El nuevo Gobierno de Argentina que preside desde diciembre Alberto Fernández ha anunciado que revisará las concesiones de autopistas que están en manos privadas y ha referido específicamente a Autopistas del Sol (Ausol) y Grupo Concesionario del Oeste (GCO), las dos sociedades que gestiona Abertis.
Así lo ha avanzado el el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien en una entrevista radiofónica ha aseguró, además, que "hay concesiones que están en manos privadas y hemos tomado la decisión que pasen al Estado. Hay 5 corredores que hemos decidido que a medida que venzan los contratos se van a pasar al Estado", al igual que ocurre en España, donde en noviembre de 2018 revirtió la AP-1 Burgos-Armiñón, gestionda por Itínere, y el pasado 31 de diciembre dos tramos de la AP-7 entre Tarragona y Alicante y la AP-4 Sevilla Cádiz, operadas por Abertis.
El dirigente precisó que las carreteras que asumirá el Ejecutivo argentino serán "la ruta 188 en la provincia de BsAs, la ruta 9 y 134 en Santiago del Estero, la 8 y 36 en San Luis, van a ir transfiriéndose a manos del Estado", según recogen medios argentinos.
"Por supuesto que van a ser revisadas las concesiones a Ausol y GCO de los accesos Norte y Oeste, que ya están judicializadas", ha subrayado Katopodis, en referencia a la relación de sociedades del expresidente Mauricio Macri con estas concesionarias, cuyo plazo se amplió en julio de 2018.
Abertis pacta con Argentina
Ausol gestiona dos vías, autopista Panamericana y autopista General Paz, con 119 kilómetros en conjunto, y GCO la de Buenos Aires-Luján, de 56 kilómetros. Abertis retiró en julio de 2018 una demanda de arbitraje contra Argentina, de 2015, después de acordar con el Gobierno de Macri la extensión de las concesiones hasta 2030 a cambio de invertir 680 millones de dólares (604 millones de euros). El peso de estas vías en el resultado bruto de explotación(ebitda) de Abertis apenas alcanza el 0,8%.
