
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se reunió ayer con la Comisión de Expertos del SMI para trasladarles un nuevo encargo: quiere, primero, que actualicen el salario medio para fijar la subida del salario mínimo interprofesional en enero y, segundo, que aborden un estudio sobre el impacto de las subidas del SMI en la pobreza y la desigualdad. El salario mínimo interprofesional está actualmente en 1.000 euros por 14 pagas.
La Comisión asesora deberá tener sus trabajos para mediados o finales de noviembre con el fin de que el Ministerio de Trabajo pueda usar las conclusiones en las negociaciones que pretende abrir con empresarios y sindicatos en diciembre para abordar la cuantía de la subida del SMI para 2023. Porque, como ha resaltado la ministra en varias ocasiones, habrá un subida seguro.
Con este segundo encargo se pretende cerrar debates con organismos, como por ejemplo el Banco de España, sobre el efecto en el empleo de las alzas del salario mínimo. De hecho, la elaboración de un estudio similar, parte de la propia Comisión de Expertos. Igualmente, la CEOE defiende que la subida del SMI tiene un impacto negativo en el empleo.
Así, en el informe presentado en junio del pasado año, se dice que el "conocimiento del impacto de una subida del salario mínimo en el mercado laboral es de enorme relevancia para una adecuada toma de decisiones políticas en torno al mismo". El informe concluye que el salario mínimo establece un suelo salarial que disminuye las desigualdades pre-distributivas de la población.
Informes no concluyentes
Sin embargo, los propios expertos se quejan de que los informes realizados hasta ahora "no son concluyentes, y no parece haber una evidencia consolidada y generalizada de que las subidas en el salario mínimo provoquen destrucción de empleo".

Por este motivo, en su momento la Comisión Asesora para el Análisis del SMI (su nombre oficial) consideró imprescindible abordar un estudio amplio que analizase el efecto de la subida de 2019 sobre el empleo existente, sobre el creado o los salarios.
Pero, a corto plazo, piden dar respuesta a dos preguntas concretas: primera, el impacto de la subida del SMI de enero de 2019 en la variación del empleo existente u. segunda, el impacto de la subida del SMI de enero de 2019 en la variación de la intensidad laboral contratada. O lo que es igual, en la creación de nuevo empleo.
Actualización del SMI
Respecto a la actualización del salario medio, usado para determinar el SMI (ha de ser el 60% del primero), los expertos fijaron en el anterior informe una fórmula: el salario medio determinado por el EES (Encuesta de Estructura Salarial) del INE, descontados los pagos en especia, horas extraordinarias, retenciones de IRPF y la cotización a cargo de trabajador.
El dato de la ESS de 2020 se conoció hace dos meses, y se fija en 1.795 euros brutos al mes por 14 pagas. Hay que calcular el neto y, previsiblemente, hacer como en el anterior, una previsión a 2022. Algo, imprescindible en opinión de Trabajo, teniendo en cuenta la inflación de los dos últimos años, algo que ya establece el Estatuto de los Trabajadores.
La ley pide considerar la inflación
El Estatuto de los Trabajadores (ET) dice que será el Gobierno quien, previa consulta con las agentes sociales, fijará cada año el SMI teniendo en cuenta el índice de precios de consumo; la productividad media nacional alcanzada; el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general. Igualmente, dicen los expertos, prevé una revisión semestral para el caso de que no se cumplan las previsiones sobre el índice de precios citado