
Ferrovial, a través de su división de servicios, ha resultado adjudicatario provisional del contrato para la operación y mantenimiento de la autopista AP-1 entre Burgos y Armiñón. Sustituirá así a Itínere,que se ha encargado de la conservación de esta vía, a través de contratos de emergencia, desde que el 30 de noviembre de 2018 el Ministerio de Fomento levantara las barreras de peaje de esta carretera al haber agotado su plazo de concesión.
Ferrovial Servicios asumirá así la operación y mantenimiento de una autopista que ha incrementado sensiblemente su tráfico tras la reversión al Estado. En concreto, en noviembre de 2018, el último mes en el que aún tenía peajes, circularon por esta vía un total de 16.703 vehículos. En diciembre, ya gratuita, la carretera registró una intensidad media diaria (IMD) de 26.526 vehículos, un 58,7% más.
La filial de servicios de Ferrovial, que se halla en estos momentos en proceso de venta, ha presentado la mejor oferta para conservar la AP-1 durante dos años. El importe de la licitación ascendía, tras los cambios introducidos en el plazo, a 14,01 millones de euros (11,58 millones de euros sin IVA). La propuesta económica de Ferrovial se ha situado en 10,64 millones de euros (8,8 millones de euros sin IVA).
Fomento acordó que Itínere, la concesionaria de la AP-1 hasta su vencimiento, continuara ejerciendo los trabajos de conservación de la carretera después de chocar con el Ministerio de Hacienda para poder lanzar a tiempo un concurso abierto. Recurrió así a una emergencia por seis meses que después tuvo que prolongar.
La AP-1 es la primera de las autopistas de pago que vencen y ha suprimido los peajes. El 31 de diciembre le llega el turno a varios tramos de la AP-7 y la AP-4, explotados por Aumar, propiedad de Abertis.
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