Empresa Global

El futuro de las compañías pasa sí o sí por estar presente en Asia

  • Escarrer (Meliá) busca conquistar Asia como su padre lo hizo con América
  • La expansión de CIE y Gestamp pasa por la clase media china e india
Viaje a China.

La desigual evolución de la relación comercial entre China y el resto del mundo, y principalmente con Estados Unidos, justifica las tensiones arancelarias de los últimos años, en los que gigante asiático ha seguido ampliando el diferencial a su favor, incluso aumentando la base de la oferta y sofisticándola tecnológicamente, mientras que se ha enfocado en incrementar el consumo interno y en crear una clase media propia -superando la fase de fábrica global-, sin renunciar a la fórmula de capitalismo patrocinado por el estado.

Ahora, tras ser la primera potencia en entrar y en salir de la crisis -incluso cerró 2020 con un crecimiento del PIB (producto interior bruto) cercano al 2% y se espera que en 2021 lo acelere por encima del 8%-, China se atreve a pronosticar que aumentará su renta per cápita -parte de algo más de los 10.000 dólares de 2019- hasta el "nivel medio de las economías desarrolladas" en un plazo de 15 años.

Una ambiciosa meta que requerirá que el país triplique sus niveles actuales hasta 2035, situándolo casi a la par de economías como la de Corea del Sur o la de España, cuyo PIB per cápita se sitúa alrededor de los 30.000 dólares. China dio a conocer este objetivo junto a su decimocuarto plan quinquenal, que cubre de 2021 al 2025, y una iniciativa de desarrollo a medio plazo que concluye precisamente en 2035. La autoridades del dragón rojo no han detallado objetivos exactos, pero en cambio han expuesto un conjunto de prioridades, que van más allá de una economía en desarrollo, incluido, por supuesto, un llamamiento a aumentar el consumo interno y la autodependencia de la ciencia y la tecnología.

Este objetivo de incremento de la renta per cápita para cerca del 20% de la población mundial prácticamente obliga a todas las empresas occidentales con planes de expansión internacional a ganar presencia en el país, como ya vienen haciendo algunas grandes compañías españolas cotizadas.

Dentro de un continente con economías maduras como Japón y Corea del Sur, que son polos consolidados de la actividad mundial, y otros ejemplos de crecimiento como India -que aspira a un PIB de 5 billones de dólares en 2025, cifras de Alemania y por encima de Francia, desde los 2,7 de 2020-, o el Sudeste asiático. Y con uno de los principales pozos petroleros del mundo, Oriente Medio, y las inversiones en que se traduce este estatus, como bien han aprovechado grupos como Técnicas Reunidas, especializada en ingeniería e infraestrucutras para el crudo, Tubacex o Tubos Reunidos, también enfocadas en el sector y que precisamente están sufriendo la actual crisis que atraviesa, o, incluso, los fabricantes de trenes CAF y Talgo, así como las compañías de infraestructuras.

En Asia también ha encontrado base para crecer el sector totalmente opuesto, el de las energías renovables, con Siemens Gamesa, líder mundial en la fabricación de aerogeneradores instalados en el mar, como principal ejemplo. La compañía industrial arrastra una relación agridulce con India, que llegó a ser su principal mercado, y que seguirá siendo crucial en su negocio en el futuro junto al resto de continente, donde se esperan grandes inversiones en fuentes alternativas de energía, en plena descarbonización global.

Otra de las grandes firmas industriales en nuestro país es Acerinox. Según sus últimas cuentas hasta un 11% de su facturación proviene del continente asiático y, en concreto, de su factoría de Bahru, en Malasia, que lleva varios años en duda por parte de los analistas sobre su futuro y su posible venta al mejor postor. La compañía, en todo caso, lo desmiente, pero sí reconoce abiertamente las dificultades de competir en un entorno como el asiático, con precios mucho más competitivos. China produce más de la mitad de todo el acero del mundo y eso presiona los precios a la baja en la región, muy por encima de lo que lo hace en el mercado europeo o el estadounidense (el principal para Acerinox, con más de la mitad de las ventas).

También, aunque mucho más cerca, está presente BBVA con su fifial turca. A cierre de 2020 representó el 15,5% de su margen bruto, con 3.573 millones de euros.

Vehículos

Desde hace años se conoce la apuesta clara que otra industrial, CIE Automotive, ha hecho por su negocio también en India. Desde que arrancara la alianza con Mahindra CIE ha ido consolidando su posición hasta controlar el 60% de la sociedad a cierre de marzo de este año.

