La subida del 22% del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2019, hasta los 900 euros mensuales, restó entre 0,6 y 1,1 puntos porcentuales a la creación de empleo ese año, con especial incidencia entre los jóvenes y los mayores de 45 años, según el análisis publicado este martes por el Banco de España. La traducción de estos porcentajes es que se dejaron de crear hasta 180.000 empleos en el país.
Haciendo un cálculo con los datos aportados por el supervisor, la subida del salario mínimo provocó que se quedaran por el camino entre 98.000 y 180.000 contrataciones. Estas cifras no las aporta el Banco de España, pero se pueden extraer de su conclusión de que este alza "habría reducido el empleo neto de los afectados (sueldos menores o iguales) entre 6 y 11 puntos porcentuales" a finales de 2019. Teniendo en cuenta que estos afectados "representaban aproximadamente el 10% del total del empleo en diciembre de 2018, el incremento del 22% del SMI habría supuesto entre 0,6 y 1,1 puntos porcentuales de menor empleo". Cogiendo la EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre de 2018 -un total de 16.453.000 de afiliados-, sale la horquilla resultante.
En el estudio, el organismo señala que a partir del 1 de enero de 2019, "se observa una caída brusca" de los contratos con bases de cotización inferiores o iguales a 1.050 euros (SMI en 12 pagas). Mientras, los contratos con salarios entre 1.051 y 1.250 euros, que permanecían estables con cerca de 1,6 millones de contrataciones en años anteriores, repuntaron en 2019 hasta 1,8 millones.
Todos estos contratos con ingresos como máximo de 1.250 euros presentaron un menor crecimiento que los relativos a salarios entre 1.251 euros y 1.350 euros. Dicho diferencial negativo era "relativamente estable" y se situaba en torno a los 5 puntos porcentuales, hasta que en enero de 2019 "se fue haciendo más negativo de forma continua a lo largo del año", hasta los 15,7 puntos a finales del ejercicio, y se concentró entre los que estaban por debajo o cerca del SMI (1.050 euros al mes), ya que el comportamiento de los contratos entre 1.056 y 1.250 fue mejor.
El estudio apunta que el impacto del SMI sobre el empleo neto "podría estar reflejando la operativa de dos canales diferentes", de manera que "podría ser que los trabajadores con menor salario perdieran el trabajo con mayor probabilidad a lo habitual tras la subida del SMI" y que, aunque no hubiera habido cambios en los despidos, "la creación de empleo a esos niveles salariales se podría haber visto reducida sin haber sido compensada con nuevos puestos de trabajo a salarios algo superiores". Los cálculos indicarían que "ambos márgenes habrían podido contribuir a la destrucción neta de contratos observada".
En este sentido, el Banco de España estima un incremento de la probabilidad de perder el empleo respecto al escenario contrafactual, de mantenimiento del SMI inalterado, de entre un 2,3% y un 3,2%, dependiendo del modelo considerado por el organismo -uno que incluye la brecha entre el salario obtenido en 2018 y el nuevo salario mínimo de 2019 para los beneficiarios de la subida, y otro modelo con un indicador de si el trabajador está dentro del colectivo afectado por la subida-. Bajo ambos modelos, los afectados mayores de 45 años muestran una propensión a perder el empleo más elevada.
El Banco de España también ofrece otro cálculo en términos de elasticidad del empleo: por cada punto porcentual de subida del SMI, se produciría un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados de entre 0,3 y 0,5 puntos.
Otro problema para los jóvenes
Además de la pérdida de empleo, la subida del SMI incrementa las probabilidades de pasar de un contrato a tiempo completo a uno parcial para los más jóvenes, quienes también ven reducidas sus posibilidades de encontrar un puesto de trabajo.
El Banco de España advierte de que el artículo se limita a aportar evidencia adicional sobre el impacto del incremento del SMI en el empleo pudiendo dejar fuera otros elementos que se consideran en estas decisiones.
"El trabajo no entra por tanto en la evaluación global del SMI, ya que esta evaluación no se puede ceñir únicamente a la evolución del empleo de la población afectada. En particular, pueden existir argumentos de equidad y mejora en el nivel de vida de algunos trabajadores, que son relevantes a la hora de determinar el nivel del SMI y que no son objeto de análisis de este trabajo", concede.