
Abertis reducirá su posición en Brasil, donde opera a través de su filial Arteris, el próximo mes de mayo con el final de la concesión de Centrovias, conformada por dos autopistas en el Estado de Sao Paulo, la SP 310 entre São Carlos-Cordeirópolis y la SP 225 entre Itirapina-Jaú-Bauru, con 218 kilómetros de longitud. La concesionaria controlada por Atlantia y ACS decidió a última hora no participar en la relicitación celebrada la semana pasada de estas vías, incluidas dentro de un proyecto mayor, al observar excesivos riesgos. No obstante, Brasil se erige en un mercado prioritario para la firma española y tiene en el punto de mira los planes de inversión en carreteras en el país, que hasta el final de 2020 superarán previsiblemente los 11.000 millones de euros. El primer proceso que se dibuja en el horizonte tendrá lugar en febrero.
La pérdida de las dos autopistas brasileñas se producirá apenas cuatro meses después de que en España haya dejado de operar una de sus mayores concesiones en el mundo, Aumar (dos tramos de la AP-7 y la AP-4). El próximo año enfrenta el vencimiento también en el mercado español de Acesa.
Abertis cuenta con 17 autopistas de peaje en Brasil, con una longitud conjunta de 3.425 kilómetros. Esta cifra se verá diezmada en 218 kilómetros (el 6,3% del total) la próxima primavera con el final del contrato de Centrovias. En realidad, la concesión venció el pasado mes de agosto, pero ante el retraso en su relicitación la compañía acordó una prórroga que culmina en mayo.
La pérdida de la SP 310 y S 225 tiene un impacto limitado en la cuenta de resultados de Abertis
La semana pasada, Artesp, la Agencia de Transporte del Estado de Sao Paulo, subastó el lote Piracicaba-Panorama, con una longitud total de 1.273 kilómetros entre los que se incluyen las autopistas de Centrovias. El proyecto estima una inversión superior a los 3.000 millones de euros durante 30 años. El fondo Patria, socio de ACS en el negocio de redes eléctricas en Brasil, y el fondo de Singapore GIC, con el que Abertis ha acordado la compra de Red de Carreteras de Occidente (RCO) en México, se impusieron en el proceso, a Ecorodovias.
Abertis analizó la relicitación hasta el último momento, pero finalmente optó por no concurrir, a la espera de nuevas oportunidades y en un contexto de incertidumbres por los problemas que atraviesa su primer accionista, la italiana Atlantia.
La pérdida de la SP 310 y S 225 tiene un impacto limitado en la cuenta de resultados de Abertis. En 2018, Centrovias aportó 9,37 millones de euros al beneficio del grupo, lo que representa el 0,9% del total (1.031 millones de euros). Abertis tiene en Brasil su cuarto mayor mercado en el mundo, con un peso del 8,5% en sus resultados operativos y del 11,7% en su cifra de negocio (en el primer semestre de 2019).
El grupo que dirige José Aljaro tiene en el radar ocho licitaciones que se prevén adjudicar este año en Brasil con un valor de más de 11.000 millones de euros. El primer proyecto que se subastará el próximo 21 de febrero es el de la BR 101, que forma parte de la carretera Panamericana. En los próximos meses también se adjudicarán otros activos entre los que figuran Rodovias do Litoral y Nova Dutra, que conectará Río de Janeiro y Sao Paulo. Firmas como Roadis, Globalvia, Acciona, Ferrovial y Sacyr también tienen interés en el mercado brasileño.
Apuesta por la lusa Brisa
Apenas dos meses después de acordar la compra a Goldman Sachs de Red de Carreteras de Occidente (RCO), en México, por 1.500 millones, Abertis se lanzó en diciembre a adquirir la portuguesa Brisa, en una operación que superará los 1.500 millones. La firma española figura junto con Globalvia, Ardian y Gavio, y Marubeni como favorita para entrar en la lista corta para presentar ofertas vinculantes por el 80% que venden la familia Mello y Arcus. Con Brisa quiere compensar el retroceso en España por el final de las concesiones.