El grupo cuenta con un total de 32 plantas entre India y China, que son los países donde tiene exposición. En total, Asia representó para el grupo español un 26,4% de las ventas totales en 2020, a pesar del significativo parón del sector de la automoción por la pandemia. De hecho, el año pasado decidió adquirir la compañía de techos solares Golde en la India, país que se encuentra entre los mayores productores de vehículos del mundo, en un ránking en el que China es el primero a nivel global.

Los analistas apuntan a que una de las fortalezas de CIE, que suministra piezas del automóvil, reside en que está centrado en vehículos de gama media y baja, de gran consumo en los dos mayores países por población del mundo. De los más de 7.800 millones de personas que hay en el mundo, más de 2.300 millones se encuentra en estos países. Asia reportó casi 111 millones de ebitda para CIE en 2020, una cuarta parte del total, con el tercer margen más elevado, del 14,6%, por detrás de Norteamérica (en el 20%) y de Brasil (en el 16%).

Si de casta le viene al galgo, Global Dominion, antigua filial tecnológica de CIE, cuenta también con presencia en el continente. La compañía, que se dedica al suministro de proyectos tecnológicos para la industria, energía o grandes corporaciones, entre otros, registra el 10% de sus ingresos allí.

Francisco Riberas, presidente de Gestamp, aseguraba hace ya casi cinco años -cuando decidió llevar la compañía a la bolsa- que quien quisiera ser alguien el día de mañana debía "estar en Asia" sin lugar a dudas. Y eso es lo que han hecho ellos, aunque en su caso el foco central de crecimiento es China. Asia, en conjunto, representa el 13,6% de sus ingresos, con 1.016 millones de euros a cierre de 2020, tras una caída del 11%. Fue la menor de las cinco regiones donde está presente la compañía. "Lo que hemos hecho en el pasado será también el reflejo de nuestro futuro", reconoce Carmen de Pablo, directora financiera de Gestamp, en declaraciones a este periódico.

Textil y comercio

Inditex se encuentra entre las firmas cotizadas en las que más de una quinta parte de sus ingresos provienen del otro lado de los Montes Urales. No es la única. También figuran entre ellas otras como Tubos Reunidos o Nicolás Correa. A cierre de 2020, y a pesar de la pandemia, las ventas del gigante textil en Asia representaron un 23% del total, frente al 22,5% de 2019, en detrimento de España y de América. Y es una tendencia que se consolida. China es para Inditex su quinto país por número de tiendas, con 337 a diciembre de 2020 (más otras 48 entre Hong Kong, Macao y Taiwán), por detrás de España, Rusia, México, Marruecos e Italia. Son tres veces más que las que tiene en Alemania y casi 50 por encima que los establecimientos en Francia. Adolfo Domínguez también tiene presencia en el continente, con un 4,62% de los ingresos, según las últimas cuentas presentadas.

Pero también están presentes firmas de restauración en el continente asiático. AmRest, de origen español, pero polaca de facto, cuenta con un 5% de sus ingresos allí, principalmente en China. La cadena es propietaria de franquicias como KFC, La Tagliatella o Pizza Hut.

Turismo

Otro caso que sirve para entender la importancia de Asia es el de Meliá. El actual consejero delegado y vicepresidente de la hotelera, Gabriel Escarrer Jaume, lleva años buscando emular a su padre -al que dio el relevo al frente del grupo de la familia desde 2016, pero ya desde mucho antes era responsable de las grandes decisiones-. Él describe a su progenitor como "un visionario", por plantear la conquista del Caribe y Latinoamérica "cuando todo el mundo lo consideraba una locura". Y lo hace para afianzar la estrategia con la que pretende agrandar su legado: expandirse en Bali, Tailandia o Vietnam -un mercado inmenso, con unos índices de crecimiento anual espectaculares, según han defendido en Meliá en distintas ocasiones-.

Antes del histórico impacto de la pandemia de coronavirus, que ha retrasado cualquier estrategia al verse obligada toda la industria de los viajes y el turismo a hibernar, Escarrer planteaba que lo que suponía Cuba -la joya del mercado abierto por su padre- en el ebitda (beneficio bruto de explotación) de Meliá, llegó hasta un 8%, es lo que deberían representar en el corto plazo los hoteles en Asia. "Hasta llegar al 15% en el medio plazo", remarcaba antes del Covid.

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