
Vueling ya tiene todo preparado para presentar el ajuste temporal de empleo para casi toda la plantilla, formada por unos 4.300 trabajadores. La aerolínea catalana tiene previsto comunicar a las Autoridades el inicio del ERTE por fuerza mayor el próximo lunes y, paralelamente, empezar a negociar con los sindicatos un ajuste temporal por causas productivas que esperan tener activo hasta que pase la crisis del coronavirus y la actividad empiece a repuntar.
El ajuste por fuerza mayor, que esperan que esté aprobado en cinco días, tendrá una duración de tres meses y, en principio, afectará a los trabajadores por igual, independientemente de su antigüedad. La idea es ir ajustando la reducción de jornada en función de la actividad de la firma.
Como ha pasado en Iberia, el ERTE tendrá una mayor incidencia entre los empleados vinculados directamente con la operación de los vuelos (tripulantes de cabina, pilotos, tierra), donde superará el 90%, mientras que para el personal de oficina se baraja una incidencia del 70%, informan fuentes de la compañía. En este punto, hay que destacar que sólo los pilotos y los TCP son el 82,3% de la plantilla del grupo mientras que el área corporativa trabajan unas 610 personas, el 14% del total.
Los pilotos y tripulantes, los más afectados, son el 82% de la plantilla de Vueling
Vueling, que cerró 2019 con un beneficio neto de 132 millones, un 11,7% menos, y una flota de 120 aviones, ya se está preparando para parar su actividad casi por completo en las próximas semanas en función de si el Ejecutivo endurece las medidas de aislamiento.
De momento, la aerolínea que preside Javier Sánchez Prieto ya ha dejado en tierra el 75% de su flota y tiene previsto cerrar temporalmente todas las bases menos la de Barcelona, desde donde operará los servicios mínimos a Baleares y Canarias, y algún que otro vuelo internacional y nacional. En este punto, otras fuentes señalan que se está estudiando mantener abierta la base de Canarias. Los aviones están aparcados en Sevilla, Málaga y El Prat.
La firma está preparando así un calendario de vuelos muy reducido hasta para los próximos diez días pero ya da por hecho que la crisis se alargará en el tiempo y dan más que por perdido el inicio de la temporada de verano. Un calendario que irá ajustando en función de las limitaciones legales y la demanda.
Posición fuerte
Aunque el panorama en el sector de aviación es muy complicado, lo cierto es que Vueling tiene está en una posición privilegiada para sobrevivir puesto que formar parte del grupo IAG. El holding hispanobirtánico es, junto a Ryanair, una de las pocas aerolíneas que no ha pedido ayudas directas a sus gobiernos para sobrevivir al primer golpe. La compañía que dirige Willie Walsh tiene una liquidez de más de 9.000 millones de euros que le permitiría sobrevivir unos diez meses sin ingresos y sin realizar ajustes.
"A IAG le ha venido muy bien no comprar Norwegian para enfrentar la crisis con solvencia ya que tendría 4.000 millones menos y una aerolínea más de la que hacerse cargo"
"A IAG le ha venido muy bien no comprar Norwegian para enfrentar la crisis con solvencia ya que tendría 4.000 millones menos y una aerolínea más de la que hacerse cargo, que además tiene problemas financieros", explican fuentes del sector. Y es que, no hay que olvidar que la aerolínea de bajo coste noruego ya ha pedido un rescate al gobierno noruego y éste a accedido a inyectarle 250 millones de euros con condiciones.
Pese a la fuerte liquidez, las aerolíneas de IAG están haciendo fuertes ajustes de gastos (Iberia presentó ayer el ERTE para el 82% de la plantilla) y devolviendo aviones en leasing para reducir al máximo la salida de caja y así tener músculo para reactiva su operativa cuando todo pase.