
Wizink, la entidad más afectada por la sentencia del Supremo sobre las tarjetas revolving, ha decidido anular el reparto del bonus (incentivo variable) a toda su plantilla por los resultados de 2019. La decisión adoptada por la dirección coincide en el tiempo con la publicación del fallo del Tribunal y se debe a que en 2019 no se cumplieron los beneficios mínimos y algunos proyectos, pero es importante por el ahorro que supondrá en un momento en que, previsiblemente, tendrá que llevar a cabo provisiones para atender las demandas de los clientes.
El Supremo ha considerado "usureros" tipos de interés en la emisión de las revolving por encima del 20%, el precio medio del sector para este producto. Wizink vende estos plásticos con tasas que sobrepasan el 26%, por lo que tendrá que hacer frente a devoluciones por lo cobrado de más a los usuarios y mermará las expectativas de los ingresos futuros.
Según fuentes sindicales es la primera vez que Wizink cancela la distribución de esta retribución variable a sus trabajadores. En 2019, como el resto del sistema financiero, ha visto cómo la actividad se ha ralentizado por la incertidumbre política y económica y la generación de márgenes se ha lastrado por la política monetaria del BCE.
Hasta junio de 2019, últimos datos disponibles, Wizink había recibido más de 2.500 reclamaciones por las tarjetas y había dotado alrededor de 25 millones para hacer frente a las mismas, una cantidad que subirá sustancialmente tras la sentencia del Supremo. La entidad cuenta con un saldo de tarjetas por 3.400 millones, aunque no desglosa cuál es el importe que corresponde a las revolving, consistentes en una especie de línea de financiación para los titulares.
Merma de resultados
El banco redujo hasta septiembre sus beneficios un 34%, a falta de conocer las cuentas del conjunto del año pasado. Las ganancias de Wizink sumaron 59 millones, en parte por el aumento de los gastos de personal (partida que pretende rebajar). Estos los elevó en un 47%.
Con el fin de reducir estos costes y mejorar la eficiencia operativa, el banco propiedad del fondo Värde Partners en su totalidad, llevó a cabo un expediente de regulación de empleo que afectó a casi 200 trabajadores, con lo que la plantilla se ajustó hasta las 1.000 personas.
Wizink es una entidad especializada en tarjetas de crédito, aunque está intentando ampliar su abanico de producto, orientando su apuesta hacia el negocio del ahorro. Es fruto de la unión de la actividad del antiguo Popular y la filial de Citi en España. Värde tomó su control total tras la adquisición al Santander (que se adjudicó el Popular) en 2018.
La salida a bolsa se complica
Su futuro, tras la sentencia, se ve comprometido. Un informe reciente informe de Barclays calculaba en unos 1.600 millones la devolución de intereses por reclamaciones de los seis bancos que cotizan en el Ibex si la sentencia del Supremo era desfavorable, como así ha sucedido. El estudio no incluía a Wizink, pero es uno de los actores principales en el segmento de las revolving. CaixaBank, según el análisis de Barclays, sería la más afectada del selectivo, con un golpe de algo más de 500 millones por los afectados de estas tarjetas.
Värde Partners ha venido retrasando la salida a bolsa de Wizink como consecuencia de la situación de volatilidad de los mercados y de la incertidumbre que generaba en los inversores el goteo creciente de demandas por las tarjetas revolving. La sentencia del Supremo, que fija una guía para las resoluciones judiciales, supone un varapalo para el plan de colocar una parte del capital de la entidad española. Algunas fuentes han llegado a valorar en más de 3.000 millones este banco especializado en el negocio de los plásticos.