la persiana de unas 215 agencias estos días, y Unicaja, que a partir de este viernes, reabrirá 250 que permanecían cerradas desde mediados de marzo.
De casa a la oficina
BBVA ha sido el grupo que más tiene implantado el teletrabajo, ya que apenas el 10% acudía presencialmente a su sucursal. En los próximos días, este porcentaje será del 14% y poco a poco irá aumentando en función de los niveles de actividad.
Misma estrategia está siguiendo el Santander, aunque en su caso la reapertura no ha comenzado. La dirección del banco ha comunicado ya los planes a los sindicatos, ya que el objetivo es ceñirse al programa que establezca el Gobierno en la desescalada y a la evolución de los acontecimienos. En una primera fase, el grupo cántabro pretende reabrir 250 sucursales que habían sido cerradas (la mitad) y en otras 771 establecer tres días de atención presencial. De momento el lunes reaunudará la operativa en 189 de ellas. En Servicios Centrales, por su parte, el Santander la nueva normalidad tardará aún más tiempo, ya que a partir del lunes se reincorporará físicamente al 10% de los trabajadores.
Actividad esencial
Las entidades, al ser empresas con actividad esencial, han podido mantenerse operativas. De hecho, están siendo fundamentales para la canalización de préstamos a las empresas, cuyo importe llegó a dispararse casi un 40% en marzo a pesar del confinamiento. El negocio de particulares, en cambio, se ha desplomado.
En estas semanas han puesto distintas iniciativas para incrementar la seguridad sanitaria y han comenzado a realizar test a la plantilla, además de dotar a los centros comerciales de geles, mascarillas y mamparas protectoras.
El sector pretende realizar pruebas de diagnóstico a toda la plantilla y ha iniciado este proceso con los empleados con síntomas y aquellos que puedan estar en contacto con clientes. Por ejemplo, BBVA se ha dirigido ya a 613 personas para hacerse un examen médico y Unicaja a 2.000 empleados.