Renfe, Ryanair e Iberia han sufrido varias jornadas de huelgas este verano. Pese a que las movilizaciones han coincidido con los días de más actividad, las huelgas han pasado sin generar mucho ruido.
El caos, las colas y las terminales llenas de pasajeros que se han quedado en tierra no se han visto este verano porque las compañías y el Ejecutivo han aprendido a ponerse la venda antes de la herida. En el caso de Iberia y Renfe, los servicios mínimos y las cancelaciones preventivas, con su consiguiente recolocación de pasajeros, han sido suficientes para evitar problemas. Una medida que trastoca la actividad se secunden los paros o no. Así, Renfe aseguró que el seguimiento de las huelgas de CGT fue mínimo, pero aún así algún día canceló hasta 707 trenes.
En el caso de Ryanair la historia cambia, ya que la compañía ha puesto en marcha una serie de iniciativas para tratar de boicotear la huelga y evitar cancelaciones. Por ejemplo, en la tercera jornada de paros de los TCP, que tuvo lugar el 6 de agosto, la aerolínea no canceló ninguna frecuencia y en las dos primeras apenas suspendió 14. A primera vista podría parecer que los servicios mínimos dictados por Fomento, tachados de "excesivos" por los sindicatos, han sido suficientes para neutralizar inconvenientes, pero lo cierto es que la irlandesa ha llegado a traer a España tripulaciones de otros países para sustituir a los trabajadores en huelga.
Un hecho que fue denunciado ante la Guardia Civil. A su vez, ha citado para cubrir los servicios mínimos al 90% de la tripulación y ha disparado el número de personal de guardia en los aeropuertos. Como medida de reprimenda, ha llamado a Dublín a los trabajadores que han secundado la huelga para abrirles expedientes disciplinarios. Pese a estas medidas de disuasión, que empiezan con encuestas para ver si el trabajador es huelguista, a la compañía se le complica la recta final de septiembre con más protestas. Los pilotos de Reino Unido han alargado su protesta y pararán los 18, 19, 21, 23, 25, 27 y 29 de septiembre. La movilización coincide un día con la de los TCP (el 29) y tres con la de los pilotos de España (19, 27 y 29).
Las limitaciones que han encontrado los TCP para secundar las huelgas en un contexto en el que los servicios mínimos protegen el cien por cien de los vuelos desde las islas y la mayor parte de los internacionales, que también se cubren desde otras bases, ha llevado a los tripulantes a hacer una huelga de venta a bordo en los aviones. Según USO, esta iniciativa ha tenido un seguimiento del cien por cien en todos los vuelos desde Canarias. Eliminar la venta a bordo, pese a las presiones que aseguran que están sufriendo, supone un pequeño golpe económico para Ryanair que necesita de los ingresos extra para ser rentable ante las tarifas tan bajas que oferta.