
El beneficio de Ryanair ha caído un 21% en su primer trimestre del año (abril-junio) por el descenso del precio de los billetes y el alza de los costes laborales y del combustible. En concreto, la guerra de precios ha llevado a la compañía a registrar una caída del 6% de la tarifa media hasta los 36 euros, desplome que ha podido compensar con el aumento del 14% de los ingresos extra o ancillarys por persona (selección de asiento, embarque prioritario, facturación de las maletas). Así, el ingreso por pasajero se ha mantenido estable en los 55 euros.
Ryanair, que se ha visto obligada a bajar el precio de sus billetes para estimular la demanda, no ha dudado en señalar a Lufthansa y al Brexit como los responsables de que el ambiente de tarifas bajas se haya recrudecido en un momento en el que la demanda se está enfriando.
"A Lufthansa se le permitió comprar Air Berlin y está vendiendo este exceso de capacidad a precios por debajo del costo"
"Los dos mercados más débiles fueron Alemania, donde a Lufthansa se le permitió comprar Air Berlin y está vendiendo este exceso de capacidad a precios por debajo del costo, y el Reino Unido, donde las preocupaciones por el Brexit influyen negativamente en la confianza y el gasto del consumidor", asegura la compañía en sus cuentas trimestrales. La acusación de la aerolínea irlandesa llega poco después de que el gigante aéreo alemán, que ha superado a Ryanair en pasajeros transportados, señalara que las low cost estaban tirando los precios y sacrificando los márgenes para ganar cuota de mercado.
Por su parte, en un encuentro con analistas, el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, aseguró que están estudiando el cierre de rutas domésticas en Reino Unido en caso de Brexit duro. Los recortes afectarían a trayectos entre el aeropuerto de Londres y los escoceses de Glasgow y Edimburgo y el norirlandés de Belfast.
Pese al descenso de las tarifas del 6%, que se mantendrá al menos hasta septiembre, Ryanair ha incrementado un 11% sus ingresos gracias al aumento del 11% del tráfico de pasajeros (ha transportado 41,9 millones) y del alza deñ 27% de los ingresos extra, que ya suponen el 34% de los 2.312 millones de euros facturados. Una mejora que no ha conseguido compensar el incremento del 19 por ciento de los costes operativos, que se han situado en los 2.037 millones. Tras el alza se encuentra un aumento de los gastos laborales del 21% a los 297 millones por la mejora de los salarios de la plantilla, con la que vuelve a tener problemas por no cumplir las leyes locales y negarse a negociar, y del precio del combustible del 24 por ciento a los 784 millones. Así, el resultado operativo ha retrocedido el 26% a los 275,2 millones de euros.
Los ingresos extra ya suponen el 34% de los 2.312 millones facturados
Con este panorama, que se extenderá en el tiempo, la compañía mantiene la previsión de cerrar el año con un beneficio después de impuestos de entre 750 y 950 millones de euros, lo que está en línea con el año pasado, cuando ganó 885 millones por los gastos excepcionales registrados a raíz de la integración de Lauda. Sin este efecto, cerró el ejercicio pasado con un resultado neto de 1.024 millones.
Tendencia a la baja
"El entorno actual de tarifas débiles ha continuado en el segundo trimestre y esperamos que las tarifas en el primer semestre (abril-septiembre) bajen un 6%. Con una visibilidad del segundo semestre casi nula, la guía de tarifas para el año fiscal 20 se sitúa entre el -2% y el + 1%", señala la compañía. En este punto espera que el buen desempeño de los ingresos extra se mantenga y compense la caída llegando a registrar un alza del ingreso por pasajero de entre el 2 y el 3%, precisión que ha rebajado ya que antes esperaba llegar al 4% de alza.
En este punto, ha ratificado que espera que el tráfico crezca un 7% a más de 152 millones, un poco menos que los 153 millones guiados anteriormente debido a los retrasos en la entrega de Boeing MAX. Los costes aumentarán a medida que nuestra factura de combustible crezca (hasta un 2%). Aunque Ryanair espera recibir los primeros aviones en febrero de 2020, O'Leary advirtió que Ryanair podría no tener ninguno de los aviones listos para el próximo verano a menos que Boeing "se ponga de acuerdo" al hacer las actualizaciones necesarias para que los reguladores permitan que el avión vuele.
"Esta guía sigue dependiendo en gran medida de las tarifas cercanas al segundo trimestre, los precios del segundo semestre la ausencia de eventos de seguridad y la ausencia de desarrollos negativos de Brexit en el periodo".