Bankia ha mantenido su compromiso de repartir el dividendo con cargo a las cuentas de 2019, pero ha renunciado al pago extraordinario ante las consecuencias del coronavirus, revisando así su política. "Esta actuación se produce como medida para dotar a la entidad de la máxima flexibilidad para afrontar las necesidades de financiación de las familias y empresas españolas, en el incierto entorno actual", explica en una nota previa a la celebración de la junta de accionistas.
La entidad se había comprometido a repartir 2.500 millones de euros a sus socios, para lo que tenía previsto destinar una entrega extraordinaria de unos 1.500 millones, en su plan de tres años que culmina en diciembre, con el objetivo de intentar acelerar la devolución de las ayudas públicas. En los mercados ya había dudas de que este planteamiento iba a tener que rebajarse por las menores expectativas de beneficio debido a los tipos de interés en negativo.
Ahora, da por imposible que se vaya a cumplir y ha rebajado las estimaciones del mismo. La posibilidad de repartir el extraordinario y su importe dependerá de los efectos de la crisis, que será analizados en su momento, dentro de un año, al igual que el ordinario de 2020.
"El Consejo de Administración de Bankia considera que mantener el liderazgo en solvencia en estos momentos excepcionales es clave y prioritario y que, por tanto, la política de dividendos de la entidad debe ser de máxima prudencia", indica.
Por el momento, y a falta de la junta dé su visto bueno, Bankia ha destinado 712 millones de euros a sus accionistas. Por las ganancias de 2019, distribuirá unos 355 millones. Cuenta, además, con un colchón de casi 800 millones, para repartirlo cuando sea posible.
El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ha defendido en la junta a puerta cerrada y telemática, que "es la mejor forma de anticiparnos a un entorno incierto y, además, es la mejor manera de tener un gran músculo financiero para ayudar y financiar nuestra economía, a las empresas y a las familias españolas".
En los últimos días tanto los reguladores (BCE) como la patronal bancaria europea han venido instando al sector a reducir los dividendos ante la situación de incertidumbre actual para ser prudente y contribuir con mayor holgura a la recuperación de la economía.
Hasta la fecha, habían ya decidido recortar la remuneración a los accionistas tanto el Santander como CaixaBank. El primero anunció a principios de semana que iba a cancelar el pago a cuenta de noviembre de 2020 y que revisaba su política, mientras que el segundo ha mermado tanto las entregas con cargo a 2019 como a 2020, según informó ayer.
Los analistas descuentan que las entidades tendrán que hacer recortes de hasta un 70% en el reparto de los beneficios estimados debido al impacto del COVID-19. En España, tanto BBVA como Bankinter y Sabadell mantienen su política, pero éste último ya ha avisado de que "tendrá que hacer sacrificios" para ajustarse al nuevo escenario.
Moratorias en hipotecas y crédito al consumo
El presidente de Bankia ha señalado que la entidad se muestra con fortaleza para ayudas a las empresas y familias y ha anunciado que ofrecerá moratorias de capital de seis meses, tanto en hipotecas como en consumo, a los clientes particulares que se hayan visto afectados por la situación generada por el coronavirus. Esto se suma a una serie de medidas que ha puesto en marcha en los últimos días.
Goirigolzarri ha aprovechado el acto para agradecer los esfuerzos que están realizando los profesionales del banco ante la crisis del COVID-19 porque "están demostrando una enorme serenidad y capacidad de adaptación, virtudes que en estos momentos son básicas".